Suspendido por tercera vez el juicio contra 11 mujeres, acusadas de pr¨¢cticas abortivas en Bilbao
Por tercera vez desde la apertura del sumario, en 1976, el juicio, contra once mujeres de Basauri (Vizcaya), acusadas dos de ellas de pr¨¢cticas abortivas y el resto de someterse a las mismas, fue suspendido ayer por incomparecencia de tres de las encausadas. El tribunal ha ordenado para dos de ellas (la tercera est¨¢ declarada en rebeld¨ªa) la prisi¨®n preventiva. La decisi¨®n caus¨® malestar en la defensa, que considera responsabilidad de la Administraci¨®n de justicia los defectos de citaci¨®n, motivo de su incomparecencia.
A las diez de la ma?ana, treinta, minutos antes de la hora fijada para el inicio del juicio, varias decenas de personas, con pancartas solicitando amnist¨ªa por las acusadas y derecho al aborto, se hab¨ªan concentrado en los jardines de Albia, frente a la fachada principal de la Audiencia de Bilbao, atendiendo a una convocatoria de la Asamblea de Mujeres de Vizcaya. Pudo verse en el grupo a representantes de los partidos que apoyaban la campa?a, entre ellos la diputada Eulalia Vintr¨® y el secretario general del Partido Comunista de Euskadi, Roberto Lertxundi.Efectivos de la Polic¨ªa Nacional con material antidisturbios -se hab¨ªa montado un importante dispositivo- conminaron a desalojar el lugar o retirarse una treintena de metros m¨¢s atr¨¢s, cosa que hicieron no sin que se produjeran enfrentamientos verbales y algunos empujones.
Una prueba de cinco a?os
En la puerta de la sala de peritos y testigos, aneja a la de la vista, varios inspectores y n¨²meros de la Polic¨ªa Nacional armados llevaban a cabo un riguroso control de entrada a la misma, permiti¨¦ndose ¨²nicamente el acceso a las encausadas y a los testigos. Entre estos ¨²ltimos destacaba un ni?o de casi cinco a?os, Asier, hijo de Antonia, una de las encausadas por intento de aborto, al que ¨¦sta portaba como ?prueba contundente? contra la acusaci¨®n. Cuando las acusadas fueron conducidas a la sala de la vista, Antonia trat¨® de introducir con ella al ni?o, pero se le invit¨® a que lo dejara fuera. En ese momento, coment¨®: ?Iba a decirle al juez: se?or, este es el aborto que dicen que hice; aqu¨ª lo tiene usted, bien crecidito?.Eran las once cuando las encausadas entraban en la sala de vistas de lo criminal. Se present¨ªa entonces ya que el juicio pod¨ªa suspenderse, puesto que varias de aquellas no estaban presentes. En la verificaci¨®n de procesadas, el presidente del tribunal constat¨® que aparte de la que est¨¢ declarada en rebeld¨ªa, dos m¨¢s tampoco hab¨ªan comparecido. Consultado el fiscal, ¨¦ste, alegando que ninguna de las dos constaban citadas de forma legal en el sumario (no constaba en el mismo el acuse de recibo de citaci¨®n a aqu¨¦llas), solicit¨® la suspensi¨®n de la vista.
El presidente del tribunal cedi¨® luego la palabra a los abogados defensores, que, en intervenciones cortas, frecuentemente interrumpidas por aqu¨¦l, coincidieron en hacer patente su protesta por la nueva suspensi¨®n de la vista, debido a errores de procedimiento de la Administraci¨®n de justicia, que consideraron produc¨ªa perjuici¨®s a sus defendidas. Una de las abogadas afirm¨® que el error deb¨ªa de apunt¨¢rselo la Administraci¨®n de justicia, y no aquellas a quienes se procesa. Este criterio era generalmente compartido por la pr¨¢ctica totalidad de los abogados, que en sus intervenciones pidieron que la causa fuera sobrese¨ªda, en algunos casos, o archivada.
