El plan de riegos no alcanza todav¨ªa a Monegros II, zona de alta emigraci¨®n
El Ebro atraviesa Arag¨®n de Noreste a Este, nutri¨¦ndose con afluentes de las tres provincias. En la margen derecha, que comprende todo Teruel parte de Zaragoza, el sistema b¨¢sico son los regad¨ªos tradicionales con dos planes importantes de aprovechamiento integral: los de los r¨ªos Jal¨®n y Guadalope. La margen izquierda es la de los grandes planes hidr¨¢ulicos, cuyo objetivo es la uni¨®n mediante canales de los principales r¨ªos, para lograr un mejor aprovechamiento del agua por el sistema de compensaci¨®n entre cuencas.
En esa dif¨ªcil gestaci¨®n de todos los proyectos del regad¨ªo aragon¨¦s, la mejor suerte le correspondi¨® al canal de Arag¨®n y Catalu?a, en la zona oriental de la regi¨®n. En el comienzo hubo cien a?os de espera para la aprobaci¨®n del proyecto, concentraciones y m¨ªtines, como uno que se califica de hist¨®rico, en 1892, en Tamarite de Litera, a cargo de Joaqu¨ªn Costa, pero, finalmente, el 5 de septiembre de 1896, el Estado asumi¨® por ley la construcci¨®n del canal, que inaugur¨® en 1906 Alfonso XIII.El sistema proporciona riego a unas 100.000 hect¨¢reas de las provincias de Huesca y L¨¦rida, apr¨®ximadamente a partes iguales. Se nutre de los r¨ªos Esera y Noguera-Ribargozana, est¨¢ regulado por los pantanos de Joaqu¨ªn Costa y Santa Ana y tiene una buena red de canales y acequias derivadas.
?Aquella regi¨®n tan desvalida donde la sequ¨ªa agosta la vegetaci¨®n, impide la riqueza y convierte a los propietarios en jornaleros y a los jornaleros en emigrantes?, como dec¨ªa el editorial del Diario de Avisos, de Zaragoza, con motivo de la inauguraci¨®n, es hoy una de las zonas m¨¢s equilibradas de Arag¨®n. Su poblaci¨®n se ha incrementado en algo m¨¢s del 60% y re¨²ne a algunos de los principales n¨²cleos de la provincia de Huesca: Monz¨®n, Bin¨¦far, Fraga y La Litera.
Persiste el latifundio
Dos problemas persisten, sin embargo: la existencia de grandes latifundios, ya que en su d¨ªa no se hizo colonizaci¨®n de la nueva zona regable, lo que ha impedido una adecuada distribuci¨®n de la riqueza y el asentamiento de cultivadores directos, y por otro lado, los proyectos de ampliaci¨®n. En concreto, la soluci¨®n que se pretende dar con el pantano de Campo (v¨¦ase EL PAIS de 21 de marzo de 1980), motivo de una prolongada pol¨¦mica y que es perjudicial para los intereses de Arag¨®n.
Pero es el Plan de Riegos del Alto Arag¨®n el proyecto fundamental. ?El m¨¢s ambicioso de cuantos se han aprobado en Espa?a, uno de los m¨¢s espectaculares de Europa y b¨¢sico, desde el punto de vista socioecon¨®mico, para el desarrollo de Arag¨®n?, dice Juan Antonio Bolea en su libro Los riegos de Arag¨®n.
Su objetivo es integrar en un solo sistema toda la zona comprendida entre los r¨ªos G¨¢llego y Cinca, regar lo que constituye pr¨¢cticamente el eje central sobre el Ebro y llevar el agua a la zona m¨¢s ¨¢rida de la regi¨®n: los famosos Monegros.
Una ley de 29 de septiembre de 1915 lo aprob¨® y dio un plazo de ejecuci¨®n de cuarenta a?os, que, como es obvio, no se ha cumplido. El proyecto inicial comprend¨ªa 300.000 hect¨¢reas (230.000 en Huesca y 70.000 en Zaragoza). En posteriores estudios se redujo la zona regable a 172.000 hect¨¢reas, a costa precisamente de Monegros.
Uno de sus ramales es el canal del Cinca, que, con ayuda de los embalses de Mediano y El Grado, tiene como funci¨®n regar 54.000 hect¨¢reas de su propia zona, al tiempo que refuerza los vol¨²menes del canal de Monegros. La infraestructura b¨¢sica est¨¢ casi terminada, adem¨¢s de los canales derivados (Selgua, Terrer y Pertusa), pero falta por acometer buena parte de la red secundaria. De las hect¨¢reas previstas, en la actualidad se hayan en explotaci¨®n poco m¨¢s de 20.000, menos de la mitad.
