El Gobierno estudia hoy el acuerdo por el que Fiat cede al Estado espa?ol su participaci¨®n en Seat
La Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos estudia hoy el texto del acuerdo firmado el pasado 29 de mayo entre el presidente del INI, Carlos Bustelo, y Romiti, administrador delegado de Fiat. El acuerdo garantiza la exportaci¨®n y la asistencia t¨¦cnica de Fiat a Seat hasta 1985 y permite a la empresa espa?ola la creaci¨®n paulatina de sus propias redes comerciales en el exterior (v¨¦ase EL PAIS, 30-5-1981).
Con este acuerdo, del que se felicitan p¨²blicamente ambas partes, el Gobierno espa?ol renuncia a llevar a la multinacional italiana ante el Tribunal Internacional de Par¨ªs y a iniciar una guerra comercial entre ambas marcas en los mercados de exportaci¨®n.Las negociaciones comenzaron para solucionar el problema planteado por Fiat cuando, en mayo de 1980, anunci¨® el incumplimiento de los acuerdos de 1979, por los que los italianos acudir¨ªan a una ampliaci¨®n que consolidar¨ªa su mayor¨ªa en Seat. El primero de junio del a?o pasado, los dirigentes de Fiat renunciaron efectivamente a suscribir tal ampliaci¨®n, y el presidente del INI anunci¨® su intenci¨®n de denunciar este incumplimiento ante la c¨¢mara de arbitraje de Par¨ªs.
Entre tanto continuaron, m¨¢s o menos precariamente, las relaciones tecnol¨®gicas y de exportaci¨®n, tal como estaban previstas en los planes de Fiat de 1980.
Los roces entre ambas empresas aumentaron en todos los frentes como pr¨®logo a lo que podr¨ªa ser una pr¨®xima guerra comercial que perjudicar¨ªa mucho a Fiat en el plano financiero internacional y a Seat en las exportaciones de 100.000 veh¨ªculos anuales. Se produjo, por parte de Fiat, una posici¨®n netamente restrictiva en cuanto a las informaciones que deb¨ªan ser transmitidas a Seat sobre algunos modelos, como fue el caso del nuevo dise?o del Ritmo. Fiat interpret¨® que los antiguos contratos no les obligaban a ceder la informaci¨®n a Seat con la antelaci¨®n habitual.
En diciembre de 1980, Fiat manifest¨® en Madrid a los dirigentes del INI su inter¨¦s en proponer soluciones que evitaran el arbitraje de la c¨¢mara de Par¨ªs y el esc¨¢ndalo subsiguiente. En enero de este a?o se celebr¨® una reuni¨®n en Tur¨ªn (Italia), en la que se apuntaron las posibles bases de un futuro acuerdo. Las negociaciones continuaron a partir de esas bases durante los meses siguientes con multitud de reuniones, en general bastante secretas, hasta que el pasado 29 de mayo EL PAIS tuvo acceso a una informaci¨®n, seg¨²n la cual se hab¨ªa firmado en Madrid el acuerdo de separaci¨®n, por el que Fiat ced¨ªa al Estado espa?ol su participaci¨®n en Seat y adelant¨® los criterios b¨¢sicos del texto. Tras el estudio de hoy por la Comisi¨®n Delegada del Gobierno, s¨®lo queda por parte espa?ola la aprobaci¨®n del texto definitivo por el pr¨®ximo Consejo de Ministros.
Reducci¨®n de "royalties" y exportaci¨®n
El acuerdo de transacci¨®n resuelve, seg¨²n fuentes tanto espa?olas como italianas, por una v¨ªa amistosa los problemas surgidos de los acuerdos rotos de 1979.Fiat cesa como accionista de Seat, cede al INI 2,8 millones de acciones, al precio de una peseta, y formaliza la venta del resto, a precio tambi¨¦n simb¨®lico, el 30 de julio de 1982. Los royalties, que estaban establecidos en el 2% para todos los casos, pasan al 1,8% para el Panda, con una reducci¨®n del 10%; al 1,5% para los dem¨¢s modelos, con una reducci¨®n del 25%, y al 0,75% para los modelos redise?ados y sin necesidad de actualizaci¨®n t¨¦cnica, con una reducci¨®n del 62,5 %.
Las reducciones de royalties suponen, seg¨²n fuentes espa?olas, un ahorro de unos 5.300 millones de pesetas desde 1981 a 1986.
En cuanto a la cooperaci¨®n t¨¦cnica, industrial y comercial, el acuerdo confirma los contratos anteriores que regir¨¢n hasta 1986. Fiat se compromete a mantener un ritmo de exportaciones que van de unos 100.000 coches, en 1981 y 1982, hasta 60.000 en los tres siguientes. Seat, a cambio, exportar¨¢ los modelos Fiat exclusivamente a trav¨¦s de Fiat.
Seg¨²n el acuerdo de cooperaci¨®n, Seat podr¨¢ utilizar la mec¨¢nica de base Fiat para redise?ar los modelos y crear su propio producto. Estos coches se exportar¨¢n a trav¨¦s de una red propia, a partir de enero de 1983 y simult¨¢neamente con las exportaciones Fiat. Los italianos reconocen a Seat libertad total para negociar con nuevos socios, aunque la incorporaci¨®n de mec¨¢nicas Fiat a coches de marca de otro socio no se podr¨¢ efectuar sin permiso de Fiat.
El acuerdo tiene que ser supervisado tambi¨¦n por el Gobierno italiano desde el punto de visita de la legislaci¨®n de cambios, pues en su d¨ªa autoriz¨® la inversi¨®n a Fiat y tiene que hacer la comprobaci¨®n rutinaria de que no encubre evasi¨®n de divisas, seg¨²n han informado a EL PAIS fuentes espa?olas.
Las fuentes consultadas por EL PAIS han confirmado que Fiat no afrontar¨¢ la parte de las p¨¦rdidas de Seat correspondientes a su participaci¨®n en 1979 y 1980. El d¨¦ficit total de la empresa fue de unos 15.000 millones el primer a?o de los citados cuando al cerrarse Fiat ten¨ªa casi el 50% de capital y se hab¨ªa hecho con la gesti¨®n de la empresa, y de 20.544 millones de pesetas en 1980.
A este respecto, la ¨²nica previsi¨®n de la ley de Sociedades An¨®nimas, seg¨²n fuentes del INI, es que las empresas deben reducir capital para que los accionistas afronten p¨¦rdidas cuando las acumuladas en el balance sean superiores a dos tercios del capital. Al cerrar el ejercicio 1980, las p¨¦rdidas acumuladas por Seat en balance eran de 25.000 millones de pesetas (el resto, hasta los 34.500 de los dos ¨²ltimos a?os, hab¨ªa sido compensado con reservas). Por tanto, no era obligada la reducci¨®n. As¨ª, los accionistas ¨²nicamente ten¨ªan que perder la ca¨ªda de valor de sus acciones.
El dato anterior, as¨ª como la existencia de unas reservas en el balance de Seat por valor de 44.000 millones de pesetas, al cerrar 1980, habr¨ªan determinado, seg¨²n la informaci¨®n recogida por este peri¨®dico, que la principal cesi¨®n de Fiat en las negociaciones haya sido su renuncia a la participaci¨®n accionarial por el precio simb¨®lico de una peseta.
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