En base a lo dispuesto en el art¨ªculo 504 de la ley de Enjuiciamiento Criminal, el presidente del tribunal acord¨® la suspensi¨®n del juicio, la prision preventiva (lo que supone orden de b¨²squeda y captura) para las dos encausadas, no declaradas en rebeld¨ªa, que no hab¨ªan comparecido, y la decisi¨®n de celebrar un nuevo juicio cuando ambas sean encontradas y est¨¦n en prisi¨®n. El magistrado insinu¨® el mes de octubre como fecha posible de la nueva vista.
Una de las abogadas solicit¨®, sin ¨¦xito, del tribunal que se rebajara la medida contra las dos encausadas que no hab¨ªan comparecido, por considerar que no deb¨ªa ser tan fuerte, dado que los errores judiciales, imputables a la Administraci¨®n dejusticia, no deb¨ªan pagarlos aqu¨¦llas.
Antes de abandonar la. sala -eran las 11.30 horas-, una abogada entreg¨® al presidente del tribunal, un escrito firmado por 7.000 personas (entre ellas dos sacerdotes) en el que se ped¨ªa el sobreseimiento de la causa, la amnist¨ªa para las once mujeres y el derecho al aborto. Aqu¨¦l le recomend¨® que enviara el escrito al presidente Calvo Sotelo.
Contrariedad por la decisi¨®n judicial
Posteriormente, en el Colegio de Abogados de Vizcaya, los defensores y defensoras de las mujeres encausadas celebraron una conferencia de Prensa en la que relataron el contenido de la vista fallida, mostrando su contrariedad por la resoluci¨®n del tribunal. Se?alaron que el sumario tiene abundantes defectos y recordaron que es la tercera citaci¨®n ajuicio que se produce sin que se llegue a celebrar la vista. ?La primera, en junio de 1979, en que se cit¨® sin que se hubieran terminado los tr¨¢mites del proceso. Y la segunda, en octubre del mismo a?o, siendo suspendido el juicio por incomparecencia de las encausadas?.Insistieron en manifestar su desacuerdo con la decisi¨®n del tribunal en lo que hace a la suspensi¨®n y en la medida de decretar prisi¨®n preventiva a las dos encausadas que no comparecieron. Revelaron que el presidente del tribunal hab¨ªa manifestado en la vista su impresi¨®n de que aqu¨¦llas no se hab¨ªan presentado porque no hab¨ªan querido, puesto que la causa era del dominio p¨²blico y hab¨ªa recibido tratamiento informativo suficiente como para haberse enterado del d¨ªa y hora: ?Ese es un argumento discutible?, se?alaron los abogados; ?es culpar a las que no han venido, cuando el error que ha provocado formalmente su ausencia es achacable a la Administraci¨®n de justicia?.
La mayor parte de las acusadas presentes en el Colegio de Abogados se sometieron a las preguntas de los informadores, con la ¨²nica exigencia de que no se les hicieran fotos ni se dieran nombres y apellidos. ?Pedimos, por favor, que se nos juzgue la pr¨®xima vez, que no nos vuelvan a llevar al banquillo para no juzgarnos?, afirm¨® una de ellas en representaci¨®n del resto. ?Esta vez no les ha dado la gana de hacerlo. Dicen que las dos encausadas no estaban en su domicilio, y nosotros decimos que viven en ellos desde 1976, que las vemos a menudo, porque somos sus vecinas?.
?No somos criminales?, a?adi¨®, ?para que nos monten ¨¦stos cuadros con polic¨ªas y medidas de seguridad. Eso nos impone m¨¢s que asumir algo que hicimos hace cinco a?os y por lo que no sentimos ninguna verg¨¹enza?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Posiciones proaborto
- Juzgados
- Encierros
- Bilbao
- Aborto
- Orden p¨²blico
- Manifestaciones
- Organismos judiciales
- Protestas sociales
- Bizkaia
- Seguridad ciudadana
- Malestar social
- Anticoncepci¨®n
- Pa¨ªs Vasco
- Tribunales
- Reproducci¨®n
- Poder judicial
- Ayuntamientos
- Juicios
- Proceso judicial
- Administraci¨®n local
- Medicina
- Espa?a
- Justicia
- Problemas sociales