Di¨¢logo entre las dos orillas
Me visitaba hace unas semanas en el Palais de l'Europe de Estrasburgo el presidente Rafel Caldera, que hoy rige la Uni¨®n Mundial Interparlamentaria, con firme y atinado pulso. El hombre de Estado venezolano es uno de los pocos pol¨ªticos que ha sabido palpar con intuici¨®n el nervio de la gran sacudida que hoy agita a la Am¨¦rica que habla en espa?ol, y por ende, al conjunto centro y suramericano. La ra¨ªz de ese temblor s¨ªsmico que se manifiesta de modo continuo en las veintid¨®s rep¨²blicas en diversas formas se halla en la inalcanzada necesidad de establecer una nueva ordenaci¨®n econ¨®mica internacional que supere los actuales planteamientos sociales. Esto, dicho as¨ª, parece una simple formulaci¨®n ret¨®rica. Pero el an¨¢lisis de los hechos desemboca una y otra vez en el mismo diagn¨®stico.La Am¨¦rica Latina, como es llamada, se debate hoy d¨ªa entre la violencia y la esperanza. El proceso de su democratizaci¨®n efectiva se presenta largo y complicado como un planteamiento de generaciones a venir. Las seis o siete democracias plenarias que hoy funcionan all¨ª, de modo efectivo, son ejemplos singulares que demuestran la viabilidad del prop¨®sito. Los reg¨ªmenes de libertad pol¨ªtica son posibles en la Am¨¦rica de nuestra lengua. Pero los datos esenciales que impiden todav¨ªa su total implantaci¨®n se pueden resumir as¨ª: una gran parte del territorio agrario cultivable mantiene a¨²n las estructuras feudales que provienen de la ¨¦poca colonial. La renta media anual por habitante de esas naciones no llega a los mil d¨®lares, lo cual significa que en muchas de ellas oscila entre los seiscientos y los ochocientos d¨®lares per c¨¢pita, diez veces menos que en Estados Unidos o en la Alemania Occidental. Junto a ese nivel de pobreza se sit¨²a el ¨ªndice del crecimiento demogr¨¢fico que se aproxima al 3,8%, uno de los m¨¢s altos del mundo. Cuando se habla de explosi¨®n de las poblaciones se emplea una calificaci¨®n realista. Asombra contemplar el aumento espectacular de las ciudades americanas de a?o en a?o, como un estir¨®n vegetativo que brota del suelo en t¨¦rminos incontenibles. Me dicen que la ciudad de M¨¦xico se convertir¨¢ en una aglomeraci¨®n de veinte millones de residentes en el curso de unos a?os. El boom ciudadano de Sao Paulo es una aventura urbana de perfiles inolvidables. As¨ª, Caracas y Buenos Aires. Lo tremendo de, este avance exponencial es que no se debe a la revoluci¨®n industrial, como ocurri¨® en la Europa del siglo XIX, sino que ha sobrevenido por el s¨®lo descenso de la tasa de mortalidad. A esos tres elementos b¨¢sicos, estructura agraria, nivel medio de vida y avalancha de nacimientos, se une la tensi¨®n del gran urbanismo, con su cortejo inevitable de marginaciones residuales, caldo de cultivo de las olas de fondo de la subversi¨®n callejera. Y el lento pero irreversible despertar del hombre de color, que sacude su resignado fatalismo.
Si introducimos este conjunto de datos en el ordenador, lo ¨²nico seguro es que no obtendremos un resultado simplista. Quienes busquen a la Am¨¦rica hispanohablante de hoy, respuestas en negro y blanco, como lo hacen las dictaduras al uso, olvidan el mundo de los hechos. Leo en un diario suramericano que en reciente acto p¨²blico se dijo en un discurso adoctrinador: ?Hay que luchar con fuerza contra el marxismo-leninismo, que desde quinientos a?os antes de Cristo intenta subvertir el orden y los valores de Occidente?. Necedades semejantes revelan las dificultades de encontrar soluciones negociadas al inmenso y turbulento mosaico. El aspecto geopol¨ªtico no puede tampoco olvidarse en un per¨ªodo en que las rivalidades estrat¨¦gicas del panamericanismo de Washington, con el hegemonismo mundial sovi¨¦tico, chocan y se entrecruzan entre el mar Caribe y la Tierra de Fuego. Todos esos factores son decisivos a la hora de imaginar un di¨¢logo eficaz entre las dos orillas. Espa?a planifica el suyo con caracter¨ªsticas propias.
