Un ni?o ca¨ªdo en un pozo mantiene en vilo a toda Italia desde la noche del mi¨¦rcoles
Alfredo Rampi, un ni?o de seis a?os, tiene en vilo a toda Italia. En la noche del mi¨¦rcoles se cay¨® a un pozo artesiano de ochenta metros de profundidad y cincuenta cent¨ªmetros de di¨¢metro, y se qued¨® encajonado a 35 metros de la superficie, sin poder moverse porque el pozo, en construcci¨®n, estaba hecho como un embudo. Despu¨¦s de veinticuatro horas, y a pesar de haberse movilizado todos los servicios especializados, el ni?o segu¨ªa aprisionado, llorando y llamando a su madre: ?Tengo fr¨ªo, me encuentro mal; s¨¢came de aqu¨ª?.
El pozo se encuentra en el campo, en las afueras de la localidad de Frascati, en la regi¨®n de los castillos romanos, a veinte kil¨®metros de la capital. Alfredo estaba con su padre. Vest¨ªa pantal¨®n corto y camiseta. Al caer el sol tuvo fr¨ªo y dijo a su padre: ?Me voy a casa por el sendero?. El padre, que es un empleado de la central hidr¨¢ulica, le dej¨® irse porque ya otras veces hab¨ªa vuelto solo; pero cuando regres¨® vio, con sorpresa, que el peque?o no hab¨ªa llegado.La abuela, Veia Bizarri, tuvo como un presentimiento: ??El pozo!?. Se acord¨® que estaban construyendo un pozo artesiano. Llamaron a la polic¨ªa y se puso todo en movimiento.
Salieron carabinieri con perros rastreadores. Pero al llegar al pozo lo vieron cubierto con una l¨¢mina de hojalata y siguieron adelante. Durante horas recorrieron en vano toda la zona. Hasta que el carabiniere Giorgio Serrenti volvi¨® al pozo. Le pareci¨® o¨ªr un lamento. En ese momento pas¨® un avi¨®n y no volvi¨® a o¨ªr nada. Pero insisti¨®. Y, efectivamente, el ni?o gritaba dentro del pozo.
Llegaron corriendo los padres de Alfredo, que tienen otro hijo de dos a?os. Era la una de la madrugada. Desde entonces no dejaron ni un minuto de hablar con el peque?o. Al lugar hab¨ªan llegado ya cientos de personas y todos los t¨¦cnicos especializados en este tipo de rescates.
Un enano de circo
Durante toda la noche se hicieron mil intentos para salvar a Alfredo, pero todo fue in¨²til. Los bomberos echaron cuerdas, despu¨¦s una tabla para que se agarrara el ni?o, pero la tabla se qued¨® bloqueada algunos metros m¨¢s arriba. Hicieron bajar atado hasta a un enano de circo. Nada. Descendi¨®, cabeza abajo, sujetado con cuerdas por los pies, el joven de veintid¨®s a?os Tullio Bernabeu, del Socorro de Alpinismo. Pero tampoco consigui¨® llegar hasta la prisi¨®n de Alfredo, encajado a 35 metros de profundidad y teniendo debajo de ¨¦l a¨²n otros 45 metros.Por fin se decidi¨® hacer otro Pozo con excavadoras a dos metros de distancia para llegar hasta Alfredo a trav¨¦s de una galer¨ªa. Pero existe el problema de que todo se desplome, porque el terreno es arcilloso. Los padres y una psic¨®loga llamada por la polic¨ªa hablaban continuamente con el ni?o a trav¨¦s de una sonda-radio. Para evitar interferencias se suspendieron en la regi¨®n del Lazio todos los programas radiof¨®nicos de la RAI y de todas las emisoras privadas. Nunca hubo en el pa¨ªs un black-out de radio tan prolongado.
La operaci¨®n la siguen tambi¨¦n los m¨¦dicos, porque el peque?o Alfredo, para colmo de desgracias, est¨¢ enfermo del coraz¨®n. Hay que mantenerle sereno, respirando ox¨ªgeno que le mandan con una sonda, y siempre despierto y distra¨ªdo. Adem¨¢s, mediante recipientes adecuados, se le hacen llegar alimentos y l¨ªquidos.
P¨¢nico
Hubo un momento de p¨¢nico cuando, durante una hora entera, Alfredo no respondi¨® a ninguna pregunta, ni a las de su madre. Probablemente tuvo un momento de debilidad grave. A las dos de la tarde, despu¨¦s de doce horas de excavar, se hab¨ªa llegado s¨®lo a veinticuatro metros. Pero el pozo construido para salvar al ni?o debe tener m¨¢s profundidad que el lugar donde est¨¢ aprisionado Alfredo, y los ¨²ltimos metros para llegar a salvarlo por los pies tienen que ser excavados con las manos para evitar un hundimiento que aplastara al ni?o o le hiciera caer hasta el tondo del pozo, 45 metros m¨¢s abajo. El trabajo es, pues, muy lento y a la hora de cerrar esta edici¨®n no hab¨ªan logrado llegar a¨²n hasta el chico, por lo que empieza a cundir el pesimismo sobre las posibilidades de rescatarle con vida.Pocos acontecimientos de los ultimos tiempos est¨¢n siendo seguidos con m¨¢s ansia y emoci¨®n que la tragedia del peque?o Alfredo, con el que se identifican todas las madres de Italia y todos los ni?os de su edad. Y lo que m¨¢s siente la gente es no poder seguir por la radio minuto a minuto la operaci¨®n de salvamento de Alfredo de su ?infierno oscuro y fr¨ªo?, como lo llam¨® ayer, con grandes titulares, un diario de la tarde que se agot¨® inmediatamente en toda Roma.
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