La reforma agraria nicarag¨¹ense se pone en marcha
M¨¢s de 100.000 campesinos se beneficiar¨¢n de la reforma agraria anunciada el domingo por el comandante Daniel Ortega, en nombre de la Junta de Gobierno nicarag¨¹ense. La medida afecta principalmente a las grandes fincas que quedaron abandonadas al huir del pa¨ªs sus propietarios, en muchos casos para sumarse, en Miami y Tegucigalpa, a los centros log¨ªsticos de la contrarrevoluci¨®n somocista.
A la reforma agraria se ha sumado la incautaci¨®n de quince empresas, acusadas por sus trabajadores de descapitalizaci¨®n, y la nacionalizaci¨®n del comercio interior del az¨²car.
El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) califica estos decretos como una confirmaci¨®n del prop¨®sito gubernamental de ir a una econom¨ªa estatalizada. No obstante, ni la reforma agraria ni las nacionalizaciones suponen una alteraci¨®n sustancial en el juego de fuerzas de la econom¨ªa nicarag¨¹ense, donde el sector privado sigue ostentando el 60% de la propiedad.
Los decretos parecen destinados a contentar a los sectores m¨¢s radicales del sandinismo.
Las tierras confiscadas ser¨¢n entregadas a braceros que desde 1979 reclamaban el derecho a un trozo de tierra. Seg¨²n Daniel Ortega, los campesinos recibir¨¢n parcelas que permitan obtener al menos el salario m¨ªnimo, fijado en 132,5 d¨®lares mensuales (unas 13.000 pesetas).
La incautaci¨®n afectar¨¢ a las fincas improductivas que superen las 349 hect¨¢reas en los departamentos centrales y del Pac¨ªfico, y las 689 hect¨¢reas en el resto del pa¨ªs. Para considerar ociosa una propiedad bastar¨¢ con que su propietario haya abandonado el pa¨ªs sin raz¨®n justificada por m¨¢s de seis meses. Este baremo ser¨¢ aplicable igualmente al sector industrial.
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