Dos falsos recaudadores de impuestos llevan tres a?os estafando a los contribuyentes
Dos personas al menos, cuya identidad a¨²n no se ha podido conocer, est¨¢n estafando a los ciudadanos madrile?os desde hace m¨¢s de tres a?os haci¨¦ndose pasar por recaudadores de tributos municipales por apertura de locales. Los timadores, que conocen a la perfecci¨®n el sistema de pagos de estos impuestos y disponen de todos los documentos falsificados necesarios para realizar estos cobros, est¨¢n estafando alrededor de unas 3.000 pesetas por persona, sin que hasta el momento pueda saberse el n¨²mero de ¨¦stas que han picado ante tan h¨¢bil timo.
El n¨²mero de denuncias que han sido practicadas por el Departamento Tributario de Apertura puede llegar a cerca de cien durante todo este tiempo, aunque se supone que el n¨²mero real es muy superior a ¨¦ste debido a que muchas personas timadas no han declarado la estafa.El timador va recorriendo los domicilios de aquellas personas que han solicitado la licencia de apertura de locales o ya la tienen, cuesti¨®n por la que se supone que tienen alg¨²n contacto en este departamento, y le conminan a pagar impuestos por las instalaciones de ¨¦stos u otros elementos que no existen. Los ciudadanos, al observar la normal presencia del inspector con su acreditaci¨®n, por supuesto falsificada, pagan unas cantidades que no suelen sobrepasar las 4.000 pesetas, normalmente. La falta de conocimiento del ciudadano sobre el tema, ya que este tipo de impuestos nunca son cobrados a domicilio por ning¨²n inspector, y la falta de informaci¨®n por parte de los responsables de las oficinas municipales, que ya conocen el tema desde hace tres a?os, son factores que no evitan que los madrile?os puedan ser timados con toda facilidad.
Los delincuentes son al menos dos, seg¨²n se desprende de las descripciones facilitadas a EL PA?S por alguna de las personas estafadas. El m¨¢s conocido es rubio, perfectamente peinado, con un bigote del mismo color y ojos claros. Suele ir vestido impecablemente con un traje y tiene una complexi¨®n gruesa. Puede pesar alrededor de los ochenta kilos. Por el contrario, su compa?ero es moreno, delgado y con gafas. Ambas personas firman normalmente con el nombre de Joaqu¨ªn Ros Romero, quien existe realmente y es inspector municipal, lo que coincide con la impresi¨®n de la mayor¨ªa de las personas que trabajan en la citada oficina de que los timadores conocen perfectamente el mecanismo de estos cobros y pueden tener un enlace en tales oficinas o han debido trabajar all¨ª durante alg¨²n tiempo.
Las zonas por las que los citados estafadores suelen realizar sus timos no coinciden en absoluto y cambian con facilidad de barrios. Adem¨¢s se da la circunstancia que la mayor¨ªa de los impresos que se necesitan para tramitar las citadas licencias y todas las operaciones sobre locales estaban centralizados en la oficina sita en la calle de Sacramento, mientras que ahora cualquier persona puede tramitarlo en la tenencia de alcald¨ªa de su correspondiente distrito.
??Co?o, ya est¨¢ aqu¨ª Ros Romero! ?. Esta es la t¨ªpica exclamaci¨®n frecuentemente utilizada por los citados funcionarios cuando alguien aparece con uno de estos famosos recibos. Las discusiones, a veces, suelen entablarse, ya que los estafados se niegan a creer que tal situaci¨®n les ha podido ocurrir a ellos y los funcionarios sufren a menudo para tener que explicar la misma historia a todos los timados.
El pasado d¨ªa 28 de mayo, Luis Planet estaba tranquilamente en su domicilio cuando el falso Ros Romero llam¨® a su puerta. Era el delgado y moreno. Volvi¨® a utilizar el mismo procedimiento, la licencia de apertura, las instalaciones, etc¨¦tera. El hombre fue convencido, ?adem¨¢s, as¨ª no tendr¨¢s que desplazarte hasta las oficinas centrales y te evitar¨¢s un paseo y alg¨²n papeleo?, le coment¨® el estafador. Inmediatamente pag¨® 7.000 pesetas -esta vez la cifra media hab¨ªa ascendido- y el timo hab¨ªa sido dado con la mayor sutileza.
El d¨ªa 25 de junio Luis Planet decid¨ªa pasarse por la oficina central a recoger su licencia y se encontr¨® con una sorpresa. ? ?Perd¨®neme, pero ha sido usted estafado! ?, le dijeron.
Se da la circunstancia de que en varias ocasiones la Delegaci¨®n de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid ha difundido comunicados en los que daba cuenta de la ?existencia de personas que se hacen pasar por recaudadores de impuestos municipales, las cuales han obtenido dinero por este concepto en los domicilios de los presuntos contribuyentes o en sus locales de negocios?.
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