La manipulaci¨®n gen¨¦tica de las especies vegetales ahorrar¨¢ fertilizantes y pesticidas
, La construcci¨®n de plantas autosuficientes en nitr¨®genos, fundamentalmente cereales, por t¨¦cnicas de ingenier¨ªa gen¨¦tica podr¨¢ tener lugar en un plazo de cinco a?os, y su comercializaci¨®n, a comienzos de la d¨¦cada de los noventa, todo lo cual permitir¨¢ eliminar gran parte de la demanda de productos fertilizantes en el mundo, seg¨²n manifest¨® el profesor David Hopwood, director del Departamento de Gen¨¦tica de la Universidad de East Anglia, durante el Congreso de Gen¨¦tica Molecular celebrado recientemente en Le¨®n.Las actuales investigaciones, en las que participa un equipo de diez cient¨ªficos, est¨¢n siendo financiadas por la Administraci¨®n brit¨¢nica, e incluyen la manipulaci¨®n gen¨¦tica de otras especies vegetales para hacerlas resistentes a determinadas plagas y enfermedades, !o que a su vez har¨¢ innecesario el uso de pesticidas en su cultivo.
El objetivo de los cient¨ªficos se centra en conseguir el trasplante de genes de las bacter¨ªas que fijan el nitr¨®geno del aire a plantas que precisan para su crecimiento grandes cantidades de abonos amoniacales, entre ellas el trigo y el ma¨ªz, con el fin de lograr especies h¨ªbridas de alta rentabilidad. Seg¨²n Hopwood, en la actualidad se est¨¢ investigando ?d¨®nde se localizan esos genes y c¨®mo se regulan?, as¨ª como los vectores (agentes biol¨®gicos) que permitir¨ªan su trasplante a las especiales vegetales naturales. Se calcula que ser¨¢n necesarios todav¨ªa cinco a?os para construir las primeras plantas artificiales, y otros tantos para garantizar el ¨¦xito de su explotaci¨®n a gran escala.
Una meta mucho menos espectacular y m¨¢s inmediata: tambi¨¦n relacionada con la ingenier¨ªa gen¨¦tica, consistir¨¢ en ?explotar mejor la simbiosis, que ya se da en la naturaleza, entre las bacterias y determinadas plantas leguminosas, de forma que manipul¨¢ndolas gen¨¦ticamente se extienda a otras bacterias y a otros vegetales,
Se se?ala, sin embargo, que estos avances no servir¨¢n tanto para incrementar la producci¨®n mundial de alimentos b¨¢sicos -lo que, seg¨²n los expertos, constituve un problema m¨¢s pol¨ªtico que cient¨ªfico- como para ahorrar materias primas fertilizantes y, en consecuencia, abaratar los productos. Aunque los pa¨ªses del Tercer Mundo ser¨ªan, en principio, los m¨¢s interesados en desarrollar y poner en pr¨¢ctica estas t¨¦cnicas, no se tiene noticia de que ninguno de ellos est¨¦ trabajando en programas de ingenier¨ªa gen¨¦tica. La tecnolog¨ªa que exige estas investigaciones ?no es muy cara?, seg¨²n Hopwood, aunque s¨ª es imprescindible una alta cualificaci¨®n cient¨ªfica del personal investigador.
La ingenier¨ªa gen¨¦tica aplicada a la fijaci¨®n del nitr¨®geno para plantas de amplio consumo ha captado la atenci¨®n de las compa?¨ªas petroleras, interesadas en invertir parte de sus excedentes financieros en proyectos que ofrecen tanto riesgo como rentabilidad a medio plazo. En este sentido, las multinacionales se encuentran en una posici¨®n privilegiada frente a los Gobiernos del Tercer Mundo, que carecen por igual de recursos econ¨®micos y de una tecnolog¨ªa de vanguardia susceptible de ser aplicada en una t¨¦cnica que empieza.
Consecuentemente con este fen¨®meno, es el capital privado y la multinacional el que financia en mayor medida estas investigaciones dentro -al decir de los cient¨ªficos- de las m¨¢s pura ?tradici¨®n americana?. Seg¨²n ¨¦stos, las futuras plantas h¨ªbridas y las t¨¦cnicas que las generan est¨¢n abocadas a una comercializaci¨®n sujeta a las patentes (algunos microorganismos artificiales productores de antibi¨®ticos, hormonas y vitaminas ya han sido patentados con autorizaci¨®n del Tribunal Supremo de Estados Unidos, tras una fuerte pol¨¦mica en los medios cient¨ªficos, que se resist¨ªan a admitir la exclusiva de comercializaci¨®n de un microorganismo vivo, aunque hubiera sifo fabricado en un laboratorio).
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