El otro ramal del Plan de Riegos del Alto Arag¨®n se inicia en la presa de Ardisa, que embalsa aguas del r¨ªo G¨¢llego y las conduce, a trav¨¦s de un canal de siete kil¨®metros, al pantano de la Sotonera, en donde nace el canal de Monegros.
Uni¨®n de los tres r¨ªos
El punto de confluencia de los dos sistemas y del Plan Bardenas, es decir, la m¨ªtica uni¨®n de los tres grandes r¨ªos, Arag¨®n, G¨¢llego y Cinca, se encuentra en Tardienta. Este punto fue ?bautizado? por Franco -aunque la terminolog¨ªa contin¨²a-, como ?el abrazo de Tardienta?.
Pero lo fundamental del ?abrazo? es que el agua llega a las puertas de Monegros. Hay dos fases en este proyecto; en la primera, al norte de la sierra de Alcubierre, est¨¢ terminado el canal principal y los derivados del Flumen, La Violada y la Acequia que vienen a poner en explotaci¨®n unas 50.000 hect¨¢reas, pero queda otro tanto en construcci¨®n o en proyecto. La gran inc¨®gnita es Moneizros II. Una zona tan deprimida que sus pueblos apenas han empezado a disponer de agua corriente para uso dom¨¦stico. El plan preve¨ªa en principio una superficle regable de 142.000 hect¨¢reas, que despu¨¦s se redujeron a 60.000, pero que son la esperanza de esta zona. donde el 70% de la poblaci¨®n confiesa tener familiares directos en la emigraci¨®n.
Informe poco claro
Monegros II fue el m¨¢s perjudicado por el famoso informe del Banco Mundial y de la FAO de 1966. T¨¦cnicos en la materia han hecho patente el fracaso de sus previsiones y han querido ver en ¨¦l una cierta intencionalidad, por la competencia que la producci¨®n de ma¨ªz podr¨ªa hacer a Estados Unidos. Lo cierto es que los planes de desarrollo se redactaron siguiendo las sugerencias del informe, y Monegros se detuvo. Incluso el t¨²nel que atravesaba la sierra de Alcubierre, que estaba ya.construido, se dej¨® derruir.
El Plan Bardenas, por ¨²ltimo, se sit¨²a en las Cinco Villas, con fama de ser la tierra m¨¢s rica y f¨¦rtil de Arag¨®n. Su fin, es regar 110.000 hect¨¢reas en Arag¨®n y Navarra -tras sufrir un ?recorte? de casi 23.000-, complementar el sistema de riegos del alto Arag¨®n y abastecer de agua potable a la ciudad de Zaragoza. Para esto precisa la construcpi¨®n de la acequia del G¨¢llego, de la que no existe proyecto t¨¦cnico. Previamente habr¨¢ que resolver el principal problema del sistema la escasez de agua. La soluci¨®n, largamente estudiada y discutida, pasa por la regulaci¨®r de los r¨ªos Arag¨®n (en Arag¨®n) e Irati (en Navarra). La Administraci¨®n, a requerimiento de los regantes ha optado por recrecer el pantano de cabecera (Yesa) a alzo m¨¢s del doble de su capacidad, pero ser¨¢ necesario tambi¨¦n el complemento de embalse en Navarra. Uno de ellos, el ?peque?o Lumbier?, est¨¢ aprobado desde el 20 de abril de 1977.
- Con todo, la verdadera hermana pobre del regadio aragon¨¦s es la margen derecha del Ebro. Las ¨²nicas comarcas pr¨®speras son las que tienen regad¨ªo: el Jal¨®n (que se corresponde con la zona de Calatayud) y el Guadalope (bajo Arag¨®n). La inayor parte del conjunto se efect¨²a por el sistema de riegos tradicionales y su estructura esdeficiente. Hayenla actualidad unas 35.000 hect¨¢reas en explotaci¨®n, otras 15.000 condicionadas a la puesta en marcha de los planes de aprovechamienlo integral y la esperanza del ?gran canal?, que por s¨ª solo supondr¨ªa 217.000.
De los dos planes de aprovechamiento, uno, el del Jal¨®n, est¨¢ muy retrasado. El otro supone un aut¨¦ntico hito en la historia. Por primera vez los regantes han ganado un pleito a la Administraci¨®n, y ¨¦sta, junto a la empresa p¨²blica ENDESA, deber¨¢n costear importantes obras de regulacion y mejora de los riegos del Guadalope.
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