Internacional negra

Viene de p¨¢gina 9raban con ellas. Se estima que alrededor de 5.000 ?desaparecidos? fueron alojados, en alg¨²n momento, en el campo de concentraci¨®n de la Esma.

Tambi¨¦n se incluye en las listas de la P-2 el general Su¨¢rez Mason, ex comandante del Primer Cuerpo de Ej¨¦rcito, otro corresponsable del genocidio, especialmente en el ¨¢rea de la ciudad de Buenos Aires y en el cord¨®n obrero que la circunda, centralizada en la sede de Campo de Mayo, importante guarnici¨®n del Ej¨¦rcito y sede de la comandancia, donde tambi¨¦n funcion¨® el campo de concentraci¨®n y exterminio denominado El Campito, por el cual pasaron -y a¨²n se desconoce su destino- alrededor de 3.500 ?desaparecidos?.

Otros personajes de la dictadura incluidos en la n¨®mina de la logia italiana son el capit¨¢n de nav¨ªo Corti (secretario de Prensa de la presidencia de la naci¨®n, en la primera ¨¦poca del r¨¦gimen militar, cuando ejerc¨ªa el mando el teniente general Jorge R. Videla), as¨ª como el almirante Questa, el embajador Guillermo de la Plaza y otras figuras menores.

Finalmente, corresponde detallar otro aspecto de la cuesti¨®n: Licio Gelli, gran maestre de la logia P-2, huido de Italia y presumible mente oculto hoy en Argentina, tal como bien ha, publicado EL PAIS, ejerci¨® hasta abril de 1981 como consejero econ¨®mico de la Embajada argentina en Roma, cargo en el que fue designado en 1974. Precisamente su estado de diplom¨¢tico argentino perturb¨® la investigaci¨®n, cuya prosecuci¨®n fue directa mente ordenada por el presidente, Sandro Pertini. Gelli goza actual mente de amparo consular argentino, como titular de un pasaporte de esa nacionalidad. Estos hechos muestran un perfil diferente de la situaci¨®n argentina, confirman las estrechas relaciones de la extrema derecha a escala internacional y de las vinculaciones del peronismo de derecha, las tres aes y los altos mandos militares argentinos, as¨ª como la voracidad econ¨®mica y financiera de los responsables de la dictadura.

A la espera de la publicaci¨®n de esta carta, saludamos al se?or director con nuestra mayor consideraci¨®n./ del Centro Argentino de Madrid.