La voz de la defensa

( ... ) No estar¨¢ de m¨¢s recordar que estamos ante palabras provisionales y ante visiones forzosamente parciales de? problema. La palabra de la defensa es la palabra de la defensa. Es, por tanto, aquella visi¨®n de la realidad que, seg¨²n los defensores, puede favorecer a los inculpados. Y es l¨®gica funci¨®n de los defensores presentar una cara de la realidad que lleve a la exculpaci¨®n completa o lo m¨¢s amplia posible de sus defendidos. Como tal visi¨®n defensiva ha de ser le¨ªdo este escrito.Y no es misi¨®n de los peri¨®dicos replicar (aun cuando su visi¨®n sea radicalmente discrepante), ya que tampoco son fiscales los peri¨®dicos. Ni jueces, lo hemos dicho en esta p¨¢gina editorial repetidas veces. A los periodistas nos toca informar lealmente de todas las caras del problema y esperar la indudablemente justa decisi¨®n final del tribunal que juzgar¨¢ este caso.

Hay, a pesar de este planteamiento, dos riesgos que como periodistas nos invitan a ir m¨¢s all¨¢ que esa pura espera: la grave involucraci¨®n que en ese escrito trata de hacerse a la persona del Rey y algunas serias confusiones que podr¨ªan llevar a un lector ingenuo a conclusiones indebidas.

Respecto a la primera, comprendemos el af¨¢n de los defensores por buscar el m¨¢ximo de razones o disculpas a sus clientes. Pero creemos que en este caso se hace traspasando l¨ªmites que estimamos y son infranqueables. ( ... )

29 de septiembre.