La prisi¨®n, universidad del delincuente
El primer art¨ªculo del Reglamento de Instituciones Penitenciarias se?ala como objetivo del encarcelamiento la reeducaci¨®n y la reinserci¨®n social del recluso. El cuerpo directivo de la c¨¢rcel de Carabanchel manifestaba a este peri¨®dico que "esfuerzo no falta para realizar estas labores, pero es ilusorio, hoy por hoy, pensar que el recluso pueda reinsertarse socialmente sin ning¨²n problema y no vuelva a delinquir". Este recinto penitenciario cuenta con un equipo de observaci¨®n y clasificaci¨®n, formado por una psic¨®loga, dos crimin¨®logos, un pedagogo y un jefe de equipo, para una poblaci¨®n reclusa de 1.678 personas. Asimismo, para todos los recintos penitenciarios de Espa?a solamente existen cien t¨¦cnicos que realicen las funciones de rehabilitaci¨®n y reinserci¨®n de los internos, cuando la poblaci¨®n reclusa espa?ola supera las 23.000 personas.Muchos crimin¨®logos expertos en instituciones penitenciarias ya hab¨ªan calificado a las prisiones como las escuelas del delincuente. El subdirector jefe del equipo de observaci¨®n de Carabanchel, y actualmente director en funciones del centro, Jos¨¦ Manuel Carrasco Alonso, se?ala que "aunque esa es una apreciaci¨®n un tanto desmesurada, s¨ª puede decirse que la reclusi¨®n en la c¨¢rcel, tal y como est¨¢ ahora el sistema penitenciario, influye negativamente en el interno".
En Carabanchel, el citado equipo de observaci¨®n es insuficiente para el excesivo n¨²mero de reclusos que all¨ª se encuentran internados; pero no s¨®lo ah¨ª radica que el delincuente, al salir de la prisi¨®n, contin¨²e como antes. En la c¨¢rcel se produce frecuentemente un "trastrueque de valores". El recluso debe sobrevivir a todo lo que se le pone por delante all¨ª, y generalmente se ve obsesionado por las experiencias que le cuentan los dem¨¢s. Se ve dominado y asediado "porque su amigo le ha contado que ha robado un banco a punta de pistola, experiencia que luego ¨¦l, a veces, repite cuando sale de la prisi¨®n".
Las deficiencias del actual sistema penitenciario espa?ol permiten que, en muchos casos, la clasificaci¨®n y separaci¨®n de los diversos tipos de delincuentes no sea excesivamente correcta, motivo por el que este "trastrueque de valores" suele ser constante en la vida del preso. Jos¨¦ Manuel Carrasco manifestaba, ante esta situaci¨®n, que "es necesario realizar siempre una valoraci¨®n criminol¨®gica del delincuente para que esto ocurra en la menor medida posible".
El sistema de rehabilitaci¨®n social del preso adolece de una importante falta de medios y de unos recintos adecuados, no masificados, y que permitan la posibilidad al recluso de realizar alg¨²n tipo de actividades. De todas formas, la estructura social impide que el recluso, cuando sale de la prisi¨®n, pueda encontrar un trabajo, y la ¨²nica soluci¨®n que ve "para poder comer" es volver a delinquir.
El mayor problema a la hora de reinsertar al recluso en la vida al otro lado de las rejas suele encontrarse en los delincuentes (que han hecho del delito su profesi¨®n. Una persona acostumbrada a conseguir dinero para sus necesidades mediante el robo es muy dif¨ªcil que soporte una trabajo diario. Esa es la labor m¨¢s dif¨ªcil.
