El barrio del Pilar registra una de las mayores densidades de poblaci¨®n de toda Europa
El barrio del Pilar es uno de los n¨²cleos urbanos europeos con mayor densidad de poblaci¨®n: viven 235 personas en cada hect¨¢rea. La concentraci¨®n humana en grandes bloques, sobre solares de bajo precio, constituy¨® un negocio redondo para los constructores del barrio. Para la autoridad municipal y gubernamental fue una soluci¨®n c¨®moda para colocar a los miles de inmigrantes que llegaban a La capital. Pero el Pilar es uno de los puntos m¨¢s conflictivos del Madrid perif¨¦rico a causa de ?una mala planificaci¨®n urban¨ªstica y una gesti¨®n administrativa que s¨®lo se preocupaba de beneficiar al capital inmobiliario, fuertemente arraigado en el propio aparato del Estado?, seg¨²n el informe del Plan de Acci¨®n Inmediata (PAI) de 1979.
Como ocurre en otros barrios del extrarradio afectados por el asentamiento masivo de inmigrantes en la d¨¦cada de los cincuenta (Fuencarral, Vallecas, Canillas) el barrio del Pilar sufre una tremenda desproporci¨®n entre el volumen de espacio habitable y el de espacio dedicado a servicios de todo tipo, desde los comerciales, sanitarios o recreativos a los culturales y escolares. El nivel de urbanizaci¨®n y acondicionamiento ambiental est¨¢ muy por debajo de lo previsto en los planes iniciales. La Junta de Compensaci¨®n, entidad te¨®ricamente encargada de la urbanizaci¨®n y conservaci¨®n del barrio y formada por los propietarios de terrenos en la zona, solamente se ha preocupado de edificar bloques y venderlos a terceros (inmobiliarias, cooperativas), dejando en un segundo plano operaciones menos lucrativas, como son las obras de infraestructura b¨¢sica.
En diciembre de 1979, el Ayuntamiento requiri¨® judicialmente a la Junta de Compensaci¨®n y al constructor Jos¨¦ Ban¨²s, para que terminasen de urbanizar el barrio en un plazo breve y concreto. Todav¨ªa se est¨¢n haciendo las obras en algunas calles del barrio. Cuando todas estas calle est¨¦n asfaltadas y ajardinadas, y seg¨²n un convenio entre la Junta de Compensaci¨®n y el Ayuntamiento, ¨¦ste las ?recibir¨¢? y se cuidar¨¢ de su conservaci¨®n.
Un negocio con grandes beneficios
En 1948 la empresa Hermanos Ban¨²s. SA, compr¨® unos terrenos situados entre Pe?agrande y Fuencarral: un antiguo vertedero, la finca de La Veguilla y el pago de Valdezarza. Estos terrenos, calificados como r¨²stico-forestales y sujetos a expropiaci¨®n forzosa y urgente, costaron a la empresa 2, 50 pesetas el metro cuadrado. La inversi¨®n iba a resultar muy beneficiosa a los Ban¨²s. En 1961, y conforme al plan de ordenaci¨®n negociado entre la-Direcci¨®n General de Urbanismo y los abogados de los propietarios (Prieto Moreno, Hern¨¢ndez Perpi?¨¢ y Larrodera), se declararon los terrenos edificables.
El plan preve¨ªa la construcci¨®n de 51.970 viviendas para 215.000 habitantes en una superficie de 413 hect¨¢reas. Estas cifras alteraban las disposiciones del Plan de Ordenaci¨®n Urbana de 1964, actualmente en vigor, que establece que se podr¨¢n levantar ¨²nicamente 75 viviendas por hect¨¢rea, o cien en casos especiales y previa aprobaci¨®n del Consejo de Ministros. Pero Ban¨²s obtuvo permiso para ampliar la cota a 125, seg¨²n consta en el citado plan. La realidad en ciertos puntos de la zona, por ejemplo, el barrio del Pilar, ha superado con creces las previsiones: existen m¨¢s de doscientas viviendas por hect¨¢rea.
La importancia de este barrio estriba en que es la primera gran promoci¨®n inmobiliaria destinada a la clase obrera que ha realizado una empresa privada. Fue el gran ¨¦xito de Ban¨²s, cuyo imperio inmobiliario hab¨ªa comenzado con la construcci¨®n del Valle de los Ca¨ªdos. Los ingredientes del ¨¦xito fueron: suelo barato, mano de obra barata, material barato, alta ocupaci¨®n y m¨¢ximo aprovechamiento del espacio edificable.
