Dos aceites de marca, detectados como t¨®xicos, seg¨²n an¨¢lisis oficiales

Dos aceites de marca y de venta al detall en comercio -aceites JAP y Aguado-El Prado, SA- han sido detectados por las autoridades como no aptos para el consumo. Mientras prosiguen las investigaciones sobre la intoxicaci¨®n por aceite, ayer falleci¨® en Madrid una joven, que eleva a 58 la estad¨ªstica de v¨ªctimas mortales. Las investigaciones no hacen sino confirmar, con sus resultados, las estimaciones de que m¨¢s de la cuarta parte del aceite de oliva que se consume en Espa?a no procede de la aceituna y que sufre varias adulteraciones en su proceso de fabricaci¨®n.

El laboratorio de la Direcci¨®n General de Competencia y Consumo, dependiente del Ministerio de Econom¨ªa y Comercio, ha detectado como no aptos para el consumolos aceites JAP, de la empresa de Juan Antonio Pastor Ruiz, de Fuenlabrada de los Montes (Badajoz), y Aguado-El Prado, SA, de la empresa de Elena Aguado Mart¨ªn, de Cedillo del Condado (Toledo). Estos dos aceites se venden al detall en establecimientos comerciales del ramo alimentarlo de diversas provincias espa?olas.

Seg¨²n la agencia Europa Press, el aceite JAP se ha distribuido principalmente en Le¨®n, Orense, C¨¢ceres y Badajoz. Seg¨²n las informaciones recogidas por EL PAIS, tambi¨¦n se ha distribuido en Madrid, donde a¨²n ayer permanec¨ªa a la venta, despu¨¦s de haber sido denunciado el d¨ªa anterior. En cuanto a la marca Elena Aguado-El Prado, SA, no se ha facilitado informaci¨®n oficial sobre su distribuci¨®n.

Por otra parte, los empleados de la empresa RAPSA, importadora de aceite de colza desnaturalizado, desmienten la acusaci¨®n del Ministerio del Interior, seg¨²n la cual esa empresa quiso destruir documentaci¨®n sobre sus ventas a Raelsa, considerada oficialmente como la principal envasadora y distribuidora del aceite a granel y de venta ambulante que origin¨® la mal llamada neumon¨ªa at¨ªpica y las v¨ªctimas que murieron por consumir el producto adulterado.

A caballo entre la econom¨ªa sumergida o golfa y las mafias tradicionales, existe desde hace muchas d¨¦cadas en nuestro pa¨ªs, fuera de todo control, un mercado paralelo del aceite de oliva. Los adulteradores facturan directamente cerca de 100.000 toneladas de supuesto aceite de oliva, con un beneficio limpio de aproximadamente 3.000 millones de pesetas anuales. Sus redes dan empleo a varios cientos de personas en su distribuci¨®n -vendedores ambulantes y almacenistas- y disponen incluso de una industria auxiliar a su servicio -aparentemente independiente y legal-, encuadrada en el sector de los aceites artificiales y esterificados.

Estos fraudes, que van desde las burdas mezclas del garrafista a las adulteraciones de ?guante blanco? (realizadas en laboratorio y de casi imposible detecci¨®n), generan indirectamente un excedente de verdadero aceite de oliva que se aproxima a las 240.000 toneladas.

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