Aumento de la delincuencia en los j¨®venes
La aparici¨®n de la delincuencia en las personas m¨¢s j¨®venes ha causado la alarma en el equipo directivo de Carabanchel. Este tipo de delincuencia, que aparece en j¨®venes de diez, once y doce a?os se caracteriza por la agresividad que ¨¦stos emplean en la comisi¨®n de los hechos. Los historiales de los peligrosos delincuentes han comenzado a una temprana edad, y su reinserci¨®n en la sociedad es mucho m¨¢s dif¨ªcil de conseguir que la de otro delincuente.El deficiente sistema de rehabilitaci¨®n del precoz delincuente va creando personas que necesitan del delito para vivir. Los ineficaces reformatorios de j¨®venes son la escuela primaria de los delincuentes adultos. La reinserci¨®n social que deber¨ªa comenzar all¨ª contin¨²a despu¨¦s en las c¨¢rceles, verdaderas universidades de la delincuencia. De las 23.000 personas que componen la poblaci¨®n reclusa actual, seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones procedentes de la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias, un 56% est¨¢ compuesto por reclusos cuyas edades oscilan entre los veinti¨²n y los treinta a?os. Los Centros de Detenci¨®n de J¨®venes -para menores de veinti¨²n a?os- y los reformatorios tambi¨¦n est¨¢n repletos de personas que no cuentan con los medios adecuados ni con la estructura social necesaria para poder volver a entrar en la vida normal.
El ambiente familiar y la educaci¨®n del joven inciden directamente en la formaci¨®n de nuevos delincuentes. Seg¨²n una encuesta realizada en 1980 sobre quinientos reclusos de la c¨¢rcel de Carabanchel, el 64% de los padres de los internos eran obreros, un 12%, eran empleados y el 8,2% ten¨ªan padres con profesiones liberales. S¨®lo un 2,6%,, afirmaba haber tenido una formaci¨®n universitaria, el 22,4% ten¨ªa estudios medios; el 27% de ense?anza general b¨¢sica; el 16,2%, estudios primarios, y el 8,6% se declaraban analfabetos.
Las causas fundamentales que producen el fen¨®meno delictivo suelen ser, seg¨²n se?alaba Jos¨¦ Manuel Carrasco, el entorno familiar, el ambiente social en que se mueve la persona y, en muchos casos, la herencia gen¨¦tica. Est¨¢ demostrado que cualquier persona con antecedentes de padres delincuentes tiene una mayor predisposici¨®n a delinquir. La transmisi¨®n gen¨¦tica del fen¨®meno delictivo est¨¢ cient¨ªficamente comprobada.
Las personas que viven en los barrios perif¨¦ricos de las grandes ciudades, en los suburbios, son frecuentes delincuentes. El paro y la falta de posibilidades que proporciona "este sistema" es, espec¨ªficamente, la clave de que en Espa?a abunde el conocido chorizo. Adem¨¢s del factor econ¨®mico, inciden en la comisi¨®n de actos delictivos el alcoholismo y la drogodependencia. El drogadicto, generalmente el asiduo a la droga dura, necesita grandes cantidades de dinero para poder pagar sus dosis, cantidades que consigue robando.
Delincuente de "guante blanco"
Los delincuentes ocasionales suelen ser los que con mayor facilidad pueden ser reinsertados en la sociedad. La persona que ha cometido un asesinato por motivos muy concretos, ya sea por una crisis o por un fin determinado, suele recuperarse perfectamente y no vuelve a realizar ning¨²n acto delictivo. Los delincuentes habituales, cuya profesi¨®n es el hurto, el robo, la estafa o el atraco, son muy dif¨ªciles de recuperar. Este es el tipo de hombre que ha nacido y vivido en ese ambiente y no lo puede olvidar.Los directivos de Carabanchel, por el contrario, mostraban su disconformidad con que generalmente "se est¨¦ detr¨¢s del chorizo, del pobre hombre que no tiene dinero ni para comer, mientras, aunque eso ya es labor policial, no se detiene al "delincuente de guante blanco".
Este tipo de persona est¨¢ bien protegida. Utiliza la estafa a gran escala o cualesquiera otros medios. Es un hombre de clase alta, introducido en la alta sociedad, pero que es mucho m¨¢s delincuente que aquel que roba para vivir. El delincuente de "guante blanco" no suele frecuentar Carabanchel, y siempre tiene un buen grupo de abogados que le sacan de all¨ª por cualquier medio. Este hombre no soporta el laberinto de cemento, mientras el chorizo, que no tiene medios y no se los proporcionan, s¨®lo tiene un hogar: la c¨¢rcel.
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