Ventajosa propuesta del CERN para el ingreso de Espa?a
La visita a Espa?a, el pr¨®ximo martes. del prof'esor Herwig Schopper, director general del Centro Europeo de Investgaciones Nucleares (CERN). para visitar a los ministros de Industria y Educaci¨®n con el fin de ofrecerles formalmente unas condiciones muy ventajosas para el reingreso de Espa?a en la organizaci¨®n, pone de manifiesto la importancia de aquel negativo aesto pol¨ªtico de la pol¨ªtica franquista al retirarse del CERN, en 1969, sin haber obtenido rentabilidad econ¨®mica ni cient¨ªfica de una permanencia de Espa?a que ¨²nicamente buscaba una presencia estrictamente pol¨ªtica en los organismos internacionales, fuesen de lo que fuesen. Los f¨ªsicos, tanto te¨®ricos como experimentales, de nuestro pa¨ªs pudieron, sin embargo, en aquella etapa tomar contacto con lo m¨¢s avanzado de la investigaci¨®n en el campo de la f¨ªsica de las altas energ¨ªas, y en honor al CERN hay que decir que ese contacto no lleg¨® a romperse del todo, a pesar de la espantada espa?ola.
En la actualidad existen en nuestro pa¨ªs diversos grupos de investigaci¨®n en altas energ¨ªas, de los que, sin duda, el m¨¢s importante, tanto por los trabajos desarrollados como por la cantidad y calidad de los investigadores que lo componen, es el de la Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN), que justifica as¨ª su existencia como ¨®rgano aglutinante de la alta investigaci¨®n, m¨¢s que como un organismo puramente administrador de la explotaci¨®n de la energ¨ªa nuclear en nuestro pa¨ªs. De hecho, la actividad del Grupo de Altas Energ¨ªas (AE) de la JEN es una actividad puramente cient¨ªfica, de investiaaci¨®n de vanguardia en el campo de la estructura fundamental de la materia, sin contacto alguno con la energ¨ªa nuclear industrialmente explotada.
?El regreso de Espa?a al CERN?, declar¨® a EL PAIS el doctor Juan Antonio Rubio, jefe del grupo de AE de la JEN, ?si va acompa?ado de un esfuerzo inversor paralelo para potenciar la investigaci¨®n dentro del pa¨ªs, nos permitir¨ªa disponer de unos medios a nivel europeo. lo cual repercutir¨ªa favorablemente tanto sobre la universidad, haciendo posible la existencia de una s¨®lida infraestructura de investigaci¨®n y la formaci¨®n de investigadores en disciplinas de vanguardia, como sobre nuestra industria, contribuyendo a su modernizaci¨®n y desarrollo?.
Por otra parte, la actividad del CERN requiere la construcci¨®n de m¨¢s del 90% de los bienes que precisa, contribuyendo as¨ª al desarrollo tecnol¨®gico y econ¨®mico de los pa¨ªses miembros por medio de contratos de suministro que confia a empresas industriales, p¨²blicas o privadas en las ramas de ingenier¨ªa civil, geodesia, electromagnetismo, superconductividad,criogenla, muy alto vac¨ªo, transmisi¨®n y tratamiento de datos y control de procesos por ordenador, electr¨®nica r¨¢pida y de alta potencia en radiofrecuencia, control de radiaciones, ¨®ptica, halograf¨ªa, fotograf¨ªa de alta resoluci¨®n, laser, ultrasonidos, mec¨¢nica de precisi¨®n, ensayo de materiales, etc¨¦tera.
De hecho, la propuesta que al parecer trae consigo Erwig Schopper para la entrada de Espa?a en el CERN (pagar s¨®lo el 20% de la cuota que realmente nos corresponder¨ªa, adem¨¢s de la posibilidad para nuestra industria de participar en los concursos de suministros antes citados) podria parecer sospechosamente favorable. Sin embargo, queda ampliamente justicicada por dos causas principales: el inter¨¦s de los f¨ªsicos europeos por contar entre sus filas a los f¨ªsicos espa?oles como miembros de pleno derecho del CERN y el proyecto LEP, que ser¨¢ el mayor acelerador de part¨ªculas del mundo (un t¨²nel subterr¨¢neo de casi treinta kil¨®metros de di¨¢metro por debajo de los montes franceses y suizos del Jura), para el que todos los fondos son pocos, ya que su coste se estima en unos 50.000 millones de pesetas.
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