El presidente franc¨¦s no consigue que Londres apoye la reactivaci¨®n del europeismo

El presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, y la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, concluyeron ayer en Londres una cumbre que los expertos galos valoran como "la de la cortes¨ªa". Parece ser que, a t¨ªtulo individual, los dos personajes se entienden, pero sus puntos de vista en materia comunitaria son inconciliables. Por el contrario, las relaciones bilaterales y su an¨¢lisis internacional les dieron lugar para salvaguardar la tradicional entente cordiale entre ambos pa¨ªses.Mitterrand y Thatcher ya se hab¨ªan reunido en otras tres ocasiones desde que, el pasado d¨ªa 10 de mayo, el primero de ellos accedi¨® a la magistratura suprema. Pero ha sido ahora cuando, por primera vez, la conservadora brit¨¢nica y el socialista franc¨¦s confrontaban sus ideas y sus pol¨ªticas en un encuentro estrictamente bilateral. Las cuestiones comunitarias y las bilaterales protagonizaron los dos mano a mano entre ambos, y las cosas han quedado relativamente claras: vistas las cosas desde Par¨ªs, en todo lo referente a la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) el presidente y la primera ministra desarrollaron un doble mon¨®logo. El primero reconoce los problemas que plantea al Reino Unido la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n, su aportaci¨®n presupuestaria, as¨ª como el tema de la pesca.

Pero Mitterrand ha reafirmado que cree en Europa, es decir, en un relanzamiento concreto comunitario que posponga, en la medida de lo posible, los intereses nacionales a los de la CEE. Dicho de otra manera: Mitterrand quiere hacer de la Comunidad un espacio social fundado en la doctrina econ¨®mica, que se propone como objetivo la reducci¨®n del paro a partir del relanzamiento que provocar¨ªa el consumo popular, a costa de los desequilibrios presupuestarios y financieros con siguientes. Margaret Thatcher, de entrada, lo que quiere relanzar es la econom¨ªa brit¨¢nica, y por ello necesita que la Comunidad la libere de la actual pol¨ªtica agr¨ªcola y de las cargas de presupuesto. Mientras estas cuestiones no le sean resueltas, el desarrollo europeo mitterrandista le suena a m¨²sica sin partitura. A?¨¢dase que, contrariamente a la nueva estrategia econ¨®mica gala, la brit¨¢nica, como la de los dem¨¢s pa¨ªses occidentales, espera superar la crisis actual a partir de la t¨¦cnica monetarista.

La cumbre de Londres, en el terreno de la colaboraci¨®n, ha satisfecho a los franceses: los dos pa¨ªses van a estudiar de nuevo la posibilidad de la construcci¨®n del t¨²nel bajo el canal de la Mancha y el futuro del supers¨®nico Concorde. Y Par¨ªs y Londres se proponen ampliar su colaboraci¨®n en el sector electronuclear.