En torno a la avutarda / y 2
Hay que dejar bien claro que cuando se vuelva a autorizar la caza de las avutardas, jam¨¢s sea en batidas, pues esta forma de caza atenta contra la especie. Pienso sinceramente, en cambio, que cazando los viejos barbones a rececho, despu¨¦s del 20 de abril y una vez que ¨¦stos est¨¦n perfectamente censados y localizados, poco da?o se hace a la especie, pues en esas fechas las hembras ya est¨¢n separadas de los machos y por supuesto fecundadas e incluso algunas iniciando la incubaci¨®n.El viejo barb¨®n solitario, que generalmente ya ni se reproduce, es el m¨¢s preciado trofeo de avutarda y el cazador que le entre a rececho habr¨¢ de v¨¦rselas muy seriamente para llegarle a tiro, y cuando lo consiga y a trav¨¦s del visor vea sus largos mostachos movi¨¦ndose con el viento, se encontrar¨¢ con que la ret¨ªcula le baila de una forma desacostumbrada y le ser¨¢ muy dif¨ªcil lograrlo, y comprender¨¢ que ¨¦sta, y no otra, es la forma, la aut¨¦ntica forma, de cazar una especie tan importante como la avutarda.
Realmente, resulta incre¨ªble que a la Administraci¨®n, que ha creado nada menos que ocho reservas en el Pirineo para proteger y controlar los rebecos, por citar un ejemplo, no se le haya ocurrido crear ni tan siquiera una reserva de llanura para proteger una especie tan maravillosa y amenazada como la avutarda.
Los hombres de la Administraci¨®n que dirigen los organismos que se ocupan de la protecci¨®n de los animales silvestres, en el caso de las avutardas, s¨®lo se han preocupado, y los hechos lo demuestran, cuando Adenex y otras asociaciones proteccionistas han montado una buena campa?a de Prensa a favor de la especie.
Entonces, han decretado la veda de las avutardas, pero una veda no arregla nada y voy a ponerles un ejemplo: ?Si el alcalde de una ciudad quiere acabar con los gamberros, no le bastar¨¢ con echar un bando prohibi¨¦ndolos, tendr¨¢ adem¨¢s que tomar serias medidas y sacar la polic¨ªa a la calle para evitarlos?. Pues ¨¦sto es lo que no ha hecho la Administraci¨®n, s¨®lo ha hecho vedarlas, pero todos los cazadores sabemos que cuando se veda una especie totalmente, en ese mismo momento se est¨¢ dictando su sentencia de muerte.
No s¨¦ lo que habr¨¢ ocurrido esta temporada en el resto de Espa?a, pero aqu¨ª, en las zonas que controlo, se ha seguido cazando la avutarda pr¨¢cticamente de la misma forma que antes de la veda.
En cambio, si se establece una o m¨¢s reservas en C¨¢ceres, y espero que esto ocurra alg¨²n d¨ªa, habr¨¢ guardas que sepan cu¨¢ntos ?barbones? hay en cada zona, y en funci¨®n de este n¨²mero se podr¨¢n dar los permisos de rececho, pero, naturalmente, despu¨¦s del 20 de abril, que es cuando el trofeo vale la pena, y cuando el macho ya ha cumplido su misi¨®n reproductora. Y dicho guarda acompa?ar¨¢ al cazador, que no podr¨¢ cazar con ning¨²n tipo de arma autom¨¢tica, como ocurre en todas las reservas, y el cazador, auxiliado o no por el guarda, har¨¢ su rececho y entrar¨¢ al viejo ?barb¨®n?, y entonces, cuando tenga que v¨¦rselas con un ?viejo llanero? y una y otra vez le vuele antes de dejarse llegar, y as¨ª se pase tres d¨ªas o tal vez una semana detr¨¢s del preciado trofeo, ya ver¨¢ si resulta o no deportivo cazar con rifle y mira telesc¨®pica a un viejo macho. Lo que no es deportivo, y s¨ª fatal para la especie, es hacerlo en batidas con escopeta autom¨¢tica y postas.
Cuando haya una reserva, el guarda hablar¨¢ con los pastores para que durante el tiempo de puesta e incubaci¨®n. ¨¦stos aten a sus perros en las majadas y de forma especial a a los pequenos gozques, que tanto da?o hacen a los nidos, y tambi¨¦n se evitar¨¢ de una forma definitiva que se esparzan insecticidas en las zonas que pueblan las avutardas, envenenando a ¨¦stas y a todos los insect¨ªvoros, alegando hipot¨¦ticas plagas de saltamontes.
Una o m¨¢s reservas en C¨¢ceres, una soluci¨®n para que la especie no desaparezca en la presente d¨¦cada, si no se hace, les puedo asegurar que antes de 1990 no ser¨¢ necesario que se pida la prohibici¨®n o regularizaci¨®n de la caza, porque las avutardas se habr¨¢n muerto para nuestra tierra extreme?a, como ya se ha muerto definitivamente para otras comarcas.
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