Un proyecto necesario y progresivo
La organizaci¨®n jur¨ªdica de la universidad no es s¨®lo un problema de desarrollo del articulo 27.10 de la Constituci¨®n, sino una verdadera exigencia de superviviencia y el punto de partida iniprescindible para el progreso de Ia vida universitaria, que es tanto como decir de la cultura, y de la reflexi¨®n cr¨ªtica sobre la sociedad. Parece asimismo indispensable para el desarrollo de la investigaci¨®n y de la ciencia en nuestro pa¨ªs. No quiero decir que fuera de la universidad no haya cultura, ni reflexi¨®n cr¨ªtica, ni investigaci¨®n, ni ciencia; s¨®lo quiero decir que sin la universidad que necesitamos estos eIementos no ser¨¢n ni suficientes ni todo lo profundos que el pa¨ªs precisa.Pero el esfuerzo para dotar a la universidad de ese entramado normativo que la haga salir de su penuria actual no est¨¢ siendo f¨¢cil, pese a que, a primera vista, parece muy razonable la necesidad de una ley como la llamada ley org¨¢nica de Autonom¨ªa Universitaria. El contenido material de la ley que se refiere a la organizaci¨®n de la universidad y de las ense?anzas, al profesorado, a los ¨®rganos de gobierno universitarios y a la relaci¨®n de la universidad con la sociedad y con los poderes p¨²blicos es naturalmente pol¨¦mico y yo no me atrever¨ªa a afirmar con seguridad absoluta la bondad o maldad del texto resultante. Creo que en esa materia las opiniones son libres.
Mi opini¨®n parte de la necesidad de la ley, y por eso, cuando en diciembre se pretendi¨®, por los sectores democristianos y por otros vinculados al Opus Dei, retrasar la aprobaci¨®n del texto en comisi¨®n, hice, como portavoz socialista, con el resto de mis compa?eros en la comisi¨®n, los m¨¢ximos esfuerzos por sacar adelante, con la m¨¢xima rapidez, a veces incluso con apresuramiento, un texto de dictamen de comisi¨®n, acordado con el ministro de Universidades, se?or Gonz¨¢lez Seara, y con los sectores del Grupo Parlamentario de UCD que le apoyaban. Todos los asistentes de la Prensa recordar¨¢n aquellos debates. Fue dif¨ªcil, sobre todo por la confusi¨®n que exist¨ªa en el seno de UCD; pero lo conseguimos. Fue, sin embargo, un esfuerzo in¨²til porque el Gobierno cambi¨®, el ministro ces¨®, y hubo que empezar de nuevo.
Pese al cambio, mi opini¨®n sigui¨® siendo que la ley era necesaria para la universidad, y emprendimos la dificil tarea de acercar posiciones con el nuevo ministro se?or Ortega y D¨ªaz Ambrona y con su partido. Vimos que las incomunicaciones eran superables y llegamos, en grandes l¨ªneas, a un nuevo acuerdo, no sustancialmente distinto del anterior, aunque s¨ª en algunos puntos. Pensamos que habr¨ªa que intentar acordar con todos el tema, y propusimos, de com¨²n acuerdo, la vuelta a la ponencia, que termin¨® sus trabajos con lentitud y dificultades al final del per¨ªodo de sesiones. Ciertamente, las restantes fuerzas pol¨ªticas no se han sumado al acuerdo todav¨ªa, de la misma forma que no hab¨ªan aceptado el acuerdo de diciembre, y esto es importante dec¨ªrlo, porque algunos han preten-
Pasa a la p¨¢gina 10
Un proyecto necesario y progresivo
Viene de la p¨¢gina 9
dido decir que comunistas y nacionalistas apoyaban el texto de comisi¨®n aprobado en diciembre, lo cual no es cierto.
La ley, en el acuerdo entre los socialistas y el ministro se?or Ortega y D¨ªaz Ambrona, supone progresos indudables, desde mi punto de vista, sobre la realidad actual, aunque el texto provisional redactado por la ponencia y que trascendi¨® a la Prensa tiene erratas considerables que lo desfiguran mucho, como la no aparici¨®n del concepto de servicio p¨²blico o la del a?o sab¨¢tico. Pero salvados esos errores, y sin perjuicio de las correcciones y mejoras que a¨²n se pueden hacer, ya que no es un texto cerrado, abre posibilidades hasta ahora desconocidas e imposibles en la universidad espa?ola, como son las siguientes.
1. Aumenta la posici¨®n de protagonismo de las propias universidades en la decisi¨®n sobre su propio profesorado.
2. Orienta de manera muy tajante al profesorado hacia la dedicaci¨®n exclusiva.
3. Potencia a los departamentos y a los institutos como centros de investigaci¨®n y de docencia, y especialmente, en el ciclo del doctorado, al que se pretende fortalecer.
4. Equipara, a efectos de puestos universitarios unipersonales de direcci¨®n corporativa de las facultades, a todos los profesores permanentes, sean adjuntos o catedr¨¢ticos, funcionarios o contratados.
5. Abre la relaci¨®n de la universidad con su entorno social a trav¨¦s del Consejo de Universidad, en el que participan representantes de la universidad junto con representantes de las comunidades aut¨®nomas o de las diputaciones, de los sindicatos, de las asociaciones empresariales, de los colegios profesionales y de los institutos de Espa?a y de las reales academias.
