Jorge Sempr¨²n anuncia el regreso de "Federico S¨¢nchez"
?Hay que saber que las cosas no tienen esperanza, pero mantener la decisi¨®n de cambiarlas?. Con esta frase, del escritor norteamericano Scott Fitzerald, expres¨® Jorge Sempr¨²n el sentimiento moral que le anima hoy en la reciente visita que hizo a Madrid para presentar su ¨²ltimo libro, Aquel domingo, editado por Planeta. ?Una moral individualista con la que no se fundan partidos ni sectas religiosas?, puntualiz¨®. El creador del famoso personaje de Federico S¨¢nchez, al que un d¨ªa encarnara en la vida real, anunci¨® en esta ocasi¨®n la aparici¨®n de la segunda parte de su Autobiograf¨ªa, posiblemente para el pr¨®ximo oto?o, y de otra nueva novela que saldr¨¢ antes, todav¨ªa sin t¨ªtulo, dentro de su ciclo testimonial de la guerra civil.
Jorge Sempr¨²n empieza por rechazar el apelativo de disidente y se proclama fabricante de palabras. ?Incluso cuando me dedicaba a la pol¨ªtica mi trabajo consist¨ªa en hacer uso del lenguaje, hablar y persuadir?.Aquellos tiempos de clandestinidad antifranquista los recuerda Sempr¨²n como algo mucho m¨¢s novelesco que su habitual actividad de producci¨®n literaria. ?En el mundo de la ficci¨®n es m¨¢s f¨¢cil ser indiscreto enmascarado en un personaje inventado que cuando se trata de una proyecci¨®n autobiogr¨¢fica?, afirma. ?El compromiso con el lenguaje, sin embargo, es siempre el mismo?.
De Aquel domingo, su ¨²ltima novela publicada en Espa?a, el autor recuerda su antiguo origen -?en 1963, cuando le¨ª Un d¨ªa en la vida de Ivan Denisovich, de Solyenitsin?- para situarla en el conjunto de su obra como una ?reescritura de El largo viaje?, su primera novela y la mejor en opini¨®n de muchos cr¨ªticos.
?Desde que le¨ª ese libro de Solyenitsin supe que ten¨ªa que volver a escribir El largo viaje. Siendo comunista no se pod¨ªa escribir inocentemente sobre los campos de exterminio nazis, conociendo la existencia del gulag?.
?Esta motivaci¨®n es el motor ideol¨®gico- moral de Aquel domingo. Por otra parte, est¨¢ el propio relato, la descripci¨®n minuciosa, hora a hora, de la tarde de un domingo simb¨®lico en perpetuo contraste con las experiencias en los campos de concentraci¨®n rusos?.
Los a?os que vivi¨® recluido Jorge Sempr¨²n en el campo de Buchenwald son otra vez la materia de evocaci¨®n en torno a la cual se articula el relato. ??Por qu¨¦ domingo??. Pens¨¦ en el domingo porque ese d¨ªa de la semana el trabajo cesaba despu¨¦s de pasar lista, y lo m¨¢s horrible era ese tiempo libre que nos quedaba para entregarnos a la nostalgia o descubrir que un amigo instalado en otro pabell¨®n hab¨ªa muerto?.
"Autobiograf¨ªa"
Invocando el irreductible fantasma de Federico S¨¢nchez, Sempr¨²n lamenta que su Autobiografia en Espa?a s¨®lo fuera pasto de pol¨¦mica, y que ?nadie fuera capaz ni siquiera de analizar el libro como un mero artilugio, un producto literario?.Sobre la segunda parte de la Autobiografia, cuya aparici¨®n en Espa?a prev¨¦ para el pr¨®ximo oto?o, comenta: ?Voy a ser muy pedante. Se trata de una repetici¨®n, pero no en sentido borgiano. Respetar¨¦ la estructura formal de la primera parte, el n¨²mero y el t¨ªtulo de los cap¨ªtulos y las diez primeras l¨ªneas del libro anterior. Naturalmente, ser¨¢ una novela distinta. Pr¨ªmero, porque las cr¨ªticas que hice en la primera, y que se atribuyeron al rencor, ya las hace hoy todo el mundo, y tambi¨¦n porque cambia la perspectiva desde la que se contempla la ¨¦poca de clandestinidad; en vez de los sesenta es el tiempo actual?.
Aunque Sempr¨²n no guarda muy buen recuerdo de su trabajo en Las rutas del Sur, mantiene su ilusi¨®n y dedicaci¨®n al cine ?que me asegura una independencia material, que me permite escribir a mi ritmo s¨ªn tener la necesidid de convertir mi literatura en producto rentable. Adem¨¢s he tenido la satisfacci¨®n de colaborar con directores que exigen giones muy literarios y elaborados?, indica.
?Ahora voy a volver a hacer cosas en Francia, una pel¨ªcula con Mill¨¨re, y otra con un director todav¨ªa no asignado. Tambi¨¦n me gustar¨ªa trabajar con los j¨®venes directores del cine espanol, como Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, por ejemplo, que cuando llegue a dominar ese mundo on¨ªrico suyo ser¨¢ un director formidable?.
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