El Instituto Nacional de Hidrocarburos: necesidad de un debate / 1

La reciente publicaci¨®n del Real Decreto-Ley 8/1981, de 24 de abril, acerca de la creaci¨®n del Instituto Nacional de Hidrocarburos, ha puesto de manifiesto la necesidad de un debate amplio sobre la conveniencia, fines y estructura de un instituto que coordine y ejecute la pol¨ªtica energ¨¦tica del Estado en el ¨¢rea de los hidrocarburos. Tras haber sido convalidado el aludido real decreto ley por el Congreso de los Diputados y publicado en el Bolet¨ªn Oficial del Estado con fecha 1 de junio pasado, este mismo texto ha sido adoptado como proyecto de ley, y por el tr¨¢mite de procedimiento legislativo ordinario ser¨¢ debatido en las Cortes Generales. Tal decisi¨®n permitir¨¢, para el pr¨®ximo oto?o, un debate en profundidad, aun cuando conviene poner de manifiesto que la urgencia estimada, en su d¨ªa, por el Gobierno para un tema de tanta trascendencia puede perjudicar la regulaci¨®n definitiva que adopte el Parlamento.En la actualidad el sector p¨²blico est¨¢ presente en las distintas ¨¢reas y fuentes del sector energ¨¦tico: carb¨®n, petr¨®leo, gas, nuclear, solar y tambi¨¦n en la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica. Sin embargo, el Gobierno ha optado por no dar un tratamiento global al problema energ¨¦tico, para lo que hubiera sido muy conveniente la constituci¨®n de un ente de la energ¨ªa, que habr¨ªa de coordinar todas las fases de la misma y referida a las distintas modalidades conocidas o en fase de investigaci¨®n. Esta ¨²ltima es la tendencia que predomina en las econom¨ªas del mundo occidental, como consecuencia del contexto en el que se desarrolla la crisis energ¨¦tica. No obstante, la regulaci¨®n que contempla el Real Decreto-Ley 8 / 1981, de 24 de abril, circunscribe la actuaci¨®n del Instituto Nacional de Hidrocarburos al ¨¢rea del petr¨®leo y del gas, y en raz¨®n a ello el objeto del presente art¨ªculo se ce?ir¨¢ al ciclo de los hidrocarburos.

La participaci¨®n del Estado y del sector privado

Un conocimiento m¨¢s exacto de la presencia del sector p¨²blico y del sector privado en cada una de las fases del ciclo de los hidrocarburos es aconsejable, dado el alcance de dicha participaci¨®n en el tratamiento y la soluci¨®n que se adopte finalmente.

En la actualidad, el Estado controla, a trav¨¦s de la Direcci¨®n del Patrimonio y del Banco de Espa?a, el 57% de Campsa; a su vez, la Direcci¨®n General del Patrimonio tiene el 54% de Petroliber y el 30% de Hispanoil. De otra parte, tambi¨¦n el Instituto Nacional de Industria tiene el 70% de Hispanoil, el 92% de Enpetrol; el 100% de Eniepsa, el 100% de Enagas y el 100% de E. N. Elcano; el 50% de Butano. Asimismo hay una presencia importante del sector p¨²blico en el ¨¢rea de la petroqu¨ªmica, a trav¨¦s de la cartera de valores de Enpetrol, con participaci¨®n en las empresas Alcudia, Calatrava, Paular y Montoro.

Por lo que respecta a Campsa, esta sociedad controla el 50% de Asesa, el 100% de Aplesa, el 23%, de Petronor, el 50% de Butano y el 50% de Proas. Todas estas participaciones de Campsa est¨¢n gestionadas por un holding financiero, filial de aqu¨¦lla, cuya raz¨®n social es Corporaci¨®n Espa?ola de Hidrocarburos.

De otra parte, el sector privado tiene una presencia notable en el ¨¢rea de los hidrocarburos con CEPSA, Uni¨®n de Explosivos Riotinto y Petromed, b¨¢sicamente en la fase de refino y petroqu¨ªmica.