El actual viaje del presidente del Gobierno a M¨¦xico se inscribe en esa dial¨¦ctica. No creo que deban hacerse proyectos de perspectivas globales en el agitado y turbulento panorama del iberoamericanismo, sin que exista por ahora, en el subsuelo pol¨ªtico del continente una m¨ªnima homologaci¨®n en los sistemas de vida p¨²blica.Hay all¨ª una mayor¨ªa de dictaduras y una minor¨ªa de democracias si queremos llamar a las cosas por su nombre. L¨ªbrenos Dios de interferir en su albedr¨ªo nacional para gobernarse como cada cual lo tenga por conveniente. Pero ese mismo respeto a la Idiosincrasia de los pueblos obliga a prescindir de los grandes escenarios teatrales que exigen revestimientos aparentes. Espa?a tiene todav¨ªa un reducido coeficiente de su balanza comercial enfocado hacia el mercado latinoamericano, con porcentajes del 8,7% para la importaci¨®n, y del 11 % para la exportaci¨®n de nuestros productos, cifras que hablan por s¨ª solas. M¨¢s importante ha sido la presencia, cada d¨ªa m¨¢s activa, de t¨¦cnicos. empresarios y financieros que han marchado all¨ª en estos a?os e n una cualificada y estimad¨ªsima emigraci¨®n. M¨¦xico, por su enorme empuje vital, y su riqu¨ªsimo subsuelo petrol¨ªfero, capaz de modificar en pocos a?os la geograf¨ªa energ¨¦tica del planeta, se ha convertido en el foco estelar del hispanoamericanismo del que ya era en el orden cultural adelantado indiscutible. Su vecindad con el poderoso gigante norteamericano confiere a su pol¨ªtica exterior un necesario acento de resuelta independencia que lo hace inconfundible.
Europa mira a la Am¨¦rica Latina con creciente inter¨¦s y atenci¨®n. La Comunidad Econ¨®mica mantiene en Bruselas un v¨ªnculo permanente con aquellos pa¨ªses.' El Consejo de Europa ha establecido contactos y realizado visitas rec¨ªprocas, con mandatarios y representantes nacionales y de parlamentarlos interamericanos, con gran intensidad, en los ¨²ltimos a?os. Rafael Caldera fue invitado en Estrasburgo, por la comisi¨®n de cuestiones pol¨ªticas del Consejo, a que expusiera su visi¨®n del actual momento de Hispanoam¨¦rica. Pero quiz¨¢ sea en el pr¨®ximo mes de octubre, en Madrid, cuando se realice el debate de m¨¢s entidad relativo a un tema americano candente. Es, en efecto, la subcomisi¨®n de los Derechos Humanos en Latinoam¨¦rica de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa la que auspiciar¨¢ un coloquio bajo el t¨ªtulo gen¨¦rico de Europa y Latinoam¨¦rica: el desaf¨ªo de los derechos humanos, al que han sido invitados hasta cincuenta organizaciones y grupos de diversa ¨ªndole y significaci¨®n, y casi un centenar de personalidades. En tres d¨ªas -del 16 al 18 de octubre- se examinar¨¢ con un ampl¨ªsimo orden del d¨ªa; un profundo deseo de objetividad y de rigor documental, y un prop¨®sito de buscar soluciones al vidrioso, conflictivo y lamentable problema, todo el informe de las violaciones de los derechos humanos ocurridas en pa¨ªses americanos en los ¨²ltimos a?os, no sabemos si por culpa del autoritarismo o del totalitarismo, que es el ¨²ltimo juego sem¨¢ntico inventado por los que disecan pelos en el aire.
Es, a mi juicio significativo ese gran simposio que se abre en Madrid casi en la misma fecha del aniversario del Descubrimiento. Es como si Europa quisiera enviar un mensaje a los pueblos de la otra orilla para que no olviden el contenido ¨¦tico que debe impregnar la tarea de un Gobierno si quiere de verdad contribuir al progreso de la civilizaci¨®n.
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