Apuros del Madrid ante el modesto Tatabanya
El fallecido entrenador del Liverpool Bill Shankly pidi¨® como ¨²ltima voluntad que sus cenizas sean esparcidas sobre el terreno de juego del club al que perteneci¨® durante catorce a?os. Boskov no podr¨¢ pedir lo mismo porque no se har¨¢ vicio aqu¨ª. El Madrid que ha fabricado no podr¨¢ ser recordado como clorioso. Aunque ayer eliminara al modesto Tatabanya en una dura batalla que cost¨® cuatro expulsiones.Los mineros del Tatabanya no son los z¨ªngaros del viejo Honved. Todos son h¨²ngaros, pero su m¨²sica es distinta. Para los viejos ases del f¨²tbol magyar, los Boszyk, Puskas, Koscis y compa?¨ªa, el instrumento era el viol¨ªn. Para los mineros del Tatabanya, no hay otros objetos musicales que los de percusi¨®n. Aquellos tocaban zardas. Estos s¨®lo producen volteos de canipana. Perder contra aqu¨¦llos no era un desdoro; ser eliminado por ¨¦stos hubiera representado un bald¨®n.
Los jugadores del Tatabanya son solidarios como los mineros. Po eso, cuando empezaron las hostilidades, el reparto se hizo general. A Santillana lo pusieron fuera de combate en cuanto comenz¨® el encuentro. A Ito y Juanito les voltearon con m¨¢s facilidad que a una campana de ermita. Se quedaron sin Fejes a los 38 minutos, pero no se arredraron. Siguieron en el tajo como picadores. Ninguno se qued¨® en los servicios auxiliares.
Ante un equipo m¨¢s fuerte que t¨¦cnico y m¨¢s presto a la defensiva que al contraataque. el Madrid sac¨® a relucir la mayor parte de sus notas negativas. La rapidez del pasado s¨¢bado se torn¨® en actitudes desesperantes. A Ito, que tiene imaginacion, que posee chispa en el remate, le dieron menos balones de los que puede aprovechar, y ante la muralla h¨²ngara, el Madrid se estrell¨® con tozudez.
Los visitantes se encerraron ordenadamente en su parcela y el Madrid se destroz¨® ps¨ªquicamente contra el muro. Era la ocasi¨®n ideal para Garc¨ªa Hern¨¢ndez, para un tirador nato. Pero Boskov sigue en sus trece. Bosko, insiste en sus querencias, y se ponga como se ponga, Garc¨ªa Hern¨¢ndez ten¨ªa sitio en el equipo de ayer. Y lo digo hoy, a pesar de que fue Isidro quien mare¨® el gol.
El partido fue bronco y copero como dec¨ªan los cl¨¢sicos. El ¨¢rbitro contribuy¨® al desconcierto y los nervios acabaron por producir excesivos choques. Al Final, el partido fue de nueve contra nueve. El Madrid salv¨® la eliminatoria pero a un alto precio, por las expulsiones y amonestaciones. Fue la consecuencia del escaso f¨²tbol que se vio. A unos y otros les sobraron cajas de truenos.
El encuentro ser¨¢ mejor olvidarlo. El Madrid volvi¨® a decepcionar. Juega con orejeras. Hasta el extremo de que sin Santillana bombea balones sobre el marco contrario. El defecto ya viene de antiguo.La terquedad naci¨® con Mlljanic, pero entonces el entrenador madridista contaba con Santillana y Roberto Mart¨ªnez. Ahora son otros l¨®peces.
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