Homil¨ªa como examen
Entre los temas de ense?anza m¨¢s discutidos y antipopulares aparece a menudo la prueba de acceso a la universidad -la selectividad-, que representa la ant¨ªtesis de las t¨¦cnicas de ensenanza progresista que el Ministerio propone como correctas.. La evaluaci¨®n continua, la devaloraci¨®n del sistema de ex¨¢menes... chocan con la l¨®gica de la selectividad, que s¨®lo se justifica como una traba m¨¢s y provoca en el alumnado una prueba de fuego de la que siempre -con resultados positivos o negativos- sale quemado con el vac¨ªo de la pregunta: ?Todo para esto?Refiri¨¦ndonos al caso particular de la prueba del d¨ªa 17 -segunda parte del examen, precisando m¨¢s, la conferencia- en la Universidad Aut¨®noma, tribunal n¨²mero 2, la tensi¨®n se tradujo en sorpresa. Durante todo el COU, el esfuerzo de los alumnos por entender el esp¨ªritu de la selectividad fue continuo, pero al empezar a escuchar al catedr¨¢tico de Morfolog¨ªa de la facultad de Medicina de la Universidad Aut¨®noma con el tema La g¨¦nesis del hombre no logr¨¢bamos situarnos. La sala donde nos hall¨¢bamos parec¨ªa la Biblioteca de la Universidad Aut¨®noma, pero la voz que escuch¨¢bamos nos remontaba al Concilio de Trento.
De un tema cient¨ªfico que serv¨ªa como cualquier otro para comprobar nuestra capacidad de s¨ªntesis, el presidente del tribunal n¨²mero 2 se extendi¨® en homil¨ªa sobre los anticonceptivos y el aborto, relacionando el segundo con el asesinato -argumento discutible, pero inadecuado a todas luces en ese lugar-, y luego, coloc¨¢ndose como portavoz de los cient¨ªficos e investigadores de la g¨¦nesis de la vida, afirmar que m¨¦todos propagados de anticoncepci¨®n como p¨ªldora y DIU (dispositivo intrauterino) no son otra cosa m¨¢s que abortos qu¨ªmicos y mec¨¢nicos y, por tanto, asesinatos; ?aunque esto tengan que discutirlo losjueces?.
Para seres como nosotros, desamparados ante aquel mitin y jug¨¢ndonos el aprobado o suspenso con cada d¨¦cima no poner en nuestra s¨ªntesis el inciso, que con el t¨ªtulo de Unas consideraciones ocup¨® buena parte del tiempo, fue un riesgo que corrimos y que indudablemente no habr¨¢ influido positivamente en la nota. No cabe duda tampoco que la elecci¨®n, desarrollo y orientaci¨®n del tema no fue fortuito.
?Debemos unir a nuestra angustia de examinados la angustia ya olvidada del viejo estilo de las clases de religi¨®n o de formaci¨®n pol¨ªtica dependiendo del profesor? ?No hay nada que ayude a que no sucedan o al menos no se repitan estos ataques a los cerebros reblandecidos de ex¨¢menes morales, de estos abusos?/
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