Korchnoi recurre a Pinochet para liberar a su familia
El presidente vitalicio de Chile, Augusto Pinochet, puede ser la clave en la soluci¨®n del conflicto planteado hace ya cinco a?os entre Viktor Korchnoi y el Estado sovi¨¦tico. El ahora ajedrecista ap¨¢trida, que abandon¨® su pa¨ªs natal tras ser sancionado por un a?o a causa de las graves diferencias con la federaci¨®n y otros estamentos o personas, se ha dirigido al general chileno para que negocie un intercambio del tipo de VIadimir Bukovski-Luis Corval¨¢n, de 1976, que permita salir de la URSS a su esposa y a su hijo. En principio, el encuentro por el t¨ªtulo mundial entre ¨¦l, como aspirante, y el campe¨®n, Anatoly Karpov, parece fijado tras dos cambios de fecha, ante las presiones de Korchnoi, para el 1 de octubre en Mierano (Italia).
El ajedrez mundial habla en sovi¨¦tico pr¨¢cticamente desde hace cincuenta a?os. Tras la irrupci¨®n de Alexandre Alekhine -aunque fuese realmente ruso-franc¨¦s-, en la cumbre mundial, destronando al genial cubano Jos¨¦ Ra¨²l Capablanca, s¨®lo los breves reinados del holand¨¦s Max Euwe y el exc¨¦ntrico norteamericano Boby Fischer interrumpieron el dominio de la URSS. El juego del tablero, relativo deporte, es una pasi¨®n nacional en la URSS, donde existen millones de jugadores. Cuando, en 1972, el campe¨®n Boris Spassky fue derrotado claramente por Bobby Fischer - 12,5 puntos contra s¨®lo 8,5-, el pa¨ªs vivi¨® una especie de tragedia nacional. Adem¨¢s, la primac¨ªa pasaba a Estados Unidos, lo cual era mucho m¨¢s humillante.La enorme m¨¢quina sovi¨¦tica, pues, se puso en marcha para intentar encontrar r¨¢pidamente la figura que pudiese vencer a Fischer. La suerte fue su aliada, no s¨®lo por encontrar al joven Anatoly Karpov, sino por el propio car¨¢cter deljugador norteamericano, que se neg¨® a defender su t¨ªtulo en 1975 en Rejkiavik (Islandia). Fischer, al decir de todos los especialistas, sigue siendo el mejor jugador del mundo, por delante de Karpov, pero sus mismas facultades mentales le han llevado al ostracismo.
Karpov, precisamente para llegar al t¨ªtulo -que se pone en juego cada tres a?os-, disput¨® la final del torneo de candidatos a Viktor Korchnoi. El joven puro sovi¨¦tico, nacido el 5 de mayo de 1951 en Zatloust (Urales), venci¨® apretadamente -12,5 contra 11,5- al ya veterano V¨ªktor Lvovich Korchnoi, nacido en Leningrado, pero de ascendencia polaca y jud¨ªa (su madre adoptiva es Rosa Fridmann, apellido significativo). El porvenir de ¨¦ste, ya en ese momento con 47 a?os, con problemas desde 1960 por su origen impuro, as¨ª como por su manera de ser rebelde y conflictiva, no pod¨ªa tener comparaci¨®n con el de Karpov. El encuentro estaba literalmente sentenciado por ?¨®rdenes superiores? desde el principio y a Korchnoi le pusieron toda clase de inconvenientes. A pesar de todo, a punto estuvo de dar la sorpresa, y lo que no hizo fue callar ante tantas artima?as. La denuncia, aparte de decir que Karpov no estaba preparado para enfrentarse a Fischer, le supuso un a?o de sanci¨®n sin poder jugar al ajedrez, y esa fue la gota que derram¨® el vaso de su paciencia.
En los dos torneos que pudo jugar al a?o siguiente, en 1976, fuera de la URSS -de donde se le hab¨ªa prohibido salir en 1975, recortado el sueldo y otras prebendas habituales de los deportistas de elite- sac¨® en sendas tandas su biblioteca, fundarnental para el estudio en ajedrez, y en el ¨²ltimo, celebrado en Amsterdam, aprovech¨® para pedir asilo pol¨ªtico en Holanda. Despu¨¦s pas¨® a Suiza, donde reside.
En 1978 perdi¨® en Baguio, Filipinas, tras un encuentro plagado de incidentes en el que Korchnoi acus¨® al grupo rival de utilizar un parapsic¨®logo para impedirle la concentraci¨®n. Karpov gan¨® s¨®lo con relativa facilidad, pero al menos veng¨® las derrotas infligidas por el disidente -muy especial, pues ¨¦l mismo niega serlo, ya que m¨¢s que criticar el sistema, protesta por sus problemas- a sus compatriotas Petrosslan, Polugalevski y Spassky. El primero, depurado tambi¨¦n tras la derrota, fue el gran cr¨ªtico de Korchnoi desde siempre, y volvi¨® a ser derrotado en los cuartos de final del ¨²ltimo torneo de candidatos. A continuaci¨®n, en semifinales, volvi¨® a caer Polugaievski y en la final abandon¨® el nervioso profesor alem¨¢n Huebner, que no puede controlarse en los momentos importantes.
Presiones a la URSS
Korchnoi lleg¨® as¨ª f¨¢cilmente de nuevo hasta Karpov, pero en esta ocasi¨®n no quiso dejar pasar la oportunidad de presionar para que la URSS deje al fin salir a su familia, a su esposa, Isabella, de cincuenta a?os -¨¦l tiene ahora 51-, y a su hijo Igor, de diecinueve. Su situaci¨®n es cada vez m¨¢s grave, aparte de haber pasado ya cinco a?os separados. Igor fue condenado en diciembre de 1979 a dos a?os y medio en un pampo de redenci¨®n por el trabajo, acusado de insubordinaci¨®n. Se hab¨ªa negado a cumplir el servicio militar, por temor a que las autoridades sovi¨¦ticas le acusaran de poseer o espiar secretos y le impidieran, por ello, salir del pa¨ªs durante varios a?os.Friedrik Olafsson, island¨¦s, presidente de la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez, con la idea de igualar la situaci¨®n personal de los contendientes, ha tratado, hasta ahora infructuosamente,con la URSS Ia salida de la familia Korchnoi, e incluso aplaz¨® un mes el comienzo del encuentro. previsto para el 19 de septiembre en Merano. Sin embargo, las protestas sovi¨¦ticas y de los pa¨ªses socialistas fueron inmediatas, al acusar a Olafsson de injerencias pol¨ªticas en el deporte. El comit¨¦ ejecutivo de la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez, reunido en Atlanta el pasado d¨ªa 24, tom¨® una soluci¨®n salom¨®nica: el 1 de octubre. Seg¨²n el comit¨¦, esta fecha -curiosamente aceptada por ambas partes- la acord¨® M. Olafsson despu¨¦s de haber recibido un mensaje escrito de las autoridades sovi¨¦ticas, del cual no quiso desvelar su contenido. Al decir de los observadores, podr¨ªa tratarse del posible intercambio de la familia Korchnoi -aunque no se conoce qui¨¦n podr¨ªa ser ?la otra parte?-, como el del disidente Bukovski por el secretario general del parlido comunista chileno, Luis Corval¨¢n, en 1976. O el de otros cinco disidentes por dos esp¨ªas sovi¨¦ticos detenidos en Estados Unidos en 1979. Korchnoi, seg¨²n todos los indicios, ha pedido ayuda, como mediador, al presidente de Chile, Augusto Pinochet.
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