El nuevo "Diccionario Enciclop¨¦dico de las Artes e Industrias Gr¨¢ficas" describe el proceso de la revoluci¨®n tecnol¨®gica
Fue presentado en Barcelona, en el marco de la Graphispack
La revoluci¨®n tecnol¨®gica que Alvin Toffler sit¨²a en una ?tercera ola? y que Servan Schreiber considera un aut¨¦ntico ?desaf¨ªo mundial? est¨¢ teniendo una acusada incidencia en los m¨¢s insospechados campos de creaci¨®n y producci¨®n.Las pr¨¢cticas artesanales han vivido mutaciones trascendentales en lo que a t¨¦cnicas y recursos se refiere, situando el choque toffleriano en lo m¨¢s inmediato de nuestra experiencia, sin dejarlo para el futuro. No hay pr¨¢ctica humana que se haya librado de un creciente proceso de cibernetizaci¨®n.
El ordenador ha devenido en algo m¨¢s que una m¨¢quina autom¨¢tica llena de circuitos y dispositivos electr¨®nicos que mediante procedimientos aritm¨¦ticos y l¨®gicos nos suministra datos e informaciones a una velocidad realmente electr¨®nica. El computador es un demiurgo, un gran intruso que pese a su arrogancia acaba imponi¨¦ndose por su siempre indiscible eficacia y su manifiesta rentabilidad.
Si un campo o especialidad profesional ha sido alterado sustancialmente por la llegada del ordenador y las modernas tecnolog¨ªas es el mundo de las llamadas artes gr¨¢ficas, que en pocos a?os ha visto cambiar los medios profesionales que le eran propios junto a su misma denominaci¨®n. Lo que fueron artes en la era industrial pasan a ser industrias en la era posindustrial. El que fuera por antonomasia un gremio artesano y humanista ha sucumbido ante las nuevas realidades tecnol¨®gicas y ante el poder de los valores anal¨®gicos, num¨¦ricos y digitales.
La composici¨®n manual, de caja, o linotipia, ha dado paso a la fotocomposici¨®n; la preparaci¨®n de planchas y grabados mediante recursos artesanales se ha visto sustituida por la preparaci¨®n electromec¨¢nica de formas de impresi¨®n; la compleja y sutil selecci¨®n crom¨¢tica de nuestros viejos lit¨®grafos, arrumbada por la selecci¨®n que propicia el ojo electr¨®nico del scanner.
El plomo, la composici¨®n caliente y los c¨ªceros ya no son ni nombrados en el argot actual de las industrias gr¨¢ficas. S¨®lo las pel¨ªculas, los ojos electr¨®nicos de control de lectura, las picas son, junto con los bits, los t¨¦rminos m¨¢s usuales. Aquellos espaciados e interlineados mesurados con ¨®ptico tanteo son sustituidos por un programa que compensa espacios y aplica reglas matem¨¢ticas a unas estructuras gramaticales y formales no siempre sumisas a los dictados de la t¨¦cnica, generalmente concebida y elaborada con programas anglosajones, circunstancia que, a su vez, acarrea otros problemas subsidiarios.
Podr¨ªamos sacar a colaci¨®n mil ejemplos del vocabulario gremial hoy sustituido o ampliado por el t¨¦cnico-cibern¨¦tico. Pero probablemente sonar¨ªa a nostalgia o a escondidos afanes revivalistas que ni el mismo Gutenberg, padre de la criatura, en pleno siglo XX se atrever¨ªa a defender, porque el inventor del tipo m¨®vil, de haber visto un disco de fotocomposici¨®n o una pantalla de rayos cat¨®dicos se hubiera entusiasmado inmediatamente y hubiera aplicado el m¨¦todo a sus gruesos y voluminosos libros de estampaci¨®n manual.
