La URSS, en el centro de la crisis
ANTE UNA comisi¨®n laborista brit¨¢nica que visita Mosc¨² Breznev, ha hablado de la posibilidad de reducir el n¨²mero de misiles "en la regi¨®n occidental de su territorio" (Europa) si Estados Unidos adopta "una posici¨®n razonable" (renunciar a la implantaci¨®n de euromisiles). Admitir¨ªa -dijo- tambi¨¦n una mayor flexibilidad en las llamadas -medidas de confianza" (posibilidad de inspecciones y apertura de informaci¨®n sobre algunos de sus movimientos militares). Se pueden ver en estas palabras unas aportaciones de refuerzos a los pacifistas europeos y a los que tienen grandes reticencias sobre el rearme, los misiles europeos y las bombas de neutrones: si la URSS est¨¢ dispuesta a reducir su fuerza, Estados Unidos no puede aumentar la suya, o se hace culpable de la amenaza a la paz.La URSS est¨¢ literalmente ahogada por un cerco de potencias enemigas. Culpa de ello a Estados Unidos, pero la realidad es que parte de este cerco lo forman tambi¨¦n pa¨ªses comunistas: China, con su larga y peligrosa frontera; Afganist¨¢n, con la subversi¨®n que no cesa; Polonia, con un independentismo creciente y desafiante que declara su intenci¨®n de hacer pros¨¦litos en otras democracias populares (contenidas solamente por el miedo). El Tercer Mundo es cada vez m¨¢s reticente para con su pol¨ªtica, especialmente el isl¨¢mico: la acci¨®n contra Afganist¨¢n se lo ha alienado. Y los movimientos revolucionarios de algunos pa¨ªses, especialmente de Am¨¦rica Latina, se resisten a las dependencias de la URSS: saben ya que les puede abandonar en cualquier momento si llega a un acuerdo global con Estados Unidos; y saben tambi¨¦n que, si no les abandonan, les impondr¨¢n en el futuro condiciones duras de dependencia, como sucede con Cuba, donde la naturaleza de la revoluci¨®n independentista se pervirti¨® desde que busc¨® el apoyo de Mosc¨².
La situaci¨®n externa de la URSS es mala; la situaci¨®n dentro de su propio bloque es tan inestable como lo revelan los acontecimientos de Polonia. La situaci¨®n interna en su propio pa¨ªs es mala tambi¨¦n: el poder es una momificaci¨®n que no inspira respeto. La carrera de armamentos contrae cada vez m¨¢s su posibilidad de dar satisfacci¨®n a las necesidades de consumo de sus habitantes. Con un producto nacional bruto que representa aproximadamente la mitad del de Estados Unidos tiene que sostener un presupuesto de armamentos doble del de Estados Unidos: un 14%, aproximadamente, de ese producto nacional. La URSS ha cre¨ªdo siempre que la cierta autarqu¨ªa econ¨®mica del bloque socialista le proporcionaba una enorme ventaja sobre la dependencia -creciente- de otros pa¨ªses de Estados Unidos: sin embargo, el sistema asimismo est¨¢ logrando en este sentido muchos mejores resultados que el sovi¨¦tico, que al devorar la econom¨ªa nacional de los pa¨ªses del Este europeo no ha conseguido llevar la suya a un sistema aceptable. Todo esto se produce al mismo tiempo que el agotamiento de la fe: ya el comunismo no puede exigir sacrificios para llegar a un futuro mejor, porque ese futuro se le ha terminado. La fuga de China, que s¨®lo mantiene del comunismo una estructura dictatorial, mientras encuentra mecanismos de sustituci¨®n; la de Polonia, con un contexto muy diferente, y la de los partidos comunistas occidentales ha dejado vac¨ªo el capital de esperanza en una sociedad perfecta.
En estas condiciones se va al principio de di¨¢logo entre las dos grandes potencias. Se inician de una manera formal ma?ana entre Haig y Gromiko, en Nueva York, durante la reuni¨®n de la Asamblea General de las Naciones Unidas; si todo sale bien, el 17 de noviembre los dos pa¨ªses se encontrar¨¢n en Ginebra para tratar de la reducci¨®n del armamento euroestrat¨¦gico: v¨¦ase bien que son las dos naciones las que lo van a tratar, y no el conjunto europeo al que afecta. Como Reagan insiste en que el problema con la URSS es indivisible y global, todo ello podr¨ªa conducir, por fin, a una entrevista Reagan Breznev.
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