Renacimiento de la ciudad y participaci¨®n ciudadana

El clarificador y bien ordenado art¨ªculo que hace dos semanas public¨® en estas mismas p¨¢ginas mi buen amigo y compa?ero en muchas acciones ciudadanas Alvaro Hern¨¢ndez me anima en este perezoso final del verano a complementar sus datos con alguna informaci¨®n reciente que tengo, junto a peque?os comentarios en los que creo con seguridad que coincidimos.Junto con Alvaro Hern¨¢ndez, como he dicho, he participado desde hace a?os en el llamado movimiento ciudadano desde la junta directiva de la asociaci¨®n de vecinos de nuestro barrio. Pr¨¢ctica mente sin medios materiales, con dificultades administrativas y legales, sin un marco "real" de participaci¨®n, aunque el "formal" se ha intentado en la ¨²ltima ¨¦poca municipal, etc¨¦tera, y ?qu¨¦ est¨¢bamos haciendo o intentando hacer des de el principio? Ninguna otra cosa distinta que acciones -hoy integra da! en la actual campa?a para el renacimiento de la ciudad, aunque bien es verdad que bajo un enfoque m¨¢s social que t¨¦cnico.

El documento de trabajo publicado por el Secretariado Permanente del Comit¨¦ Nacional Espa?ol de esta campa?a del Consejo de Europa, que depende del Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo, define domo renacimiento o rehabilitaci¨®n de la ciudad al "conjunto de trabajos y actuaciones, coherentes y programados, destinados a potenciar los valores soc¨ªoecon¨®micos, ambientales, edificatorios y funcionales de determinadas ¨¢reas urbanas o rurales con el fin de elevar la calidad de vida en la poblaci¨®n residente en las mismas, mediante medidas para la mejora de las condiciones del soporte f¨ªsico existente, la elevaci¨®n de sus niveles de habitabilidad y la dotaci¨®n de los equipamientos comunitarios, servicios y espacios libres de uso p¨²blico necesarios".

El planteamiento es claro y la definici¨®n se ajusta perfectamente a los objetivos que el movimiento ciudadano ha pretendido conseguir tenazmente y con gran esfuerzo, desde hace a?os, en nuestro pa¨ªs, y en particular en n¨²cleos urbanos duramente. deteriorados en sus niveles de calidad, como es el caso de Madrid. Esfuerzos llenos de disgustos y no demasiados ¨¦xitos, hasta esta ¨²ltima ¨¦poca, que en principio parece dar ya grandes esperanzas.

El nuevo Ayuntamiento madrile?o est¨¢ realmente haciendo un importante esfuerzo por dinamizar la vida de nuestra ciudad a todos los niveles, digno de una profanda'y sincera felicitaci¨®n.

La participaci¨®n ciudadana, fundamiental

Yo coincido con la actitud cr¨ªtica o el an¨¢lisis de las sospechosas coincidencias que apunta Alvaro Hern¨¢ndez en su art¨ªculo y que, al estar ya claramente planteadas por ¨¦l, no necesitan que yo entre de nuevo en ellas, pero, s¨ª quiero reflejar en estos comentarios mi preocupaci¨®n por el posible enfoque formal o administrativo en el que pueda caer esta acci¨®n espa?ola de renacimiento de la ciudad si no se plantea al m¨¢ximo nivel de participaci¨®n ciudadana.

Desde mi reciente incorporaci¨®n al comit¨¦ t¨¦cnico asesor de esta campa?a, en representaci¨®n de la Fundaci¨®n para la Ecolog¨ªa y Protecci¨®n del Medio Ambiente (FEPMA), que preside el senador Justino Azc¨¢rate, y de cuyo comit¨¦ ejecutivo formo parte, he expresado mi preocupaci¨®n respecto al mecanismo de selecci¨®n de las actuaciones y su forma de llevarlas a cabo. Y no hablo de la metodolog¨ªa de trabajo, que me parece muy bien planteada.

Por el documento al que he hecho referencia con anterioridad y que ahora tengo delante de m¨ª puedo apreciar que los proyectos sobre los que se trabaja tienen todos un cierto inter¨¦s, aunque a veces me cabe la duda de si este inter¨¦s es m¨¢s urban¨ªstico-arquitect¨®nico que social o cualitativo, bajo el concepto de calidad de vida.

Otra preocupaci¨®n que he tenido al conocer inicialmente los proyectos es la de cu¨¢l es el grado de demanda social que estos proyectos tienen y si ¨¦sta nace de la propia poblaci¨®n afectada y no de listas de proyectos que ya exist¨ªan en las distintas Administraciones y resurgen ahora por razones de facilidad de realizaci¨®n, cuant¨ªa presupuestaria, equilibrio territorial en el reparto de actuaciones, etc¨¦tera. Razones que, de ser verdad, me preocupar¨ªan much¨ªsimo.

Tambi¨¦n quiero comentar que hubiera sido muy deseable desde el principio la incorporaci¨®n a esta campa?a de actuaciones de est¨¦ tipo (Aguilar de Campoo, Burgo de Potes, etc¨¦tera) que est¨¢n realiz¨¢ndose por instituciones privadas con un enorme esfuerzo, nacidas absolutamente de la demanda popular y que dan un sentido realmente nuevo y distinto a la tradici¨®n espa?ola en este campo. Parece, de todas maneras, en este aspecto, que este tema se ya a tener en cuenta ya por la Administraci¨®n de cierta manera.

Este tipo de actuaciones, promovidas por la iniciativa privada, ser¨ªan, a mi juicio, ante Europa, un gran ejemplo de la nueva Espa?a sociocultural y participativa de hoy.

Por ¨²ltimo, quiero, de todas maneras, antes de terminar estos comentarios, emitir un voto de confianza, al menos potencial, respecto al final de esta campa?a espa?ola de renacimiento o renovaci¨®n, de la ciudad, que, aunque empez¨® tarde y con dificultades, debe necesariamente tener un resultado positivo, ya que, adem¨¢s o al margen de los equipos que la forman desde el punto de vista pol¨ªtico, representativo, coordinador o asesor, en esta actuaci¨®n existen responsables ejecutivos de la misma con inter¨¦s, honradez y gran capacidad: profesional, los cuales, s¨ª cuentan con el imprescindible apoyo de la participaci¨®n ciudadana, pueden y deber¨¢n hacer de esta campa?a una acci¨®n viva y eficaz para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos y ciudades: