Washington y la pol¨ªtica surafricana

Para Pretoria, la invasi¨®n es s¨®lo una operaci¨®n de persecuci¨®n. Pero, para las normas internacionales, es una flagrante violaci¨®n de? lerritorio de Angola por las fuerzas surafricanas. Londres, Par¨ªs y Bonn condenan con dureza los ataques a¨¦reos y terrestres. Pero no Washington, que trata de evitar toda posible condena ( ... ).La Administraci¨®n Reagan insiste en que se debe confiar en Pretoria si se estudia el contexto de la situaci¨®n. Angola ha servido de base de las guerrillas de Namibia que durante a?os han tenido escaramuzas con las fuerzas surafricanas, y la Angola marxista ha recibido ayuda militar del bloque sovi¨¦tico, afirmando que cuenta con 20.000 soldados cubanos para defenderse de las incursiones de Sur¨¢frica. Pero hay otro contexto m¨¢s amplio.

Durante una generaci¨®n, Sur¨¢frica ha dominado ilegalmente un vasto y rico territorio en minerales como Namibia. Y ha rechazado todas las propuestas para una aut¨¦ntica independencia, temiendo que el r¨¦gimen sat¨¦lite establecido en Namibia puede perder las elecciones y que las ganen las guerrillas de izquierda.

Estados Unidos y sus aliados occidentales han dedicado a?os de diplomacia para encontrar una soluci¨®n razonable. Pero todo fue echado por la borda cuando Pretoria desaprob¨® el plan despu¨¦s del triunfo de Ronald Reagan

, 2 de septiembre