Permanecen las desavenencias entre los militares bolivianos
La incertidumbre de la situaci¨®n boliviana se dispar¨® ayer nuevamente con la llegada a La Paz del general Humberto Cayoja -exiliado en Buenos Aires tras su fallido golpe contra el ex presidente Garc¨ªa Meza- y la divulgaci¨®n en Santa Cruz de un duro comunicado contra la Junta, que firma el general Lucio A?ez, uno de los jefes de la sublevaci¨®n, finalizada formalmente el s¨¢bado.
Cayola, jefe del Ej¨¦rcito hasta finales del pasado junio, cuando, intent¨® con A?ez el derrocamiento de Garc¨ªa Meza, dijo antes de abandonar Argentina que la supervivencia de la Junta boliviana que encabeza el general Waldo Bernal es Ia permanencia de los intereses m¨¢s bastardos de Garc¨ªa Meza". Su llegada al aeropuerto de La Paz estuvo rodeada de gran tensi¨®n y se produjo en presencia de algunos periodistas, convocados por su esposa para garantizar con su testimonio la seguridad de su marido.A s¨®lo 48 horas del todav¨ªa oscuro compromiso entre el general rebelde Alberto Natusch y la Junta, que puso fin a la sublevaci¨®n de Santa Cruz, las profundas diferencias entre las fuerzas armadas bolivianas han salido a la luz. La proclama del general A?ez exige que la Junta militar -que no se ha fijado plazo para abandonar el poder- convoque inmediatamente la cumbre castrense que ha de designar al nuevo presiden te de Bolivia.
A?ez recuerda en su documento que el levantamiento de Santa Cruz -que oblig¨® la semana pasada a renunciar a Garc¨ªa Meza- ten¨ªa como objetivos Ia devoluci¨®n de la libertad del pueblo" y la designaci¨®n de un presidente que fuera capaz de sacar al pa¨ªs de "su caos econ¨®mico y su descr¨¦dito moral y pol¨ªtico". La proclama acusa al general Waldo Bernal, portavoz y hombre fuerte de la Junta, de traicionar lo pactado con Natusch.
Los generales Humberto Cayoja, como jefe del Ej¨¦rcito, y Lucio A?ez, su jefe de Estado Mayor, jugaron un papel decisivo en la ca¨ªda formal de Garc¨ªa Meza. Aunque fallida, su sublevaci¨®n del 27 de junio oblig¨® a las fuerzas armadas a sentenciar el abandono de la Presidencia por parte del general Meza.
Que Garc¨ªa Meza mantiene el poder desde la sombra y las riendas de la Junta lo evidencia la reuni¨®n masiva de altos jefes militares que acudieron a felicitarle el s¨¢bado al palacio presidencial, donde sigue residiendo, con ocasi¨®n de su cumplea?os. A pesar del toque de queda, los autom¨®viles lujosos se agolpaban a medianoche fuera de la residencia, y horas antes se hab¨ªa producido una aut¨¦ntica cola para entregar ramos de flores al ex presidente.
Un nuevo toque de alarma sobre la precaria tregua que est¨¢ viviendo Bolivia ha sido dado el domingo por la Iglesia cat¨®lica. En una declaraci¨®n de la Conferencia Episcopal Boliviana, que coincide en el tiempo con la proclama del general A?ez, los obispos de este pa¨ªs juzgan la situaci¨®n actual como "una de las m¨¢s graves de la historia patria", y piden a las fuerzas armadas que sean capaces de mantener la disciplina y "respetar a la autoridad y al pueblo".
Seg¨²n la Iglesia, que medi¨® entre los militares, el acuerdo estuvo "centrado de una manera clara sobre dos puntos fundamentales: por una parte, el reconocimiento (por los sublevados) de la autoridad de la Junta de Comandantes, y por otra, dar todas las garant¨ªas a los que hab¨ªan estado en disidencia". Si la versi¨®n de la Conferencia Episcopal se ajusta exactamente a la realidad -la jerarqu¨ªa cat¨®lica s¨®lo estuvo presente en una parte de la reuni¨®n entre Natusch y la Junta-, se explicar¨ªa que los bolivianos con quienes he hablado se sientan traicionados por un acuerdo que ser¨ªa s¨®lo un arreglo entre militares y para nada contempla la libertad popular.
La oscuridad sobre el papel de Natusch el s¨¢bado pasado en La Paz -no hay un solo documento firmado en el que.se especifiquen las garant¨ªas dadas por la Junta a los militares rebeldes- justificar¨ªa tambi¨¦n el disgusto con que A?ez recibi¨® en Santa Cruz las explicaciones de su companero de armas y la misma proclama de ayer, en la que exige el cumplimiento de lo que evidentemente no ha sido m¨¢s que una promesa verbal.
En esta situaci¨®n de paz precaria, la posici¨®n que adopte el moderado general Cayo¨ªa puede resultar decisiva. Cayoja, que ayer por la ma?ana dijo a EL PAIS que no estaba en situaci¨®n de hacer declaraciones, era hasta finales de junio el virtual heredero de Garc¨ªa Meza por su jerarqu¨ªa militar y cuenta con el respeto de un influyente sector de las fuerzas armadas.
Su llegada a La Paz,veinticuatro horas despu¨¦s de insultar p¨²blicamente a la Junta gobernante, se ha producido en unas circunstancias ambientales que hacen posible cualquier desenlace. Ante los ojos de este enviado especial, el general fue introducido en el aeropuerto de El Alto en un jeep sin matr¨ªcula del Servicio Especial de Informaciones -polic¨ªa pol¨ªtica del Ministerio del Interior-, al que segu¨ªa otro veh¨ªculo id¨¦ntico. Su joven esposa subi¨® con ¨¦l al coche, mientras gritaba: "No considero a esto seguridad, no considero a esto seguridad".
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