Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez de Per¨®n sali¨® ayer de Argentina entre fuertes medidas de seguridad
En medio de estrictas medidas de seguridad, la ex presidenta argentina abandon¨® anoche Buenos Aires rumbo a Madrid. Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez de Per¨®n lleg¨® al aeropuerto de Eceiza a bordo de un helic¨®ptero militar que la hab¨ªa recogido en su quinta de las afueras de la capital, y embarc¨® poco despu¨¦s en un vuelo regular de Iberia, que llega esta ma?ana al aeropuerto de Barajas.
Desde media ma?ana de un d¨ªa lluvioso y fr¨ªo, fuerzas de? Ej¨¦rcito y de la polic¨ªa establecieron un r¨ªgido control en los accesos al aeropuerto, sobre todo en la autopista, de 35 kil¨®metros, que lo enlaza con Buenos Aires. S¨®lo se permiti¨® el acceso a veh¨ªculos con no m¨¢s de dos pasajeros y que pudieran demostrar con el oportuno billete que viajaban en el d¨ªa.A pesar de estos rigurosos filtros, que en algunos momentos provocaron embotellamientos de kil¨®metros, gritos de "?Isabel, Isabel!" acogieron en la terminal internacional de Eceiza a cada una de las ocho personas que componen el s¨¦quito de la ex mandataria recientemente liberada. Una nube de fot¨®grafos y reporteros argentinos se abalanzaba sobre cada uno de los miembros de la comitiva. Los gritos arreciaron especialmente a la llegada de su hermana, Araceli, que no pudo contener el llanto.
En el interior de la terminal de salida, la vigilancia militar y policial era discreta, pero efectiva. Escaleras mec¨¢nicas y corredores fueron cerrados al tr¨¢nsito de pasajeros, y las oficinas de la compa?¨ªa Iberia fueron colocadas directamente bajo el control de las autoridades aeron¨¢uticas. En los mostradores de nuestra compart¨ªa de bandera no era posible dejar un solo bulto, aunque estuviera perfectamente claro su contenido y la identidad de su propietario.
Control de pasajeros
El embarque en el Boeing 747 jumbo que lleva a Madrid a la viuda de Per¨®n se inici¨® dos horas y media antes del tiempo anunciado para el vuelo, con el fin de que todos los pasajeros pudieran estar perfectamente colocados y controlados cuando Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez abordara el compartimento de primera en el que ha efectuado el viaje.
No es casualidad que el d¨ªa fijado para la salida de la jefa del peronismo haya sido el 9 de julio, fiesta nacional argentina. Las autoridades militares pudieron controlar m¨¢s f¨¢cilmente los accesos a la terminal a¨¦rea. El centro de Buenos Aires fue escenario de un desfile castrense y numerosos bonaerenses abandonaron la gran ciudad para pasar un d¨ªa en el campo.
De creer las versiones publicadas por la Prensa argentina, Isabelita no regresar¨¢ a Buenos Aires, a pesar de que el juez s¨®lo le ha concedido un permiso de salida de tres meses. El m¨¦dico personal de la ex presidenta, que viaja con su amiga Pilar Franco, la reconoci¨® ayer antes de salir de su casa de San Vicente, y dijo a los periodistas que Isabelita, que cuenta cincuenta a?os de edad, est¨¢ en perfectas condiciones mentales y f¨ªsicas para emprender el viaje. Los medios informativos de este pa¨ªs tratan con una sordina liberada el fin de esta reclusi¨®n de cinco a?os para la viuda de Per¨®n, y radio y televisi¨®n han sido lac¨®nicos en sus noticias sobre la partida. Las revelaciones sensacionales, seg¨²n los principales rotativos bonaerenses, se producir¨¢n en Madr¨ªd. La viuda de Per¨®n vol¨® a Madrid con la intenci¨®n, al parecer, de pasar un mes y medio de vacaciones. Seg¨²n inform¨® su abogado, Ignacio. Collantes, el viaje tiene car¨¢cter exclusivamente privado.
El mutismo mantenido por Mar¨ªa Estela de Per¨®n caus¨® cierta sorpresa en medios justicialistas, donde se esperaba que, al menos, se reuniera en privado con algunas de las personalidades m¨¢s destacadas del peronismo. En cuanto a sus relaciones con los medios de comunicaci¨®n, su asesor de Prensa, Ricardo Fabris, anunci¨® que la ex presidenta conceder¨¢ una conferencia de Prensa a su llegada a Barajas. La salida de Isabelita de su pa¨ªs permitir¨¢ tal vez al Gobierno argentino emptender un "di¨¢logo pol¨ªtico" con los diversos partidos, pero no se cree que pueda tener, en un futuro inmediato, importantes repercusiones. Habr¨¢ que esperar, para saberlo, si Mar¨ªa Estela de Per¨®n tiene la intenci¨®n de volver a introducirse en la batalla pol¨ªtica o s¨ª, m¨¢s bien, lo que pretende es permanecer como una espectadora de la evoluci¨®n pol¨ªtica argentina.
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