Todos iguales

Al fin se han acabado los privilegios de los grandes del f¨²tbol espa?ol. Gracias a los nuevos estatutos, todos los clubes de cada categor¨ªa tienen el mismo n¨²mero de votos. Hasta la fecha se daba la incongruencia de que sociedades como Real Madrid, Barcelona, Valencia, Athl¨¦tic de Bilbao y Atl¨¦tico de Madrid ten¨ªan 35 votos, mientras H¨¦rcules, Las Palmas y Osasuna, por ejemplo, ¨²nicamente ten¨ªan diez. En Segunda, y hasta en Tercera Divisi¨®n, en raz¨®n de t¨ªtulos conquistados en la noche de los tiempos, se produc¨ªan id¨¦nticas discriminaciones.La ley de Deporte, al menos, ha servido para reducir el poder caciquil de algunos. Ser¨¢ muy dif¨ªcil, en el futuro, evitar la preponderancia de ciertas entidades en raz¨®n de los cargos directivos que ocupar¨¢n sus dirigentes, pero con un m¨ªnimo equilibrio que se produzca en las candidaturas que aspiren a dirigir la Federaci¨®n, se lograr¨¢ reducir a l¨ªmites, hasta cierto punto tolerables, el poder de los grandes.

Hasta la fecha se daba el caso de que cualquier votaci¨®n no depend¨ªa de lo que opinase la mayor¨ªa, sino de lo que deseasen cinco, que, adem¨¢s, de sus votos, pose¨ªan el n¨²mero suficiente para triunfar, gracias al control que ejerc¨ªan sobre determinados presidentes de federaci¨®n regional. Los cinco grandes puestos de acuerdo, pod¨ªan hacer cuanto se les antojase. Y los dem¨¢s callaban.