Pedimos que los culpables revelen, aunque sea de forma an¨®nima, lo que han hecho con el aceite"
Veintis¨¦is personas, perjudicadas por la intoxicaci¨®n de aceite, prestaron ayer declaraci¨®n en el Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de la Audiencia Nacional, y mostraron su documentaci¨®n sanitaria a un m¨¦dico forense. Se trata de veinti¨²n afectados y familiares de cinco fallecidos, integrados en el grupo de 805 querellantes asesorados por la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios. Hoy declarar¨¢n otras treinta personas y cerca de un centenar lo har¨¢n a lo largo del presente mes. ?Pedimos el castigo de los culpables y una indemnizaci¨®n civil justa?, declararon los afectados y el letrado que les defiende.
Los primeros afectados llamados a declarar por el juez que instruye el sumario sobre el fraude del aceite que ha ocasionado la muerte por envenenamiento de m¨¢s de un centenar de personas y la enfermedad de otras 12.000, se presentaron en la Audiencia Nacional muy temprano, en la ma?ana de ayer. La citaci¨®n del juzgado -seg¨²n los funcionarios- hab¨ªa sido enviada a nueve personas, cabezas de familia, pero no s¨®lo testimoniaron ¨¦stos. Los pasillos del Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 2 se abarrotaron de gente (muchos ni?os, muchos miembros de una misma familia intoxicada), menos de periodistas. La Polic¨ªa Nacional, que custodiaba el recinto, ten¨ªa orden de no dejar pasar a los representantes de los medios informativos, con la excusa de evitar posibles influencias indirectas en el estado de ¨¢nimo de los declarantes. Al parecer, la orden fue dada por el propio juez.El vicepresidente de la OCU, Pascual S¨¢nchez Salmer¨®n, declar¨® a EL PA?S que, entre los casos de afectados incluidos en la querella, est¨¢n los de personas dadas de alta en centros hospitalarios pero que ahora tienen par¨¢lisis de las cuatro extremidades o de quienes han sufrido traqueotom¨ªas. Al parecer, algunos enfermos han encontrado dificultades, por parte de algunos m¨¦dicos, en la expedici¨®n de certificados que demuestren su enfermedad. ?Puede ser explicable por la picaresca de falsificaci¨®n de documentos que ya se est¨¢ registrando?, comenta S¨¢nchez Salmer¨®n, ?pero pedimos a las autoridades sanitarias que faciliten las gestiones de los enfermos?.
Otra queja del vicepresidente de la OCU se refiri¨® a la conveniencia de que las autoridades judiciales proporcionen m¨¢s medios burocr¨¢ticos al juzgado donde se instruye el sumario. ?Nosotros, por nuestra parte, montaremos un servicio administrativo en la organizaci¨®n. El asunto nos desborda?.
?Hemos insistido al magistrado en que se castigue a los culpables?, manifest¨® el abogado que defiende a los 805 querellantes de la OCU, Ignacio Uriarte. ?Precisamente los culpables del delito?, puntualiz¨®, ?deber¨¢n satisfacer con sus bienes la indemnizaci¨®n civil que le corresponde a los afectados y, por supuesto, la Administraci¨®n, con independencia de la ayuda prometida del Fondo Nacional de Asistencia Social?. Preguntado sobre su opini¨®n sobre la caracter¨ªstica de esta ayuda estatal, Uriarte dijo: ?Teniendo en cuenta que es algo ofrecido con car¨¢cter graciable, el calificativo que se le puede dar no es de justo o injusto, sino de prudente?.
?De todas formas?, puntualiz¨® el abogado, ?es imposible que el Estado act¨²e antes que un tribunal; ¨¦ste es quien ejerce la justicia. Pero eso no es obst¨¢culo para que se habiliten ayudas urgentes, especiales, como para otro tipo de cat¨¢strofes?.
Con respecto al criterio seguido por el magistrado para llamar en primer lugar a sus defendidos, Uriarte precis¨® que la querella de la OCU fue admitida en la Audiencia Nacional. el pasado 23 de julio -un d¨ªa despu¨¦s de la presentada en nombre de otros afectados por el ex presidente de la citada organizaci¨®n, Antonio Garc¨ªa Pablos-, y en dicha reclamaci¨®n hab¨ªa hecho constar ?la necesidad de que los propios afectados diesen su testimonio, cosa que ha determinado el magistrado, y, pr¨¢cticamente todos los d¨ªas del presente mes, los enfermos y los familiares de los fallecidos. Cerca de doscientos acudir¨¢n al Juzgado, y quedan todav¨ªa unos setenta expedientes por completar?.
Cuatro millones de pesetas por cada trabajador afectado
Los asociados coinciden en el c¨¢lculo de la cuant¨ªa de indemnizaci¨®n que, a su juicio, les corresponde. ?Si, a efectos laborales, el capital que necesita el Fondo de Garant¨ªa para asegurar una pensi¨®n de viudedad u horfandad de un trabajador fallecido en accidente est¨¢ en funci¨®n del salario real por el que cotiz¨®, seg¨²n el salario m¨ªnimo interprofesional, resulta un capital superior a los cuatro millones de pesetas?, explica el vicepresidente de la OCU.
Tambi¨¦n coinciden los afectados miembros de la OCU en la duda de si el C¨®digo Penal espa?ol castiga suficientemente los delitos contra la salud p¨²blica y si los verdaderos culpables del proceso t¨®xico desencadenado por el consumo de aceite adulterado responder¨¢n de su acci¨®n. ?Por lo menos, los responsables pod¨ªan tener la valent¨ªa de revelar, aunque sea de forma an¨®nima, lo que han hecho con el aceite?, dijo con rabia Jos¨¦ Madrid Ferrero, uno de los primeros declarantes, a su salida del juzgado.
Jos¨¦ Madrid no ha sido tocado por la neumon¨ªa t¨®xica, pero s¨ª, en cambio, su mujer y sus dos hijas peque?as. ?El come fuera de casa, y la ni?a mayor se ha librado de milagro?, coment¨® su mujer, afectada por una insuficiencia respiratoria y muscular que a¨²n le dura. ?Ahora me ha salido un dolor nuevo, en las mand¨ªbulas?, explic¨®, ?y sigo tomando jarabes para la garganta, como las ni?as. Una de ellas se quedar¨¢ con problemas de coraz¨®n, nos ha dicho el m¨¦dico?. Como al resto de los afectados presentes, el documento sanitario que han presentado al forense del juzgado pone neumon¨ªa t¨®xica, pero ?no sabemos exactamente nuestro cuadro cl¨ªnico, ya que en el hospital no nos lo han facilitado?.
Jos¨¦ Antonio Soldevilla, otro de los primeros querellantes presentados ante el juez, sali¨® a la calle con enormes sobres de radiograf¨ªas e informes m¨¦dicos bajo el brazo, pero no eran suyos, sino de su hijo, un joven de diecis¨¦is a?os que ?no puede moverse, adem¨¢s de porque est¨¢ roto, le duele todo, porque tiene una depresi¨®n enorme?. El muchacho pas¨® veinte d¨ªas hospitalizado y, cuatro d¨ªas despu¨¦s, se tir¨® por una ventana ?porque no pod¨ªa m¨¢s, la neumon¨ªa esa la dao al cerebro?, y fue reingresado, pero en un hospital psiqui¨¢trico. Ahora est¨¢ en casa, reponi¨¦ndose de una rotura de v¨¦rtebra. ?No s¨¦ c¨®mo se arreglar¨¢ esto?, dice Soldevilla.
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