En su primera entrevista, Sadat pide a Reagan que establezca un di¨¢logo directo con la OLP

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, asegur¨®,el mi¨¦rcoles al l¨ªder egipcio, Anuar el Sadat que Estados Unidos, a pesar del cambio de Administraci¨®n, sigue comprometido a sacar adelante los acuerdos de paz de Camp David y a buscar f¨®rmulas para el logro de una soluci¨®n duradera a los problemas de Oriente Pr¨®ximo.

Al mismo tiempo, Reagan confirmaba oficialmente su intenci¨®n de proporcionar a Arabia Saud¨ª cinco aviones esp¨ªa Awacs, que ser¨ªan entregados a partir de 1985, para reemplazar a los cuatro que se encuentran en ese pa¨ªs desde 1910. Israel se ha declarado contra este abastecimiento de armas sofisticadas. Por su parte, el presidente egipcio pidi¨® a Estados Unidos que establezca un di¨¢logo directo con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP).Reagan reafirm¨® simb¨®licamente su intenci¨®n de acercarse a los pa¨ªses ¨¢rabes moderados de Oriente Pr¨®ximo, dando a conocer, al mismo tiempo que recib¨ªa a Sadat en la Casa Blanca, una carta dirigida a los miembros del Congreso norteamericano en la que reafirmaba su decisi¨®n de enviar los cinco Awacs a Arabia Saud¨ª, porque "el suministro de estas armas aumentar¨¢ la segundad de nuestros amigos", dec¨ªa Reagan en la carta, "y afirmar¨¢ claramente a los Gobiernos locales y a los dirigentes sovi¨¦ticos que Estados Unidos est¨¢ decidido a intervenir para preservar la seguridad y ?a estabilidad en el suroeste asi¨¢tico".

Al recibir a Sadat con honores militares, Reagan le dijo: "Tenemos que hacer juntos el camino. Nuestro compromiso hacia lo acordado en Camp David sigue inalterable, y tambi¨¦n nuestro deseo de lograr una f¨®rmula duradera de paz en Oriente Pr¨®ximo". El presidente egipcio respondi¨® que "este que estamos viviendo ahora mismo es un momento crucial para el logro de la paz en Oriente Pr¨®ximo, porque las tensiones de las ¨²ltimas semanas son la mayor evidencia de la urgente necesidad de un acuerdo de paz global".

Sadat ha venido a Estados Unidos con el prop¨®sito de plantear tres temas a Reagan: la necesidad de revitalizar las negociaciones para la autonom¨ªa palestina lo antes posible; la preocupaci¨®n egipcia por la penetraci¨®n sovi¨¦tica en Oriente Medio, sobre todo despu¨¦s de la invasi¨®n de Afganist¨¢n y la ca¨ªda del sha en Ir¨¢n, y el deseo de El Cairo de que la Administraci¨®n norteamericana aumente su presencia militar en la zona y venda m¨¢s y mejores armas a sus aliados del ¨¢rea.

Estados Unidos, aunque no media ning¨²n compromiso escrito, est¨¢ utilizando la base egipcia de Ras Banas, en el Mar Rojo, como punto de partida de la fuerza de r¨¢pido despliegue unidad cuyo objetivo es atender a situaciones de emergencia en las que est¨¦n en juego los intereses vitales norteamericanos.

A cambio de la firma del tratado de Camp David, Estados Unidos concedi¨® a Egipto novecientos millones de d¨®lares de ayuda econ¨®mica y 3.500 millones de d¨®lares en armas. Sadat quiere que la ayuda econ¨®mica suba hasta 1.300 millones, y que las condiciones de financiaci¨®n, de la compra de armamento sean tan ventajosas como las otorgadas a Israel.

Los ¨²ltimos acontecimientos en Oriente Pr¨®ximo (la crisis de los misiles entre giria e Israel, el ataque al reactor nuclear de Tamuz y los bombardeos a campos de refugiados palestinos en L¨ªbano) han confundido a¨²n m¨¢s a la Administraci¨®n Reagan, que sigue evaluando su pol¨ªtica en la regi¨®n. Ronald Reagan, seg¨²n fuentes oficiales de la Casa Blanca, no quiere que Jimmy Carter se lleve toda la gloria del tratado de Camp David, y pretende "ampliar su contenido".