La poblaci¨®n, a la hora del censo: la poblaci¨®n mundial / 1
La presentaci¨®n de las primeras cifras del censo, relativas a la provincia de Madrid (v¨¦ase EL PAIS del 14 de julio) ha inaugurado un per¨ªodo informativo sobre la poblaci¨®n espa?ola.El Real Decreto 2.810/1980, de 14 de noviembre, ordena que el censo de poblaci¨®n en Espa?a se efect¨²e con referencia al 1 de marzo de 1981. Se trata del noveno censo del siglo y su novedad consiste en que por primera vez, desde 1900 la fecha de referencia se traslad¨® del cl¨¢sico 3 1 de diciembre. Con esta ocasi¨®n. se inicia hoy en nuestras columnas una serie de art¨ªculos sobre las poblaciones mundial y espa?ola.
Al, principio de nuestra era, la poblaci¨®n del mundo deb¨ªa oscilar entre 150 y trescientos millones de habitantes. Hay que esperar al siglo XVII para ver doblarse el efectivo; un siglo y medio despu¨¦s se hab¨ªa. doblado de nuevo. A partir de la ¨²ltima mitad del siglo XIX comienza la gran expansi¨®n demogr¨¢fica: entre 1900 y 1960 la poblaci¨®n mundial vuelve a doblarse, llegando a los 3.000 millones de habitantes. Seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones de la ONU, al final de 1980 la humanidad contaba con 4.415 millones de miembros, de los cu¨¢les 3.284 millones habitaban en pa¨ªses menos desarrollados. A la vista de las proyecciones de dicha organizaci¨®n, en los ¨²ltimos cuarenta a?os del siglo actual la humanidad volver¨¢ a duplicar sus, efectivos, superando en el a?o 2000 los 6.000 millones de habitantes.
Se vive actualmente en una ¨¦poca hist¨®rica ¨²nica respecto a la multiplicaci¨®n de la especie humana; por primera vez, se tiene la sensaci¨®n de que el propio desarrollo cuantitativo de esa especie llamada ?hombre? puede ser un peligro para su propia supervivencia.
Al iniciarse la presente d¨¦cada, los par¨¢metros b¨¢sicos que marcan la evoluci¨®n inmediata de la poblaci¨®n eran los que recoge el cuadro I; sin embargo, se registra una clara desaceleraci¨®n de las tasas de crecimiento mundiales. La poblaci¨®n del mundo acaba de pasar por el cuarto de siglo de m¨¢s r¨¢pido crecimiento de su. historia y parece adentrarse en una nueva fase de disminuci¨®n constante en su fecundidad. Es preciso tener en cuenta que tasas de incremento decrecientes pueden dar lugar a crecimientos absolutos en aumento. De hecho, y seg¨²n las previsiones citadas, en los veinte ¨²ltimos a?os de este siglo la poblaci¨®n mundial aumentar¨¢ en 2.000 millones de habitantes.
Una dicotom¨ªa radical.
Se est¨¢ ante una desaceleraci¨®n de la tasa global de crecimiento de la poblaci¨®n mundial cuyo punto de inflexi¨®n cabe situar en los a?os sesenta. ?A qu¨¦ se debe esta desaceleraci¨®n en el ritmo de crecimiento de la poblaci¨®n del mundo? Intentando responder a esta pregunta hay que ir m¨¢s all¨¢ de los par¨¢metros medios aplicados a una ?poblaci¨®n mundial? m¨¢s o menos m¨ªtica, para identificar y situar en escena dos tipos de poblaciones con una estructura por edades y una din¨¢mica-totalmente diferentes: las de los pa¨ªses menos desarrollados y las de los pa¨ªses desarrollados.
La proporci¨®n de personas menores de quince a?os en los pa¨ªses menos desarrollados supera el 40%; es decir, son poblaciones muy j¨®venes, mientras que la proporci¨®n de personas mayores de 65 a?os no llega al 4%. El potencial de expansi¨®n que dicha estructura entra?a se traduce en esa tasa de crecimiento anual del 2,2%, superior a la media mundial, del 1,8%.
Tales proporciones sobre el total son del 25% para los menores de quince a?os, y dem¨¢s del 1 0%,para los mayores de 65 a?os, en las poblaciones de los pa¨ªses desarrollados; es decir, son poblaciones envejecidas, cuyo potencial de crecimiento implica una tasa anual inferior al 0,7%, muy por debajo de la media mundial citada (1,8%).