Las cinco fases iniciales se ordenaron en nueve supermanzanas, con bloques de cuatro a diez plantas con pisos de dos a cuatro dormitorios. La superficie med¨ªa por vivienda era de cincuenta metros cuadrados. Se terminaron en 1966 y a los pocos a?os ya aparentaban los edificios una vejez prematura. No era s¨®lo la mala calidad del material, era tambi¨¦n que nadie se preocupaba de su conservaci¨®n. A principios de los setenta, la zona perif¨¦rica de Madrid, especialmente en el sector norte, se iba a convertir en espacio residencial para los ejecutivos, profesionales y t¨¦cnicos de la ciudad. Ban¨²s vio que el negocio ya no estaba en las clases trabajadoras, y decidi¨® mejorar la calida de sus edificios, y. por ende, el nivel de renta de sus clientes. En este momento surgieron Altamira e Iberia 2, a la entrada del barrio, y la Ciudad de los Periodistas, el hogar del Taxista, Tirmo, etc¨¦tera.
Unas 68.109 personas habitan actualmente en las 22.291 viviendas del barrio. El 97,3% de esas viviendas ha sido construido despu¨¦s de 1964, y el 74, 5% est¨¢ integrado en bloques de m¨¢s de nueve pisos. Los vecinos manifiestan que las casas son peque?as y precio no corresponde a su calidad y al nivel econ¨®mico de los compradores: unas 50.000 pesetas el metro cuadrado. Adem¨¢s, vive tant¨ªsima gente en cada bloque que en caso de incendio u otra cat¨¢strofe ser¨ªan peores las consecuencias del desalojo que las del propio percance.
Las calles, estrechas y no siempre bien asfaltadas, fueron concebidas como viales internos y est¨¢n funcionando a tope, no s¨®lo por el elevado parque automovil¨ªstico del barrio (11.120 veh¨ªculos privados, o sea, uno cada seis habitantes), sino tambi¨¦n por el paso continuo de transportes p¨²blicos y particulares a otros barrios de la zona, como Pe?agrande, Fuencarral y Mirasierra. Por otra parte, no hay aparcamiento suficiente para los coches del barrio: hay 9.300 plazas, o sea. 1.820 menos que coches son cosa de todos los d¨ªas.
La deficiencia del equipamiento es otra de las grandes lacras del barrio. Seg¨²n una encuesta realizada entre los vecinos hace poco m¨¢s de un a?o, se necesitan colegios (ciento por ciento de los encuestados), zonas verdes (81%), lo cales culturales (93%), ambulatorios (69%), polideportivos (80%). Al mismo tiempo, los vecinos se quejan de que las comunicaciones son malas (42%), de que las calles est¨¢n sucias (ciento por ciento), de que falta vigilancia (ciento por ciento) y luces (40%). de que hay ratas (40%), etc¨¦tera.
La Vaguada
Para la mayor¨ªa de los habitantes del barrio, la panacea de sus males, de sus carencias, est¨¢ en la Vaguada, una depresi¨®n de diez metros de profundidad y veintitr¨¦s hect¨¢reas de superficie que se ex tiende entre las calles de Betanzos. Monforte de Lemos, Ginzo de Lim¨ªa y avenida de Santiago de Compostela. All¨ª se podr¨ªan habilitar los parques e instalaciones que est¨¢n haciendo tanta falta al barrio. Pero parece que no ser¨¢ as¨ª, Ban¨²s vendi¨® los terrenos de la Vaguada a una empresa francesa, la Henin por 507 millones de pesetas. La Henin proyecta construir all¨ª un centro comercial, dejando una parte para que el ayuntamiento construya un centro c¨ªvico, .un parque y centros escolares. El movimiento ciudadano del barrio ha expresado, mediante manifestaciones, escritos, pintadas y pegatinas su oposici¨®n al centro comercial. Su eslogan ?La Vaguada es nuestra? no se ha convertido, sin embargo, en una realidad. A los due?os les ampara la legalidad, y la construcci¨®n del centro es irremediable. -
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.