Lluvia de orejas
Empezamos ya, desde la primera de feria, con un peque?o desastre ganadero que con la inestimable ayuda del presidente estuvo a punto de degenerar en un altercado p¨²blico.Es la mejor forma de echar a la gente de los tendidos, ahora que parece que empieza a acudir a la plaza. Y ya pueden ir agradeciendo a Paquirri su pundonor porque cambi¨® el botellazo del enfado por las palmas del contento, porque si tambi¨¦n falla Paquirri la corrida se hunde.
Miren por d¨®nde, el Ni?o de la Capea, tan voluntarioso ¨¦l, se amilan¨® ante el desconocido sobrero y, nervioso y embarullado, no supo por d¨®nde meter mano a la embestida picante y probona del sobrerito, aunque con el capote se estuviese quieto.
Vitoria
Primera de feria, tres cuartos de entrada; cinco toros de Ram¨®n S¨¢nchez y uno desconocido al no haber anunciado el hierro del sobrero del segundo toro, que fue sustituido por cojo. Toros chicos, sin fuerza.Paquirri: faena entonada a toro anodino. Estocada (dos orejas). Faena voluntariosa en los medios. Estocada casi entera (una oreja). Ni?o de la Capea: cinco pinchazos y descabello (silencio); media estocada y descabello (saludos). Espartaco: estocada ca¨ªda (aplausos); brind¨® el sexto toro a Garaikoetxea. Bajonazo (una oreja)
Espartaco, con un toro que estuvo m¨¢s tiempo tumbado que de pie, no pudo hacer nada salvo estar all¨ª sonriendo. Despu¨¦s, los gritos de ?ala, chaval, a por ¨¦l? animaron a Espartaco, que hizo una faena pausada al toro m¨¢s toro de la tarde.
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