La carrera armamentista, la OTAN y Espa?a
En el a?o 1978, en el mes de mayo, tom¨® el Consejo de la OTAN la decisi¨®n de aumentar sus presupuestos militares y un programa a largo plazo de aumento de los almacenamientos de armas a nivel de los pa¨ªses firmantes del tratado.M¨¢s tarde, en diciembre de 1979, Estados Unidos, con el acuerdo de Alemania Occidental, realiz¨® un plan de instalaci¨®n en Europa de nuevos misiles nucleares de medio alcance, los denominados misiles de teatro. En total, el n¨²mero acordado de estos misiles era de 574, y son los llamados Persing 2 y Cruisse.
La justificaci¨®n para la instalaci¨®n de los referidos misiles era que por la Uni¨®n Sovi¨¦tica se hab¨ªan desplegado, cara a los pa¨ªses del Tratado del Atl¨¢ntico Norte, nuevos misiles denominados SS-20, instalados sobre bases m¨®viles y con tres cabezas nucleares, con cuyo despliegue se hab¨ªa roto el equilibrio existente entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.
La Uni¨®n Sovi¨¦tica arguye que esto no es cierto; que con estos nuevos misiles no se han aumentado el n¨²mero de los que existen frente a los pa¨ªses de la OTAN, sino que, al contrario, incluso han disminuido, por cuanto los SS-20 sustituyen a los SS-4 y a los SS-5, y en alg¨²n caso, a m¨¢s de uno de estos proyectiles. Que lo ¨²nico que se ha hecho ha sido modernizar el armamento existente que se hab¨ªa quedado anticuado.
Por parte del Tratado del Atl¨¢ntico se insiste en que, debido a estar montados sobre bases m¨®viles y tener tres cabezas nucleares, se hace m¨¢s dif¨ªcil su localizaci¨®n y aumenta el n¨²mero de ¨¦stas, con lo que en todo caso se rompe el equilibrio.
A ello ha respondido, en un reciente art¨ªculo publicado el 25 de julio pasado, el mariscal Ustinov, ministro de Defensa de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que existe paridad aproximada de armamentos nucleares de alcance medio, siendo el n¨²mero de mil vectores por cada parte. la OTAN, seg¨²n Ustinov, tiene aviones americanos portadores de armas nucleares F-3 y F-4, instalados en bases de pa¨ªses de Europa occidental; bombarderos de alcance medio FB-3; aviones portadores de armas nucleares A-6 y A-7, a bordo de portaviones americanos; todo ello en n¨²mero superior a setecientas unidades, as¨ª como cohetes de alcance medio con base en tierra, submarinos portadores de cohetes y aviaci¨®n de bombardeo en los pa¨ªses aliados del pacto, con m¨¢s de trescientas unidades en total, con un radio de acci¨®n de 1.000 a 4.500 kil¨®metros.
Igualmente a?ade Ustinov que estos armamentos han sido modernizados y contin¨²an si¨¦ndolo, y que en el Reino Unido se equipan los submarinos de cohetes perfeccionados Polaris A37K y est¨¢ siendo considerada la instalaci¨®n de cohetes Trident. Francia tiene cohetes de cabeza monoblock instalados en tierra y en mar, que van a ser reemplazados por cohetes de siete ojivas. Por ello, manifiesta Ustinov en el referido art¨ªculo, con la instalaci¨®n de los nuevos misiles Persing 2 y Cruisse en n¨²mero cercano a los seiscientos en suelo europeo, el Pacto Atl¨¢ntico poseer¨¢ un 50% m¨¢s de armas nucleares de alcance medio que el Pacto de Varsovia. La realidad es que es muy dif¨ªcil de saber para quien esto escribe si la instalaci¨®n de los SS-20 por parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha roto o no el equilibrio; creo que este es un tema que solamente saben a ciencia cierta los rusos y los americanos. Pero el hecho cierto es que ha empezado una carrera armamentista y que Estados Unidos est¨¢ decidido a continuar esta carrera. El secretario de Defensa, Weinberger, ha declarado que Estados Unidos debe restablecer la movilidad de sus fuerzas armadas y reaccionar r¨¢pidamente al cambio de la situaci¨®n, no importa en qu¨¦ regi¨®n del globo, a?adiendo en otra ocasi¨®n que Estados Unidos iba a gastar todo lo que fuera necesario para aumentar su potencial de guerra y obtener ventajas sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Consecuencia de todo ello es que el Ministerio de Defensa de Estados Unidos aumentar¨¢ el a?o pr¨®ximo su presupuesto en m¨¢s de 40.000 millones de d¨®lares, alcanzando la cifra de 226.000 millones de d¨®lares. Los gastos de defensa en el curso de los cinco pr¨®ximos a?os ser¨¢n aproximadamente de 1,5 billones de d¨®lares.
A esto hay que a?adir que recientemente el presidente Reagan ha manifestado la intenci¨®n de Estados Unidos de fabricar la bomba de neutrones, manifestaci¨®n que ha causado la consiguiente consternaci¨®n en todo el mundo. Si a ello a?adimos la no ratificaci¨®n del tratado SALT II por parte del Senado americano, el cuadro est¨¢ completo.
Como es natural, la Uni¨®n Sovi¨¦tica no va a quedarse atr¨¢s en esta carrera y aumentar¨¢ el n¨²mero de sus proyectiles y comenazar¨¢ a su vez la fabricaci¨®n de bombas de neutrones.
Cierto es que, por boca de Breznev, la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha propuesto aumentar las medidas de confianza, extendiendo la zona de aplicaci¨®n de estas medidas a la parte europea de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, a condici¨®n de que se act¨²e en igual forma por parte de Europa occidental.
