Un pretencioso proyecto
La publicidad asegura que esta es la primera vez que Garc¨ªa M¨¢rquez escribe para el cine. No es cierto. Un proyecto original suyo para ser filmado fue el de la espl¨¦ndida pel¨ªcula que dirigi¨® Luis Aleoriza en Presagio mientras que esta La viuda de Montiel s¨®lo adapta un brev¨ªsimo cuento del escritor colombiano. Miguel Littin, su director, fue conocido en Europa a trav¨¦s de una curiosa cr¨®nica de la injusticia chilena en El chacal de Nahueltoro; m¨¢s tarde se lanz¨® a proyectos de mayor envergadura con Actas de Marusia o la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de Alejo Carpentier El recurso del m¨¦todo.
En estos ¨²ltimos t¨ªtulos esboz¨®, adem¨¢s de sus claras preocupaciones pol¨ªticas, un af¨¢n por la ?belleza? est¨¦tica que le acercaban peligrosamente a la pedanter¨ªa.
La viuda de Montiel
Director: Miguel Littin. Gui¨®n: Miguel Litzin y Jos¨¦ Agust¨ªn, seg¨²n un cuento de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Int¨¦rpretes: Geraldine Chaplin, Nelson Villagra,Katy Jurado. Local de estreno: Luna 2.
La viuda de Montiel supone ya el logro de esas posibilidades. Es una pel¨ªcula que parece hecha especialmente para los circuitos de ?arte y ensayo?, queriendo demostrar en todo momento que se trata de un filme ?importante?, ?culto? y ?bello?. El esfuerzo por mantener vivas estas pretensiones, anega con lo que detr¨¢s de todo se apunta como la posibilidad de una buena historia: la situaci¨®n de abandono en que queda la viuda de un terrateniente inmoral que ha hecho su dinero denunciando a sus enmigos pol¨ªticos, explotando a los condenados, combin¨¢ndose con las corrompidas fuerzas del poder.
A su muerte, sus propios amigos pol¨ªticos repiten con ¨¦l el mismo juego, dejando a la viuda en una triste situaci¨®n econ¨®mica; ella, por su parte, a?ora sentimentalmente al marido, obsesionada por la muerte.
La fisonom¨ªa de Geraldine Chaplin no responde a los esquemas del personaje o, al menos, no aumenta su verosimilitud.
No se trata de una interpretaci¨®n equivocada, sino del servicio al conjunto de una pel¨ªcula que no hace m¨¢s que caer en errores de f¨®rmula que poco tienen que ver con la po¨¦tica de Garc¨ªa M¨¢rquez o con el rigor del buen cine ?de autor? que Littin quiere imitar.
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