Dos mujeres detenidas bajo acusaci¨®n de comerciar con ni?as
La Guardia Civil detuvo recienteniente por presunto tr¨¢fico de ni?os, a Montserrat Badenes Soriano, de veinticuatro a?os, soltera, natural de Castell¨®n, y a Enriqueta Lorenzo M¨¦ndez, de 53 a?os, natural de Sevilla y domiciliada en El Grao.Enriqueta Lorenzo M¨¦ndez, seg¨²n informaciones de primera hora, ten¨ªa bajo su cuidado a dos hijas de Montserrat, de nueve meses y dos a?os de edad, respectivamente, y procedi¨® a la venta de ambas a sendos matrimonios de Vall de Ux¨®. A uno de ellos, por la m¨¢s peque?a, le cobr¨® 125.000 pesetas, mientras que a la otra ni?a la estaba vendiendo a plazos de 5.000 pesetas. Estas mismas informaciones se?alan que la venta de las dos ni?as fue autorizada por la madre, debido a la insuficiencia econ¨®mica.
Sin embargo, Enriqueta Lorenzo declar¨® a EL PA?S que ignoraba por completo que las mencionadas ni?as hubieran sido objeto de comercio ni que se hubiera pagado por ellas las cantidades citadas. ?Yo me dedico?, dijo, ?desde hace muchos a?os a cuidar ni?os. Hace cosa de siete meses vino a mi casa una mujer pidi¨¦ndome que cuidara de sus hijas?. ,
Enriqueta aclara que le dijo a Monserrat Badenes que no pod¨ªa atenderla. Al rogarle que lo hiciera, por haber sido abandonada por el marido, y con la promesa de que volver¨ªa al cabo de unos d¨ªas a por las ni?as, accedi¨® a su petici¨®n.
Al comprobar que una de las ni?as presentaba numerosos cardenales y pasado un mes sin tener noticias de la madre, se dirigi¨®, tras hacer indagaciones, al establecimiento que posee una de las abuelas de las ni?as. All¨ª, seg¨²n su relato, la recibieron mal, por lo que dirigi¨® sus pasos a la comisar¨ªa de polic¨ªa, donde present¨® denuncia.
?D¨ªas despu¨¦s se present¨® la madre en casa?, dice Enriqueta Lorenzo. ?Entonces decidimos, tras una amplia conversaci¨®n, en la que le manifest¨¦ que lo que ella deseaba era deshacerse de las ni?as, que yo me encargar¨ªa de buscar alg¨²n matrimonio que estuviese dispuesto a adoptarlas. As¨ª, de acuerdo con una vecina, llamamos a uno de Vall de Ux¨®, y vinieron a mi casa. Les dije a todos que pasaran por el juzgado para legalizar la situaci¨®n de la ni?a, la m¨¢s peque?a de las dos, y se marcharon, la ni?a, el matrimonio y la madre, dici¨¦ndome que iban al juzgado ?.
Montserrat qued¨®, siempre seg¨²n la versi¨®n de Enriqueta, en volver al d¨ªa siguiente para sufragarle los gastos que le hab¨ªa acarreado la manutenci¨®n de las ni?as y para llevarse a la mayor.
?Pasados los d¨ªas aparece una persona que dijo que era la abuela de la ni?a y pidi¨® que se la entregase. Yo, sin embargo, le dije que no lo har¨ªa sin los papeles del Tribunal de Menores. Al volver con estos papeles fue cuando le entregu¨¦ la ni?a?.
Esa misma persona volvi¨® a casa de Enriqueta para manifestarle que le hab¨ªan robado la ni?a. Ella asegura no saber nada. Unicamente lo que le cont¨® esa misma mujer, que hace referencia a una acalorada disputa de la madre de las ni?as con una hermana.
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