Margaret Thatcher no cambia su pol¨ªtica econ¨®mica
??Batirse en retirada? ?Diablos, no; si acabamos de llegar! ... ?, se?al¨® el jueves la primera ministra Margaret Thatcher, citando las palabras de un soldado americano reci¨¦n llegado a Francia, en 1918. Con ello, Thatcher indic¨® que no quer¨ªa cambiar su pol¨ªtica econ¨®mica, algo que debi¨® quedar claro en el Consejo de Ministros de ayer, dedicado al examen de la estrategia econ¨®mica general.
Las palabras de Thatcher ante la patronal, la Confederaci¨®n de la Industria Brit¨¢nica (CBI), vinieron a calmar los ¨¢nimos de los industriales, ya que la primera ministra afirm¨® que proseguir¨¢ con los recortes presupuestarios y no ir¨¢ hacia una pol¨ªtica de inflaci¨®n, pidiendo, por el contrario, una bajada del nivel de vida, con subidas salariales inferiores a la tasa de inflaci¨®n. De hecho, seg¨²n la CBI, los salarlos est¨¢n subiendo s¨®lo en un 9%, es decir, tres puntos por debajo de la inflaci¨®n.A pesar de todo, el jueves, mientras Thatcher se afanaba en el Parlamento en dejar claro que no hab¨ªa ninguna rebeli¨®n entre sus ministros, el titular de la cartera de Energ¨ªa, David Howell, aprobaba un plan por el que el dinero en efectivo de que dispondr¨¢ este a?o la Junta Nacional del Carb¨®n llegar¨ªa a los 1.100 millones de libras (200.000 millones de pesetas), un 30% m¨¢s de lo esperado.
Los mineros, que amenazaron en febrero con una huelga general si se cerraban algunos pozos y minas, consagraron as¨ª su victoria frente a un Gobierno que ahora resiste presiones similares por parte de los funcionarlos y de los empleados de ferrocarriles. El Gobierno conservador no ha llegado a¨²n a controlar su gasto p¨²blico ni a recortar sustancialmente los presupuestos ministeriales.
Sin embargo, a la salida del Consejo de ayer -y aqu¨ª no suele haber comunicados- se pudieron ver muchas caras largas. Aparentemente nadie lleg¨® a criticar abierta y frontalmente la pol¨ªtica oficial en las dos horas de debate a puerta cerrada.
Esto podr¨ªa ocurrir en el oto?o, cuando el Partido Conservador se empiece a preocupar m¨¢s seriamente de la imagen que presentar¨¢ a las pr¨®ximas elecciones.
La obsesi¨®n con el instrumento b¨¢sico para que no aumente la inflaci¨®n, el control de la oferta monetaria, ha hecho perder de vista la carencia de pol¨ªtica en otras cuestiones importantes, como el valor de la libra esterlina.
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