La reforma psiqui¨¢trica socialista
Una reciente ?Tribuna libre?, titulada ??D¨®nde va Vicente?? (EL PAIS de 14 de julio), se preguntaba hacia d¨®nde se enfocaba la reforma del PSOE. Despu¨¦s de las declaraciones de sus m¨¢s altos responsables, creo que la respuesta est¨¢ dada por ellos mismos, al menos en lo referente a la reforma psiqui¨¢trica.El segundo responsable del partido, Alfonso Guerra, en uno de sus ya cl¨¢sicos arrebatos de sinceridad, nos ha explicado sus candorosas intenciones para cuando haya alcanzado el poder: meter en ?la c¨¢rcel o en un manicomio? a todo aquel que sea considerado como su adversario pol¨ªtico.
Es de agradecer este pequeno defecto de la m¨¢quina ?pensante? de don Alfonso, ya que en una reciente y ampl¨ªsima aparici¨®n en Televisi¨®n nos permiti¨® atisbar, una vez m¨¢s, sus verdaderos prop¨®sitos al explicarnos su filosof¨ªa pol¨ªtica. Toda ella se resume en aplicar las t¨¦cnicas teatrales de Artaud a la realidad social. Con esto no hace m¨¢s que copiar a su maestro pol¨ªtico, pues ni m¨¢s ni menos que eso fue la aportaci¨®n de Beria a la ciencia pol¨ªtica moderna, adem¨¢s, claro est¨¢, de utilizar las c¨¢rceles y los manicomios para eliminar a los que no estuviesen en posesi¨®n de su cambiante verdad.
Aplicar la t¨¦cnica teatral de Artaud (cultura) a la pr¨¢ctica pol¨ªtica (manicomios para adversarios), que preconiza don (desde ahora) Alfonso Beria, es una trasposici¨®n cultural tan castiza como la ya practicada en este pa¨ªs por la Inquisici¨®n, o sea, la aplicaci¨®n de las fallas populares (cultura) a la quema de herejes.
Estos piruetistas de la cultura, los inquisidores y Beria, ten¨ªan, c¨®mo no, rasgos comunes con don Alfonso, como el de aborrecer el poder, y no es de extra?ar, a juzgar
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por c¨®mo lo utilizaron o lo piensa utilizar don Alfonso.
En su ambicioso proyecto pol¨ªtico tiene don Alfonso un fiel aliado, me refiero a don Ciriaco de Vicente, m¨¢ximo responsable del PSOE, el cual, en recientes y asombrosas declaraciones,, nos comunica que no piensa hacer caso de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, ¨®rgano t¨¦cnico de la ONU, porque contradice totalmente su ilustrada opini¨®n sobre una determinada actuaci¨®n sanitaria. Aqu¨ª vemos que la segunda inc¨®gnita en la ecuaci¨®n de la reforma sanitaria del PSOE bebe en las mismas fuentes que don Alfonso. Al igual que hizo Stalin en el famoso affaire Lyssenko, don Ciriaco no est¨¢ dispuesto a confrontar la realidad cient¨ªfica como no coincida con su religi¨®n particular.
Supongo que en el febril reparto de hipot¨¦ticas carteras ministeriales dentro del PSOE, a don Alfonso le tocar¨¢ Interior, para as¨ª poder se?alar, fichero en mano, a los locos destinados a llenar los manicomios que don Ciriaco construya en Sanidad.
Un aviso a mis amigos militantes del PSOE: cuidado con esta reforma, pues ya sabemos que se empieza por los adversarios y se acaba encerrando a los compa?eros./
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