En defensa de "la fiesta"

Provocan estas l¨ªneas otras publicadas en esta secci¨®n con fecha de 3 del presente y firmadas por Gregorio Garc¨ªa Enrile.Pertenezco a esa minoritaria parcela de nuestra juventud que, a diferencia de esa otra mayoritaria, aludida por el se?or Garc¨ªa, no s¨®lo no ?pasa?, sino que goza del espect¨¢culo de los toros. Sin embargo, no tratar¨¦ de defender ¨¦sta mi pasi¨®n con las armas que me regala la pasi¨®n misma -recientemente, y en este peri¨®dico, as¨ª lo hizo, con singular acierto, Fernando Savater-, sino que m¨¢s bien ser¨¢ en los fr¨ªgidos terrenos de ?lo cultural? -tan caros a mi destinatario- donde habite mi exposici¨®n.

La corrida de toros es el espect¨¢culo moderno que ejemplifica con m¨¢s rigor el movimiento espiritual conocido con el nombre de Ilustraci¨®n. La arena es el plano privilegiado donde Prometeo -raz¨®n, construcci¨®n, luz- renueva cada tarde. el impulso m¨ªtico. de ?reducir lo irracional?, ?disipar las tinieblas?, ?matar al monstruo?: m¨¢xima aspiraci¨®n del Iluminismo.

Lamento, pues, que sus europeos, humanitarios e lustrados no hayan sido capaces de otorgarse el espect¨¢culo que mejor hubiera podido adornar su talante espiritual, y lamento, c¨®mo no, de igual modo, que nuestro pueblo haya tenido que ilustrar con la ?fiesta de las luces? la palmaria desposesi¨®n de luz, el reino riguroso de las tinieblas. Los unos, por los otros.

Su definici¨®n de ?la fiesta? como ?la carnaza secular que los poderes f¨¢cticos han echado a nuestro sufrido e inculto pueblo? me da pie a cursarle desde aqu¨ª una invitaci¨®n que bien podr¨ªa tener como marco alguna de las tabernas aleda?as a Las Ventas, lugar que ni pintado para la tertulia pol¨ªtica, develadora, cuandio es profunda, no s¨®lo de las ?carnazas fascistas?, sino sobre todo de los ?solomillos democr¨¢ticos? con que los poderes f¨¢cticos obsequian a sus atendidos. Todo ello -los vinos y la charla- vendr¨ªa, naturalmente, precedido por el bendito pr¨®logo de una tarde de toros, pues, como nos recuerda Jos¨¦ Bergam¨ªn: ?Una corrida es un espect¨¢culo inmoral, y, por consiguiente, educador de la inteligencia?./