"El Vignolas", cuatro siglos de un cl¨¢sico de la arquitectura
Aparece la ¨²ltima edici¨®n espa?ola de sus "reglas"
A las numerosas ediciones existentes de la Regla de los cinco ¨®rdenes de arquitectura (1562), de Vignola, un cl¨¢sico fundamental en la teor¨ªa del arte, se ha sumado recientemente la publicada en Murcia por la comisi¨®n de Cultura del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos T¨¦cnicos y la galer¨ªa-librer¨ªa Yerba, con la colaboraci¨®n de la Consejer¨ªa de Cultura del Consejo Regional.
Realizada sobre una reproducci¨®n facs¨ªmile del Vignolas de los propietarios, de Moisy, impresa en Francia en el siglo XIX, la peculiaridad e inter¨¦s de esta edici¨®n consiste en ofrecer un ropaje documental que permite situar a la obra dentro de una perspectiva hist¨®rica. En la introducci¨®n, Francisco Calvo Serraller estudia el tratado de arquitectura de Vignola en el contexto de la teor¨ªa arquitect¨®nica del Renacimiento, las razones de su fortuna hist¨®rica y la difusi¨®n que tuvo en Espa?a, donde apareci¨® por primera vez en 1593. A continuaci¨®n se da una relaci¨®n de las ediciones del Vignolas que se hicieron en los siglos XVII, XVIII y XIX, as¨ª como de sus principales traducciones; francesas, inglesas, latinas, rusas, espa?olas, alemanas y pol¨ªgiotas. Por ¨²ltimo se incluye una nota biogr¨¢fica
Un arquitecto renacentista
El autor de la famosa Regla, Giacomo Barozzi, naci¨® el d¨ªa 1 de octubre de 1507, en la regi¨®n bolo?esa de Vignola, en el seno de una familia de noble estirpe. En la ciudad de Bolonia se inici¨® en el arte de la pintura, que abandon¨® para dedicarse a estudiar perspectiva y arquitectura en Roma, ?donde sus verdaderos maestros fueron las ruinas de los edificios antiguos, que ¨¦l midi¨® y dibuj¨® varias veces?, escribe Francesco M¨ªliza, uno de sus bi¨®grafos.Hacia 1537, Giacomo marcha a Francia, donde trabaj¨® para elrey Francisco I durante dos a?os, pasados los cuales regresa a su patria. Ya en Roma inicia su carrera como arquitecto con el proyecto y construcci¨®n de diversos edificios religiosos y civiles. Entre ellos destacan la iglesia de San Andrea, en Via Fiaminia (Roma), el palacio de la Caprarola o la iglesia de Capo di Monte, construida por encargo del cardenal Alejandro Farnese, en 1562.
Cuando muere Miguel Angel, en 1564, Barozzi es nombrado arquitecto de las obras de San Pedro del Vaticano, y desde esa fecha hasta su muerte, enjullo de 1573. trabaja tambi¨¦n en otras obras, como la iglesia de San Orestes o el Colegio de los Barnabiti, en Peruala.
El vigor de unas reglas
La clave de la vigencia de las reglas vignolianas, su perdurabilidad a lo largo de los siglos, est¨¢ en la funcionalidad y sentido did¨¢ctico con que se establece en en las una teor¨ªa completamente ortodoxa de las cinco ¨®rdenes de la gram¨¢tica arquitect¨®nica cl¨¢sica de Vitruvio.El proceso de recuperaci¨®n de este autor cl¨¢sico y de transformaci¨®n cualitativa de su interpretaci¨®n, que alcanz¨® su madurez en el Renacimiento, se plasm¨® en cuatro grandes tratados vitruvianos: el de Serlio, Palladio y Scamozzi, adem¨¢s del de Vignola. Si fue este ¨²ltimo el que goz¨® de mayor difusi¨®n y fortuna hist¨®rica -explica Calvo Serraller en la introducci¨®n- se debe a los dos grandes principios que lo inspiran: la funcionalidad y el sentido acad¨¦mico.
?Breve y f¨¢cil son adjetivos que casan con eficaz?, escribe el introductor, ?y as¨ª las Regole se convirtieron pronto en el manual por antonomasia de la arquitectura moderna, y en concreto en ?la gram¨¢tica y morfolog¨ªa definitivas del manierismo en la arquitectura", seg¨²n L. Grassi?.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, el libro de Vignola se convirti¨® en el aut¨¦ntico manual del alumno de arquitectura y del aficionado, pues por su forma sobria y accesible era utilizado en las escuelas como texto pedag¨®gico. Editado infinidad de veces y traducido a todas las lenguas, la enorme popularidad que alcanz¨® el Vignolas se comprueba en cualquier bibliograf¨ªa de arquitectura.
Con la llegada de la artesan¨ªa industrial, la difusi¨®n del Vignolas se acrecent¨® todav¨ªa m¨¢s, pues ?constitu¨ªa el manual perfecto para ser manejado por gentes no especialmente cualificadas, desde un punto de vista cultural y creativo?, apunta Calvo Serraller. ?En pleno siglo XIX, cuando ya empieza a hacer crisis el sistema arquitect¨®nico cl¨¢sico, las Regole siguen edit¨¢ndose con las m¨¢s diversas aplicaciones gremiales, uno de cuyos ejemplos lo tenemos precisamente en este Vignolas de los propieiarios, de Moisy, seguido de la carpinter¨ªa, el maderaje y la cerrajer¨ªa?, de Thiollet.
Babelia
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