Una experiencia frustrada
Con motivo del A?o Internacional del Ni?o (1979) se plante¨® una idea que, te¨®ricamente, parec¨ªa interesante: un grupo de directores espa?oles de prestigio deb¨ªan realizar un episodio cada uno, aportando as¨ª al conflictivo tema del cine para la infancia unos puntos de vista totalmente nuevos. Al conocerse ahora el resultado de la experiencia, el inter¨¦s no aparece por parte alguna; da la impresi¨®n de que los directores no han conectado entre s¨ª, realizando cada uno de ellos una experiencia personal que, en el conjunto, se pierde completamente. Como esas experiencias han sido, adem¨¢s, unidas mec¨¢nicamente por unos dibujos de ni?os que parecen durar m¨¢s que los episodios en s¨ª, Cuentos para una escapada a?adir¨¢ poca gloria a la filmograf¨ªa de estos consagrados autores.Dif¨ªcil es el enunciado de lo que es, o deber¨ªa ser, un cine para la infancia. Es m¨¢s simple definir qu¨¦ es lo que no es; en ese sentido, estar¨ªamos todos de acuerdo en que ni para ni?os ni para adultos sirven las pel¨ªculas inocuas, torpes; en definitiva, malas. Desgraciadamente, estamos ante una que responde a esos adjetivos, aunque cada espectador pueda elegir de entre los siete episodios alguno que le interese m¨¢s que otros. Sin embargo, el punto com¨²n de todos ellos, el de la pobreza de medios, ha contagiado casi por igual la pobreza de ideas de sus realizadores.
Cuentos para una escapada
Escrita y dirigida por Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, Jaime Ch¨¢varri, Gonzalo Su¨¢rez, Emiliano de Pedraza, Carles Mira, Teo Escamilla, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez y Miguel Angel Pacheco. Fotograf¨ªa: Carlos Su¨¢rez y Teo Escamilla (este ¨²ltimo, para el episodio de Carles Mira). Espa?ola. Local de estreno: AIb¨¦niz.
Incluso hay episodios cuya comprensi¨®n se hace dif¨ªcil, como el de Jaime Ch¨¢varri: no se entiende el desenlace. O el de Emilio de Pedraza, o el de Carles Mira. El af¨¢n por la autor¨ªa es, en ocasiones, una trampa. Parec¨ªa que en una pel¨ªcula colectiva como ¨¦sta importara m¨¢s el servicio conjunto a la idea general que la constataci¨®n de que estamos ante personalidades distintas.
La experiencia de este tipo de pel¨ªculas suele arrojar resultados similares. No s¨®lo en Espa?a -donde habr¨ªa que recordar ahora Cuentos er¨®ticos-, sino incluso en otros pa¨ªses, como Francia o Italia, que parecen ser m¨¢s aficionados al juego. De cualquier manera, t¨ªtulos como iViva Italia!, por citar uno de reciente estreno, part¨ªan de un gui¨®n conjunto, m¨¢s s¨®lido, que imped¨ªa la dispersi¨®n.
Cuentos para una escapada, sin embargo, es, ante todo, una pel¨ªcula dispersa. Quiz¨¢ esa dispersi¨®n fuera menos agresiva si cada cap¨ªtulo concreto hubiera obtenido resultados mejores. Como le ocurr¨ªa a la excelente Kargus, de tan escaso ¨¦xito comercial: el valor de los episodios aislados compensaba de la frustraci¨®n general de la pel¨ªcula.
Afortunadamente, la mayor¨ªa de los directores responsables de esta experiencia han realizado, al margen de ella, una obra que cuenta con fuerza en la realidad de nuestro cine. Como carta de presentaci¨®n es probable que Cuentos para una escapada les hubiera suspendido.
Babelia
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