Una aut¨¦ntica enciclopedia
Todas estas reflexiones nos las ha provocado el leer con atenci¨®n las voces m¨¢s novedosas del Diccionario enciclop¨¦dico de las artes e industrias gr¨¢ficas (DEAIG), preparado por Euniciano Mart¨ªn y L. Tapiz para las Ediciones Dom Bosco (Barcelona), donde son analizados m¨¢s de 8.000 t¨¦rminos de la profesi¨®n gr¨¢fica, hoy renovada de forma radical. Autores y editor que pertenecen al Instituto Polit¨¦cnico de Sarri¨¢, ¨²nico centro, casi centenario, de ense?anza de las artes gr¨¢ficas en Espa?a que, promovido por la congregaci¨®n salesiana, conjuga la formaci¨®n de nuevos profesionales con la investigaci¨®n y el reciclaje t¨¦cnico.Hasta la fecha no cont¨¢bamos en la bibliograf¨ªa espa?ola con un l¨¦xico b¨¢sico tan amplio en acepciones y vocablos t¨¦cnicos referidos a la impresi¨®n, la fotorreproducci¨®n, el dise?o, los tipos de papel, la encuadernaci¨®n, etc¨¦tera, todo lo que tiene alguna relaci¨®n con el mundo gr¨¢fico. Nos hallamos ante una aut¨¦ntica enciclopedia de las artes y las industrias gr¨¢ficas, donde lo tradicional e hist¨®rico se ve complementado por lo m¨¢s reciente y novedoso.
Una tarea larga, laboriosa, no exenta de dificultad, que en algunos casos ha obligado a los autores a acu?ar neologismos o a hablar de pr¨¢cticas recent¨ªsimas, de las que a¨²n no se dispone de la suficiente bibliograf¨ªa.
Es un diccionario nacido de la m¨¢s viva pr¨¢ctica, un vocabulario t¨¦cnico basado en una larga experiencia de taller que se sabe asistida por una amplia base te¨®rica y una irrenunciable voluntad de investigaci¨®n.
Las cajas, las resmas, las marcas al agua, los filetes, las vi?etas..., lo m¨¢s tradicional de las artes gr¨¢ficas mezclado con los circuitos de impresi¨®n, las pantallas TRC, la fotocomposici¨®n, los scanner, los fotoconductores, los rayos l¨¢ser, la automatizaci¨®n general de los procedimientos de impresi¨®n, en un denso conglomerado de t¨¦rminos profesionales que sin renunciar a la aportaci¨®n de los Garamont, los Bodoni, los Baskerville, los Didot, los Ibarra, nos pone al d¨ªa en cuanto a artes e industrias gr¨¢ficas y lo hace despu¨¦s de haber destilado de obras afines en otras lenguas europeas lo m¨¢s sustancioso y espec¨ªfico de la profesi¨®n.
Industrias y artes
Este importante diccionario de 656 p¨¢ginas, muchas ilustraciones y compacta cubierta, pensado para el estudio y la consulta, fue presentado precisamente en el ¨²ltimo Graphispack, la muestra m¨¢s al d¨ªa de las que se celebran en Espa?a dentro de las gr¨¢ficas, en todas sus manifestaciones. A nuestro juicio, este certamen fue la constataci¨®n definitiva del predominio de las industrias sobre las artes. En ¨¦l se celebr¨® un simposio que tuvo como temas centrales el aumento del rendimiento de la maquinaria con la inform¨¢tica, la aplicaci¨®n de la inform¨¢tica en la gesti¨®n, el dise?o, gr¨¢fico por ordenador, la planificaci¨®n y control mediante la inform¨¢tica, la implantaci¨®n de ¨¦sta en la industria gr¨¢fica y la digitalizaci¨®n de caracteres e im¨¢genes.Datos y hechos que nos obligan a aceptar que la ?tercera ola? toffleriana no es una mera ficci¨®n, sino una realidad. Un desaf¨ªo que nos afecta a todos tanto si nos refugiamos en los aspectos m¨¢s art¨ªsticos de las gr¨¢ficas como si nos amparamos en el omn¨ªmodo poder de la inform¨¢tica.
Babelia
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