Con ello se refer¨ªa la Uni¨®n Sovi¨¦tica a las islas, mares, oc¨¦anos y espacios a¨¦reos pr¨®ximos al continente. Por parte de la OTAN se ha respondido diciendo que ello no es viable, por cuanto en los acuerdos correspondientes solamente se habla del continente europeo, y estas zonas no son continente.
Tambi¨¦n hay un problema en lo que a la moratoria propuesta por la Uni¨®n Sovi¨¦tica se refiere de detener el despliegue de nuevos proyectiles nucleares en los pa¨ªses de la OTAN y del Pacto de Varsovia e iniciar las conversaciones. Por la parte occidental se arguye que es necesario que retiren los SS-20 ya instalados por la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Entiendo que ya este tema deb¨ªa ser objeto de discusi¨®n y el comienzo de las conversaciones sobre desarme nuclear.
En resumen, que en estos momentos la tensi¨®n mundial se acrecienta. Los pa¨ªses se han lanzado a la carrera armamentista impulsados por la pol¨ªtica belicista del presidente Reagan, y dentro de esta din¨¢mica entendemos que ha aumentado el peligro de una guerra nuclear. Corno hemos visto, la OTAN tiene una parte importante en el tema, bien sea porque cree que su seguridad exige la instalaci¨®n de los Pershing 2 y los Cruisse, bien porque se est¨¢ dejando arrastrar por la din¨¢mica armamentista de Estados Unidos.
Y este es el momento que el Gobierno espa?ol ha elegido para solicitar la entrada en la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte. En virtud del tratado bilateral vigente con Estados Unidos se retir¨® de Espa?a el armamento nuclear, por lo que, y conforme a las reiteradas declaraciones de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, hemos dejado de ser blanco para los proyectiles nucleares sovi¨¦ticos, ya que ¨¦stos solamente est¨¢n dirigidos hacia los pa¨ªses en cuyo territorio est¨¢n emplazados ingenios nucleares.
Admitir armamento nuclear
Por mucho que se diga, creo que nuestra entrada en la OTAN exigir¨¢ la nuclearizaci¨®n de nuestro pa¨ªs, aunque se hagan protestas de que es factible entrar en el Tratado con la condici¨®n de que nuestro pa¨ªs contin¨²e desnuclearizado. Entendemos que si entramos en el Tratado para mayores garant¨ªas de seguridad, estas garant¨ªas exigen la instalaci¨®n de ingenios nucleares, y, adem¨¢s, ?cu¨¢l iba a ser nuestra aportaci¨®n a la OTAN si, tras nuestra entrada en ella, ¨ªbamos a continuar en la misma situaci¨®n que hasta ahora?
En la cena tenida por el se?or Oliart el pasado 2 de septiembre con los periodistas ha manifestado que, si bien en principio en Espa?a no se iba a desplegar armamento nuclear, no se descartaba la posibilidad de que, si nuestra defensa lo exig¨ªa, situ¨¢ramos en nuestro territorio proyectiles nucleares.
La lectura de esto me parece clara. Ello significa la intenci¨®n de admitir armamento nuclear en el suelo patrio. Y la admisi¨®n de armamento nuclear en suelo patrio significa que, en caso de conflicto, ser¨ªamos uno de los primeros blancos de los proyectiles de la potencia contrar¨ªa.
Por ello, y am¨¦n de much¨ªsimas m¨¢s razones que se me ocurren y abonan el criterio de que Espa?a no debe entrar en la OTAN, y para no salirme del contexto del art¨ªculo, ¨²nicamente dir¨¦ que me parece disparatado que en plena escalada de la tensi¨®n mundial y de la carrera de armamentos, cuando m¨¢s agudo es el peligro de una conflagraci¨®n nuclear, sea cuando Espa?a solicita su entrada en la OTAN, y si antes ten¨ªamos una posibilidad, por remota que fuera, de librarnos de las consecuencias de una guerra, esta posibilidad desaparece absolutamente con nuestra adhesi¨®n al Tratado del Atl¨¢ntico Norte.
Cualquier aportaci¨®n espa?ola al sistema militar de la alianza, estacionamiento de tropas extranjeras en nuestro pa¨ªs, de material de guerra, siquiera sea convencional, facilidades de los espacios terrestres, mar¨ªtimos y a¨¦reos de la naci¨®n, supone objetivos militares que hay que destruir y, por tanto, aumento de los riesgos que hemos de correr en caso de guerra. Si a ello a?adimos la obligaci¨®n espec¨ªfica que impone el art¨ªculo 5 del tratado, de ayuda a un miembro que sea objeto de un ataque armado, creo que se cierra la tenaza y quedamos presos inexorablemente en las consecuencias de un posible desastre nuclear.
A m¨ª me parece claro que muy poco o nada aporta Espa?a a la OTAN entrando en ella. Que muy poco o nada beneficia nuestra seguridad y nuestra defensa con la entrada en la OTAN. Si alg¨²n enemigo potencial tenemos, y contra el que nos hemos de preparar, no est¨¢ en la parte norte de Europa, y precisamente contra este enemigo nunca ser¨ªamos ayudados por la OTAN. Parte de nuestro territorio, las plazas de Ceuta y Melilla, quedan fuera del territorio protegido por la OTAN. Entonces ?por qu¨¦ hemos de entrar en la OTAN? ?Por qu¨¦ hemos de vernos envueltos en la carrera armamentista y el riesgo de una conflagraci¨®n nuclear? ?Por qu¨¦ al menos no se consulta al pueblo espa?ol a fin de que decida en un tema tan importante como es su seguridad?
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