Francia confirma su opcion hist¨®rica
LOS RESULTADOS de la primera vuelta de las elecciones francesas suponen un cambio profundo en el reparto de las opiniones pol¨ªticas de los ciudadanos. M¨¢s a¨²n si se confirman los resultados definitivos de la segunda vuelta que ahora adelantan los computadores, y que indican una mayor¨ªa absoluta del partido socialista, cifrada en cerca de trescientos esca?os -con un margen de variaci¨®n entre treinta m¨¢s o treinta menos- sobre un total de 491. El an¨¢lisis de votos parece indicar que los socialistas se han alimentado de estas corrientes de opini¨®n:1. Un sentido com¨²n que ha llevado a muchos franceses a votar un Gobierno de la misma pol¨ªtica que el presidente para evitar abismos entre Presidencia, Asamblea y Gobierno y conseguir una pol¨ªtica homog¨¦nea.
2. Una evasi¨®n de moderados de, la derecha hacia el partido socialista, movidos, por una parte, por el deseo de que el PSF, fuerte, excluya de sus combinaciones de gobierno al partido comunista; por otra, por el poco atractivo de la derecha, dividida entre el grupo giscardiano, que est¨¢ hundido, y el de Chirac, demasiado conservador.
3. Una suma de votos tradicionalmente comunistas, que consideran que el partido socialista representa una izquierda posible y el comunista una salida ut¨®pica que cada vez aparece m¨¢s confusa: el PCF ha sido el gran perdedor (en el futuro tendr¨¢, de confirmarse lo previsto por la electr¨®nica, entre treinta y cincuenta esca?os, en lugar de 86).
4. Un comportamiento aceptable de Mitterrand en el primer mes de su presidencia, tanto en el esbozo de una pol¨ªtica nacional c¨®mo en las instancias internacionales.
Todo ello se puede resumir en lo que se llama esp¨ªritu de cambio; una respuesta nueva a unas situaciones internas y externas nuevas,-a unos cambios econ¨®micos mundiales y a unos desafios sociales considerables. Se ha descalificado la restricci¨®n de usos democr¨¢ticos que los largos a?os de la derecha en el poder -a partir de De Gaulle, hace nada menos que veintitr¨¦s a?os- han ido imponiendo, y se pretende un cambio considerable en el reparto de riqueza-pobreza. Pero ese esp¨ªritu de cambio est¨¢ inscrito dentro de unos l¨ªmites que forman parte de la viejisima estabilidad francesa, y el corrimiento de votos desde la izquierda y desde la derecha en favor del partido socialista, que representa a los moderados de uno y otro bando, parece corroborar que se trata de crear un cambio a la vez profundo y no revolucionario. La imagen de Mitterrand y de las Personalidades de que se ha rodeado en este primer Gobierno se mantiene dentro de esos l¨ªmites. En cualquier caso, esta primera vuelta de las legislativas confirma la impresi¨®n de las presidenciales: Francia se apresta a dar un giro verdaderamente hist¨®rico y trascendental para el futuro de las relaciones pol¨ªticas europeas y el modelo de los socialismos gobernantes.
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