6. Garantiza la libertad acad¨¦mica, que comprende a la de c¨¢tedra, de investigaci¨®n, y de estudio.
7. Aumenta realmente la autonom¨ªa universitaria a trav¨¦s de la potestad de elaborar sus estatutos, de elegir a sus ¨®rganos de gobierno, de la gesti¨®n econ¨®mico-presupuestaria de sus bienes, recursos y derechos, la determinaci¨®n de los planes de estudios y de investigaci¨®n, y la direcci¨®n de todos los asuntos de ¨ªndole docente o acad¨¦mica.
8. Crea criterios objetivos y de justicia en la fijaci¨®n del acceso de los estudiantes a la universidad, teniendo en cuenta los costes y las prioridades globales de financiaci¨®n del sistema educativo en general desde la EGB.
9. Se garantiza el derecho de todos los miembros de la comunidad universitaria a utilizar la lengua del Estado o, en su caso, la que fuera tambi¨¦n oficial en la comunidad aut¨®noma donde radique la universidad, sin que se pueda pro
Un proyecto necesario y progresivo
ducir ninguna discriminaci¨®n por ese motivo.10. Se flexibilizan, modernizan y racionalizan los puestos para las habilitaciones del profesorado y para la adscripci¨®n de ¨¦ste a plazas concretas o para la contrataci¨®n permanente y con la exigencia de la resoluci¨®n que se dicte en cada caso, sea p¨²blica y razonada.
11. Se exige un control a todos los profesores permanentes sobre sus actividades docentes e investigadoras cada cinco a?os, situaci¨®n nueva, y me atrever¨ªa a decir que revolucionaria, en relaci¨®n con determinadas mentalidades, que consideran al profesor como un propietario de su plaza que s¨®lo responde ante Dios y ante la historia.
Podr¨ªamos seguir resaltando elementos que la Ley de Autonom¨ªa Universitaria incorpora y que han sido reivindicaciones del movimiento estudiantil y de los profesores progresistas y reformistas durante mucho tiempo. Sin embargo, aunque creo que el juicio tiene que ser muy positivo, si se compara con la legalidad actual, ciertamente quedan todav¨ªa aspectos que se pueden mejorar y perfeccionar, y para eso est¨¢ el proceso de producci¨®n de esta ley que falta: comisi¨®n y Pleno del Congreso y debate en el Senado.
Aunque ese debate tiene que hacerse r¨¢pidamente, porque la Universidad no puede esperar mucho tiempo, y esta ley en lo ya conseguido merece la pena, se pueden a¨²n dar m¨¢s pasos. Al menos de conversaciones con algunos profesores, con rectores y con otras personas que tienen inter¨¦s en que el producto sea bueno para la universidad, y que no se agotan en maldecir arbitrariamente en base a sus enso?aciones o prejuicios, se desprenden algunos puntos que hay que retocar de? informe de la comisi¨®n, porque es razonable hacerlo. As¨ª, la contrataci¨®n permanente a nivel de catedr¨¢ticos no debe suponer exigencia de una segunda habilitaci¨®n para aquellos que hubieran hecho la de adjuntos.
Tampoco parece razonable para los claustros constituyentes que en aquellas universidades donde el n¨²mero de numerarios sea reducido se pueda mantener la exigencia de que constituyan el 50% del claustro, y ser¨¢ necesario establecer elementos correctores.
Probablemente, si el fruct¨ªfero di¨¢logo que se mantiene con los diversos sectores universitarios contin¨²a, surgir¨¢n otras observaciones razonables que se puedan incorporar a la ley. Todav¨ªa quedar¨¢n problemas, ciertamente, y ser¨¢n insuperables para algunos recalcitrantes de uno y otro signo, pese a todos los esfuerzos de entendimiento y de comprensi¨®n que se puedan realizar. Son los que no quieren que nada cambie, los irreductibles del bunker universitario, que ven c¨®mo esta ley les recorta y les inserta en una organizaci¨®n universitaria m¨¢s abierta y m¨¢s democr¨¢tica. Y son, por otra parte, una minor¨ªa de insolidarios que considera que algunas cotas de libertad se perjudican con una regulaci¨®n general, y que mantienen una desconfianza enfermiza respecto del Estado. Naturalmente que se puede discrepar de la ley y que quienes discrepan deben expresarlo siempre que quieran, porque esa es la esencia de la vida democr¨¢tica; pero no creo que a este texto se le pueda negar el pan y la sal.
Creo que la ley es necesaria y que es progresiva, y ayuda al cambio que la universidad necesita. Deseo de coraz¨®n que esta esperanza no se frustre, y que con la aprobaci¨®n de la Ley de Autonom¨ªa Universitaria pueda existir el marco jur¨ªdico suficiente para que la universidad y todos los universitarios puedan emprender la marcha del cambio y de la reforma que la realidad exige.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- I Legislatura Espa?a
- Opini¨®n
- Selectividad
- UCD
- LOU
- Titulaciones
- Materias educativas
- Gobierno de Espa?a
- Profesorado
- Legislaci¨®n educativa
- Calidad ense?anza
- R¨¦gimen acad¨¦mico
- Legislaturas pol¨ªticas
- Comunidad educativa
- Universidad
- Pol¨ªtica educativa
- Partidos pol¨ªticos
- Educaci¨®n superior
- Gobierno
- Sistema educativo
- Legislaci¨®n
- Educaci¨®n
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Justicia