A grandes rasgos, se da una dicotom¨ªa radical entre esos dos bloques de poblaci¨®n que ocupan la escena mundial, y que son diferentes por su magnitud e importancia relativas (75% y 25%, respectivamente, en la actualidad), diferentes por su estructura (poblaciones j¨®venes en los pa¨ªses menos desarrollados, poblaciones envejecidas en los desarrollados) y, sobre todo, por su dinamismo y su potencial de expansi¨®n, sometidos, en una palabra, a dos reg¨ªmenes demogr¨¢ficos totalmente diferentes.
Como resultado de estos ritmos demogr¨¢ficos tan distanciados, el peso de la poblaci¨®n de los pa¨ªses menos desarrollados, que era del 67% a mitad del siglo, se prev¨¦ que alcance el 80% en el a?o 2.000; correlativamente, el de los pa¨ªses desarrollados disminuir¨¢ desde el 33% al 20% durante el mismo per¨ªodo.
Cambio en la distribuci¨®n por continentes
Al mismo tiempo, el cambio en la distribuci¨®n por continentes har¨¢ aumentar el peso de la poblaci¨®n de Asia en el total mundial; del 55%, en 1950, al 58%, al final del siglo, mientras la vieja Europa disminuir¨¢ su importancia en la poblaci¨®n mundial: desde el 16%, a mitad de siglo, al 11 %, en la actualidad, y al 8%, en el a?o 2000.
Pese a ese crecimiento absoluto, en las ¨¢reas menos desarrollada,-. se percibe una clara ca¨ªda en sus tasas de crecimiento. Ahora bien, los pa¨ªses menos desarrollados no constituyen un espacio demogr¨¢fico homog¨¦neo, de tal manera que al identificar los pa¨ªses que est¨¢n incidiendo en la desaceleraci¨®n del crecimiento de la poblaci¨®n mundial en curso, se observa que en m¨¢s del 60% de estos pa¨ªses menos desarrollados la fecundidad ser¨ªa todav¨ªa superior a la de los pa¨ªses occidentales antes de su transici¨®n demogr¨¢fica. As¨ª, pues, la ralentizaci¨®n del crecimiento demogr¨¢fico mundial ser¨ªa imputable principalmente a los pa¨ªses de mayor poblaci¨®n, entre los cuales. el peso de China es considerable, junto al de otros grandes pa¨ªses como Brasil y la India.
Por su parte, en los pa¨ªses desarrollados, la tasa de crecimiento ha disminuido en un 441% desde la primera mitad de los sesenta a finales de los setenta (siete veces m¨¢s que en el resto del mundo), como resultado tambi¨¦n de la ca¨ªda de la fecundidad.
La disminuci¨®n de la fecundidad se inici¨® pr¨¢cticamente, en todos los pa¨ªses occidentales en 1964, y se ha acelerado desde el principio de los a?os setenta. Como consecuencia, la renovaci¨®n de la poblaci¨®n (que en las condiciones de mortalidad de estos pa¨ªses exige un promedio de 2,1 hijos por mujer) ya no resulta asegurada en la mitad de los pa¨ªses industriales., Incluso la poblaci¨®n disminuye en varios pa¨ªses de Europa. Esta ca¨ªda profunda de la fecundidad en los pa¨ªses desarrollados es el otro gran factor de novedad en el panorama demogr¨¢fico actual del mundo. Sin duda. los pa¨ªses desarrollados han entrado en un nuevo r¨¦gimen demogr¨¢fico cuya caracter¨ªstica primordial ser¨ªa el control casi perfecto de la fecundidad por la pareja.
Crecimiento desigual
Se est¨¢, por lo dicho, ante una poblaci¨®n mundial, creciendo cada vez m¨¢s r¨¢pidamente en valor absoluto, pese a sus decrecientes tasas de incremento. En t¨¦rminos comparativos, este crecimiento es profundamente desigual-, mientras que un cierto n¨²mero de pa¨ªses industriales (las dos Alemanias y Suecia ser¨ªan los m¨¢s llamativos) registran un crecimiento natural negativo -e ¨ªndices de envejecimiento extra ordinariamente altos-, el conjunto de los pa¨ªses menos desarrollados muestran un cambio cualitativo a la baja. El peso demogr¨¢fico de lo que hoy se denomina occidente tender¨¢ inexorablemente a ser menos en t¨¦rminos relativos, con una poblaci¨®n crecientemente debilitada en lo que a la edad se refiere. No es de extra?ar, por tanto, que vuelvan a sonar voces en Europa a prop¨®sito del problema demogr¨¢fico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.