Fases del ciclo y su configuraci¨®n actual

Exploraci¨®n y producci¨®n. Unicamente el sector p¨²blico de la econom¨ªa espa?ola tiene programas de inversi¨®n en esta fase, hecha excepci¨®n de las compa?¨ªas privadas extranjeras, que tambi¨¦n colaboran con las empresas p¨²blicas espa?olas. Tanto Eniepsa, en el interior, como Hispanoil, en el exterior, dependientes del INI, realizan trabajos de perforaci¨®n, exploraci¨®n y producci¨®n. De otra parte, Campsa tambi¨¦n realiza este tipo de actividades. Cabe constatar que estas empresas p¨²blicas no coordinan sus programas de investigaci¨®n, exploraci¨®n y producci¨®n en lo que concierne a inversiones y financiaci¨®n de las mismas. Esta coordinaci¨®n es muy necesaria, tanto por los cuantiosos recursos que son precisos movilizar como por la complejidad de la tecnolog¨ªa que es necesario poner en marcha en los programas de investigaci¨®n. Esta exigencia es m¨¢s grave teniendo presente que en la mayor parte de los proyectos que se estudian y ejecutan participan otras sociedades con capital extranjero, circunstancia que aconseja una conjunci¨®n de esfuerzo por parte de las empresas p¨²blicas, que deben reclamar una estrategia com¨²n en defensa de los intereses del sector p¨²blico, en ocasiones relegados a un segundo plano, por los intereses individuales a nivel empresarial.

El aprovisionamiento de los crudos de petr¨®leo es realizado en la actualidad, en un 60%, mediante la cuota adquirida por el Ministerio de Comercio, suministro que realiza Hispanoil y que posteriormente se distribuye entre las distintas refiner¨ªas, de capital p¨²blico y de capital privado. El 40% restante del suministro de los crudos de petr¨®leo forma parte de la cuota libre a trav¨¦s de la cual cada empresa, sea p¨²blica o privada, adquiere en el mercado libre. La experiencia se?ala que el precio de origen del crudo adquirido por el Ministerio de Comercio es notablemente inferior al comprado por las empresas en el mercado libre. Cabe se?alar, igualmente, que se constata no s¨®lo un mayor incremento de estos precios de origen en los aprovisionamientos de crudos libremente adquiridos en el mercado, sino que tambi¨¦n se constata la falta de coordinaci¨®n existente entre las empresas p¨²blicas en lo concerniente a los criterios que se siguen en la pol¨ªtica de compras de la parte de crudos no incluida en la cuota del Ministerio de Comercio. La ordenaci¨®n de las fases de exploraci¨®n, investigaci¨®n, producci¨®n y aprovisionamiento requiere obviamente, una nueva regulaci¨®n de la actuaci¨®n de las empresas p¨²blicas, a fin de lograr una mayor eficacia de las mismas.

Transporte, refino y petroquimicaTanto en el sector p¨²blico como en el sector privado, cada empresa dispone de su propia flota de buques-tanque, adem¨¢s de las unidades de petroleros que tiene la Empresa Nacional Elcano. En consecuencia, las empresas Enpetrol, Petroliber y Petronor disponen de capacidad de transporte de crudos, y Campsa, en tanto que explota yacimientos de gas, tambi¨¦n tiene buques para el transporte de tales hidrocarburos. La necesidad de coordinar en la fase del transporte la actual flota dispersa del sector p¨²blico obedece no s¨®lo a la conveniencia de adecuar la capacidad del transporte y su previsi¨®n de crecimiento a las necesidades de las empresas p¨²blicas, sino que tambi¨¦n obedece a la exigencia derivada que tiene la actual flota del sector p¨²blico de reconvertir los actuales equipos de turbinas, de alto coste, de combustible por otros sistemas de propulsi¨®n de menor consumo de combustible, componente que actualmente es el elemento determinante del coste total de explotaci¨®n de un buque-tanque.

Por lo que respecta al refino, existen cinco complejos industriales importantes ubicados en el sector p¨²blico, de los que tres pertenecen a Enpetrol (Escombreras, Puertollano y Tarragona) y dos a Petroliber y Petronor (La Coru?a y Bilbao). Sin embargo, hay que se?alar que Campsa tiene una peque?a factor¨ªa dedicada a lubricantes en Badalona (Barcelona) y otra industria dedicada a la fabricaci¨®n de disolventes en Santander, que debe, igualmente, ser considerada en este an¨¢lisis como parte de la fase del refino y sus derivados.

