Guerra ol¨ªmpica interna por el dinero
El movimiento ol¨ªmpico no cesa de generar problemas. Por si fueran pocos ya los provocados ¨²ltimamente por la pol¨¦mica gira del equipo nacional de rugby surafricano, los Springboks, por Nueva Zelanda, los comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales, reunidos durante el pasado fin de semana en Mil¨¢n, pr¨¢cticamente se rebelaron contra la autoridad m¨¢xima del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. La causa en esta ocasi¨®n no ha sido las discrepancias por innovaciones o cambios en el olimpismo, sino estrictamente econ¨®mica. Los CON quieren m¨¢s dinero y no depender de las migajas del COI.Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, se encuentra ya ante un nuevo problema. Si, por un lado, quiere potenciar los CON, a fin de que sean organismos con fuerza suficiente deportiva para resistir los envites pol¨ªticos, corre el peligro ya de que tomen demasiada importancia, en detrimento del omnipotente COI. A finales de junio, Samaranch viaj¨® a Lom¨¦, cap¨ªtal de Togo, para inaugurar la reuni¨®n de los comit¨¦s ol¨ªmpicos africanos. Le interesa especialmente su pujanza para que cualquier decisi¨®n respecto al problema del apartheid no la tomen los pa¨ªses del continente negro -como ocurre ahora- empujados por el Consejo, Superior del Deporte de Africa (CSSA), organismo directamente dependiente, y pol¨ªtico, por tanto, de la OUA. El presidente del COI vol¨® en el avi¨®n particular del multimillonario editor mexicano Mario V¨¢zquez, a la saz¨®n presidente de la asociaci¨®n de los 147 comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales (ACNO). V¨¢zquez acaba de ser reelegido este fin de semana en Mil¨¢n, donde los CON -reunidos para unificar criterios cara al pr¨®ximo congreso de Baden-Baden- han reivindicado mejores condiciones econ¨®micas, en una aut¨¦ntica rebeli¨®n contra el poder establecido del COI.
Tres pilares
El movimiento ol¨ªmpico se basa en tres grandes pilares. Dos de ellos, sin embargo, los comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales y las 26 federaciones internacionales de los deportes ol¨ªmpicos, se encuentran totalmente subordinados al COI, compuesto por 87 miembros cuidadosamente seleccionados, no como representaci¨®n de cada pa¨ªs, sino seg¨²n curiosos m¨¦todos de m¨¦ritos personales. El olimpismo moderno, como fiel heredero del esp¨ªritu amateur de los se?ores que pod¨ªan permitirse el lujo de hacer deporte a principios de siglo, pues sus posiciones sociales las dejaban sin perjuicio de sus econom¨ªas, no ha perdido su halo de clasismo elitista, cada vez m¨¢si chocante en los tiempos que corren.
Y la situaci¨®n subsiste a nivel organizativo tanto en el COI como en los CON o en las federaciones internacionales. Samaranch o Mario V¨¢zquez son dos ejemplos de personajes liberados econ¨®micamente. Sin embargo, precisamente en este tema, por el dinero del llamado fondo de solidaridad ol¨ªmpica, basado fundamentalmente en los derechos que cobra el COI por la televisi¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos, ha estallado la guerra. Cada ciudad sede cobra dos tercios, y el otro es para el COI, que a su vez lo reparte en otras tres partes: una, para sus gastos; otra, para las 26 federaciones ol¨ªmpicas, y una ¨²ltima, para los CON. Estos, con muchos problemas econ¨®micos en sus pa¨ªses, especialmente los del Tercer Mundo, que apoyan concretamente a Mario V¨¢zquez, quieren mayor cantidad.
La lucha entonces se plantea como un asalto al COI, que l¨®gicamente no querr¨¢ dejar su control absoluto de los fondos. Mientras Samaranch, m¨¢s diplom¨¢tico. ha guardado silencio, Monique Berlloux, directora del COI y curioso personaje que sobrevive a los presidentes, no ha tardado en declitrar que el COI ?dirige la conducta de los CON. Si esto se hace as¨ª, no habr¨¢ problemas?. El pr¨®ximo congreso ol¨ªmpico de Baden-Baden, pues, tiene otro asunto que resolver. Incluso los CON y V¨¢zquez reafirmaron su inmovilismo -tipo sovi¨¦tico y de los pa¨ªses del Este- al no querer cambiar los protocolos de banderas e himnos y al no tenet tanto miedo al gigantismo, en contradicci¨®n con la actitud diplom¨¢tica de Samaranch de paliar ambas cosas para evitar conflictos pol¨ªticos.
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