La Guardia Nacional paname?a se compromete a respaldar con sus fusiles el torrijismo tras la muerte de su l¨ªder
El torrijismo sin Torrijos no s¨®lo es posible, sino que se ha convertido en un compromiso que la Guardia Nacional cumplir¨¢ con el respaldo de sus fusiles, seg¨²n palabras del nuevo comandante, coronel Florencio Fl¨®rez. "Lo importante ahora es cerrar filas en torno al presidente", a?ade Jos¨¦ Blandon, uno de los asesores m¨¢s pr¨®ximos al desaparecido general paname?o. "Quien manda aqu¨ª es Ar¨ªstides Royo, aunque nadie se lo creyera nunca", opina el ingeniero Bland¨®n. "Ahora se demostrar¨¢ que fue as¨ª desde que Torrijos anunci¨® el repliegue de la Guardia a los cuarteles, hace tres a?os. Muchos creyeron que era un repliegue t¨¢ctico, pero fue totalmente real".
Al escuchar lo que dicen los herederos de Torrijos y sus opositores, da la impresi¨®n de que hablan de dos pa¨ªses diferentes. Unos, descalifican de ra¨ªz el modelo de Estado dise?ado por el general y opinan que toda radicalizaci¨®n es posible si no se lle ga a un gran acuerdo nacional sobre la base de convocar una asamblea constituyente."Sin Torrijos no es posible el torrijismo, como no lo fue el franquismo sin Franco", concluye Carlos Gonz¨¢lez de la Lastra, dirigente del Partido de Acci¨®n Popular (PAPO), de tendencia socialdem¨®crata.
En el lado opuesto, Blandon es igualmente categ¨®rico: "Si queremos evitar que Panam¨¢ entre en la espiral de violencia centroa mericana no hay otra f¨®rmula que mantener la detnocracia participativa que cre¨® Torrijos.
Tras el golpe de 1968
El sistema vigente hoy en Panam¨¢ fue dise?ado casi exclusivamente por el fallecido Omar Torrijos, a partir del golpe de Estado que dio la Guardia Nacio nal en 1968. En contra de lo que se cree, el director del golpe fue Boris Mart¨ªnez, que dur¨® cuatro meses en el poder. Torrijos ocup¨® entonces la presidencia y desde ella puso en marcha, en estos trece a?os, un r¨¦gimen que, desde un autoritarismo de signo cl¨¢sico ha evolucionado a posiciones progresistas.
El esquema constitucional vigente desde 1978 prev¨¦ elecciones presidenciales directascada seis a?os. Los primeros comicios de este tipo tendr¨¢n lugar en 1984. Dos C¨¢maras comparten el poder legislativo: la Asamblea de Corregimientos (505 repre sentantes) y el Consejo Nacional de Legislaci¨®n (57).
Los miembros de la Asamblea de Corregimientos corresponden a uno por cada ayuntamiento del pa¨ªs, elegido necesariamente entre vecinos del municipio. Con este mecanismo, Torrijos trataba de evitarel poder absoluto de los partidos en la mec¨¢nica electoral y la posibilidad de que c¨¢ndidatos llegados casi siempre de la capital se convirtiesen en eternos portavoces de la opini¨®n popular. Se trata, como sol¨ªa decir Torrijos, de que cada comunidad elija a sus l¨ªderes naturales.
La Asamblea de Corregimien tos es un organismo apenas consultivo, pero tiene un poder fundamental: elegir, a 38 de los 57 integrantes del Consejo de Legislaci¨®n, que es donde reside el poder de aprobar y reformar leyes. De esta manera, la mayo r¨ªa de los legisladores tienen que ser personas vinculadas por residencia a los ayuntamientos o provincias que representan.
Los diecinueve legisladores restantes se eligen por el sistema partidista cl¨¢sico. En septiembre de 1980 hubo elecciones para esta fracci¨®n de la C¨¢mara. El Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD) y el Frente Amplio (Frampo), ambos partidos de prociedencia torrijista, consiguieron nueve esca?os. El Partido Liberal obtuvo. cuatro, los democristianos, dos; el partido comunista, uno, y tres se declaran independientes.
Esta distribuci¨®n de votos (la mitad para Torrijos, la otra mitad para la oposici¨®n) puede ser esencialmente v¨¢lida a¨²n hoy, con un factor de correcci¨®n: en las elecciones de 1980 no particip¨® el Partido Paname?ista, que ejerce un populismo de derechas. Incluso para los seguidores de Torrijos, ¨¦ste ser¨ªa el mayor par tido del pa¨ªs, aunque su mayor debilidad radica en su exclusiva dependencia de un l¨ªder, Arnulfo Arias, tres veces elegido presidente de Panam¨¢, que tiene ya 82 a?os. A los paname?istas se suman ahora los socialdem¨®cratas de Acci¨®n Popular, a quienes el sector oficial niega todo apoyo popular, en tanto que ellos reivindican la fuerza de las 33.000 firmas obtenidas para legalizar el partido.
La oposici¨®n est¨¢ lo suficientemente dividida como para ser un peligro real a corto plazo "no es demasiado fuerte", dice Blandon, "aunque esto no quiere decir que no tengamos que tener cuidado. Nosotros mismos financiamos las elecciones a muchos partidos de la oposici¨®n para que hubiera un elemento cr¨ªtico del Gobierno, pero lo que en ning¨²n caso vamos a hacer es modificar el proceso. Tal como est¨¢ previsto, las elecciones se celebrar¨¢n en 1984 y podr¨¢n participar todos los partidos inscritos. Porque haya desaparecido Torrijos no vamos a modificar el proceso. El era s¨®lo el conductor. Las instituciones siguen. El presidente Royo, tambi¨¦n. El debe ser ahora el nuevo conductor y en eso hay total unidad en la Guardia Nacional y en el equipo del general, que trabajaremos ahora directamente a sus ¨®rdenes".
La oposici¨®n opina justamente lo contrario. Augura un corto mandato para el presidente Ar¨ªstides Royo y una fuerte lucha por el poder entre los ocho tenientes coroneles que, junto al coronel Florez, forman el estado mayor de la Guardia Nacional. Los hombres que en este momento se presentan como m¨¢s fuertes son los tenientes coroneles Manuel Antonio Noriega (jefe del Servicio de Inteligencia Militar, G-*), Roberto D¨ªaz Herrera (secretario general de la Guardia) y Rub¨¦n Dar¨ªo Paredes (encargado de relaciones con la Administraci¨®n).
La fuerza real la tendr¨¢ quien consiga ejercer la jefatura de los 9.000 hombres bien entrenados que forman la Guardia Nacional, que Torrijos profesionaliz¨®.
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