La conveniencia de la coordinaci¨®n de las decisiones del sector p¨²blico en la fase de refino se manifiesta con mayor intensidad en los momentos actuales, debido a la capacidad de refino excedentaria (el 35% de la capacidad destilada), que obliga, en ocasiones, a trabajar en niveles inferiores al punto ¨®ptimo de rendimiento. Por otro lado, la inadecuada estructura entre la capacidad de refino y la demanda del mercado, que cada d¨ªa es m¨¢s acusada en el exceso de productos pesados y el correspondiente d¨¦ficit de los ligeros, obliga a la instalaci¨®n de plantas de cracking; no obstante, las elevadas inversiones que suponen estas plantas, exigen una perfecta coordinaci¨®n en las decisiones sobre su capacidad, ubicaci¨®n, a fin de evitar excesos de inversi¨®n que dificultan la necesaria rentabilidad del sector y la mayor competitividad a escala internacional.

En lo concerniente a la fase petroqu¨ªmica, las empresas p¨²blicas deben dotar al sector de la dimensi¨®n y estructura adecuadas a partir de su presencia en Alcudia, Paular, Montoro y Calatrava, desarrollando programas de investigaci¨®n y tecnolog¨ªas propias contrarrestando la fuerte presencia de capital extranjero en el sector y obteniendo los instrumentos financieros necesarios al tiempo que coordinen una estrategia com¨²n para garantizar en los mercados interiores y extranjeros sus productos, teniendo presente el reto que va a plantear la integraci¨®n de la econom¨ªa espa?ola en la Comunidad Econ¨®mica Europea.

El capital privado tiene cuatro refiner¨ªas, de las que dos son de Cepsa (Algeciras y Tenerife), una de Explosivos Riotinto (Huelva) y otra de Petromed (Castell¨®n), y una participaci¨®n en Petronor (Bilbao). El capital privado tiene importantes inversiones en la industria petroqu¨ªmica por medio de filiales, adem¨¢s de las que tiene el capital extranjero (BASF, Bayer, Solvay, Dow, etc¨¦tera).

Distribuci¨®n y comercializaci¨®n

La fase de distribuci¨®n de los hidrocarburos, en la actualidad, es llevada a efecto desde el sector p¨²blico por Campsa, Butano y Enag¨¢s. Fuera del sector p¨²blico, el capital privado distribuye gas, como es el caso de Catalana de Gas, SA; Gas Madrid, SA, etc¨¦tera.

Campsa ejerce la comercializaci¨®n de los derivados de petr¨®leo en su condici¨®n de compa?¨ªa arrendataria por virtud del contrato suscrito con el monopolio de petr¨®leos, teniendo bajo su control la red primaria y secundaria de distribuci¨®n que, siendo propiedad del Estado y constitu¨ªda por factor¨ªas, oleoductos, barcos y veh¨ªculos terrestres, usa de los mismos. Por consiguiente, Campsa ejerce un monopolio de derecho, ya que ninguna otra sociedad p¨²blica ni privada comercializa los productos para los que est¨¢ autorizada Campsa, hecha excepci¨®n de los productos petrol¨ªferos no energ¨¦ticos. Este status jur¨ªdico probablemente ha de ser revisado ante la futura integraci¨®n en la Comunidad Econ¨®mica Europea. No obstante, dicha integraci¨®n es compatible, de una parte, con el Monopolio Fiscal de Petr¨®leo, si bien, no con el monopolio de derecho de la comercializaci¨®n de los productos petrol¨ªferos energ¨¦ticos. De otra parte, las refiner¨ªas privadas y el capital privado no disponen en la actualidad de red de distribuci¨®n alguna similar a la del Monopolio de Petr¨®leos, arrendada a la Campsa, por lo que se plantea la forma de hacer compatible la libertad de comercializaci¨®n y el car¨¢cter monopol¨ªstico, de hecho, que tiene toda la infraestructura de distribuci¨®n propiedad del Estado.