Las relaciones hispano-saudies

(...) Por fortuna, Espa?a -al rev¨¦s que otras naciones occidentalesno ha tenido ni tiene necesidad de hacer virajes pol¨ªticos y piruetas diplom¨¢ticas para acercarse a Arabia Saud¨ª. Las relaciones entre ambos pa¨ªses ya eran buenas en la ¨¦poca en que reinaban los antecesores de Jaled, los reyes Abdullah y Feisal. Es bien, cierto que las buenas relaciones hisp¨¢no-saud¨ªes fueron en principio un corolario de una de las vaguedades t¨®picas en que se fundamentaba la pol¨ªtica exterior del franquismo, pero con el tiempo -b¨¢sicamente con la industrializaci¨®n espa?ola, la creciente importancia saud¨ª como pa¨ªs productor de petr¨®leo y los esfuerzos de nuestros m¨¢s recientes Gobiernos por llenar de realidades una acci¨®n exterior que bajo el r¨¦gimen anterior era principalmente te¨®rica- esa relaci¨®n lleg¨® a convertirse en un intercambio significativo.( ... ) Pero el camino a¨²n es largo, y Espa?a debe explotar much¨ªsimo m¨¢s profundamente sus posibilidades en el mundo ¨¢rabe. Es preciso que el clima de cordialidad que existe de entrada entre los pa¨ªses ¨¢rabes -notablemente, Arabia Saud¨ª- y Espa?a redunde en una cooperaci¨®n econ¨®mica y energ¨¦tica profunda y, m¨¢s a¨²n, en una acci¨®n pol¨ªtica a nivel internacional que parta de bases conjuntas en la defensa de la estabilidad, la independencia de las naciones y la paz.

, 17 de junio