La Polic¨ªa Nacional aborta un mot¨ªn de m¨¢s de 400 reclusos j¨®venes en Carabanchel
La mayor¨ªa de los reclusos del Centro de Detenci¨®n de J¨®venes de Carabanchel, m¨¢s de cuatrocientos de una poblaci¨®n total de 520, se amotinaron sobre las diez de la ma?ana de ayer y destrozaron completamente la segunda, tercera y cuarta galer¨ªas del centro, as¨ª como los talleres de mec¨¢nica, la imprenta, la carpinter¨ªa, el economato y las oficinas interiores. La reducci¨®n de la entrada de paquetes en el recinto por razones de seguridad parece ser la causa del mot¨ªn, cuyos da?os han sido calculados en m¨¢s de cincuenta millones de pesetas. Durante la revuelta resultaron heridos cuatro funcionarios y unos veinte internos.
El mot¨ªn comenz¨® cuando el funcionario de la cuarta galer¨ªa, donde se encuentran los internos considerados de m¨¢ximo peligro, fue asaltado por tres reclusos, uno de ellos encapuchado. Los tres reclusos intentaron golpear al citado funcionario con una silla y le arrebataron un juego de llaves que les permiti¨® abrir las galer¨ªas del centro y algunos departamentos. Instantes despu¨¦s fueron secuestrados otros dos funcionarios de otras galer¨ªas, quienes m¨¢s tarde, junto con el primero, lograron huir y pedir auxilio. A partir de ese momento el "vandalismo de estos j¨®venes", seg¨²n palabras del director del centro, Emilio Ferrer, "acab¨® con la mayor¨ªa de las galer¨ªas de la prisi¨®n y con varios departamentos".Actualmente se encuentran encarcelados en el Centro de Detenci¨®n de J¨®venes 520 internos, de los cuales s¨®lo unos cien no se unieron a la revuelta, que fue dominada sobre las doce del mediod¨ªa, tras la intervenci¨®n de tres compa?¨ªas de la Polic¨ªa Nacional que se desplazaron hasta el centro y consiguieron por la fuerza reducir a los amotinados. Despu¨¦s de conocerse la noticia del mot¨ªn, muchos de los familiares de los reclusos se trasladaron hasta los alrededores del centro, donde manifestaron sus protestas por la medida de la reducci¨®n de entrada de paquetes y mantuvieron diversos enfrentamientos con las Fuerzas de Orden P¨²blico. Estas personas comenzaron a lanzar piedras contra los miembros de la Polic¨ªa Nacional, quienes disolvieron la concentraci¨®n utilizando botes de humo. Una de las piedras lanzadas por los familiares de los presos alcanz¨® en el rostro a un polic¨ªa.
La prisi¨®n, arrasada
Durante la hora y media que dur¨® la revuelta, los amotinados fueron destrozando progresivamente todas las instalaciones que iban abriendo. Primeramente quemaron sus colchonetas y destrozaron las galer¨ªas en que se encontraban. Despu¨¦s llegaron hasta las salas de estar, donde estrellaron contra el suelo los aparatos de televisi¨®n, rompieron todos los cristales de las ventanas y las puertas que se iban encontrando hasta que llegaron al taller de carpinter¨ªa, que incendiaron totalmente. Asimismo arrasaron la mayor¨ªa de las oficinas de los funcionarios, el economato y los talleres de mec¨¢nica.
Alrededor de treinta presos de la segunda galer¨ªa se encerraron en una de las salas para no intervenir en la revuelta, as¨ª como otros sesenta que se encontraban en la imprenta y no permitieron la entrada de los amotinados en el departamento. Un almac¨¦n de zapatos, fabricados en la prisi¨®n y valorados en seis millones de pesetas, resultaron intactos a pesar de que los reclusos intentaron abrir la puerta blindada que da paso a este local. Los cristales de la mayor¨ªa del recinto penitenciario resultaron rotos y esparcidos por los patios de la prisi¨®n. El economato fue completamente arrasado.
Los funcionarios del centro trataron desde el primer momento de convencer, a pesar del grave riesgo que corr¨ªan, a los amotinados para que depusieran su actitud, e intentaron contener la revuelta. El funcionario de la tercera galer¨ªa recibi¨® una pu?alada en el brazo derecho que le seccion¨® las venas, por lo que hubo de ser atendido en el hospital penitenciario y necesit¨® tres puntos de sutura. El propio director del centro tuvo que sortear un mazo que le lanzaron desde una de las ventanas de una galer¨ªa, y otros dos funcionarios resultaron contusionados, uno de ellos con una fractura en un dedo.
Veinte reclusos heridos
Las tres compa?¨ªas de la Polic¨ªa Nacional fueron concentr¨¢ndose progresivamente en la entrada al recinto, y las fuerzas antidisturbios que penetraron en el interior de la prisi¨®n redujeron a los j¨®venes con botes de humo. La operaci¨®n dur¨® aproximadamente media hora y, seg¨²n algunos funcionarios, fue necesario utilizar la fuerza, ya que muchos de ellos se resist¨ªan. Veinte de los amotinados resultaron heridos leves y tres de ellos tuvieron que ser atendidos en el hospital penitenciario. A las doce de la ma?ana el mot¨ªn estaba completamente dominado y se manten¨ªa un importante dispositivo de vigilancia alrededor de la prisi¨®n por temor a una fuga. A pesar de que en un principio se not¨® la ausencia de tres reclusos, tras un segundo recuento pudo comprobarse que se encontraban todos los internos que componen la poblaci¨®n reclusa del centro.
A continuaci¨®n los funcionarios de la prisi¨®n, junto con algunos miembros de las fuerzas antidisturbios, que permanecieron todo el d¨ªa en el interior del recinto, procedieron a contar a los presos e intervenir todas las herramientas que hab¨ªan tomado. Todos los internos fueron cacheados y tuvieron que desnudarse en los patios de la prisi¨®n para asegurase de que no guardaban objetos punzantes, herramientas o armas. Asimismo fueron identificados y, colocados en sus respectivas galer¨ªas ya que muchos fueron detenidos fuera de su zona habitual, al haber saltado de unos patios a otros.
El mot¨ªn parece que fue provocado por el descontento entre los presos al ser aplicado el nuevo Reglamento de Prisiones, que s¨®lo permite la entrada de un paquete de comida cada quince d¨ªas, en vez de los dos semanales que hasta, ahora recib¨ªan. Esa medida, aplicada desde principios de agosto, ha respondido a la imposibilidad de los funcionarles de poder controlar el millar de paquetes que entra diariamente en el recinto, v¨ªa que suele ser utilizada para que los reclusos reciban, camufladas, drogas y armas. Tambi¨¦n se consideraba como probable que la revuelta haya sido debida a la tensi¨®n existente en el centro debido al elevado n¨²mero de reclusos que all¨ª se encuentran encarcelados.
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