Una mujer muerta y m¨¢s de 30 heridos por una bomba del IRA en Londres

El Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA Provisional) hizo explosionar ayer en el centro de Londres una bomba incendiaria, matando a una mujer e hiriendo a m¨¢s de treinta personas; entre ellas, gravemente, a ocho miembros de la Guardia Irlandesa, que pasaban con otros soldados en un autob¨²s cerca de su cuartel de Chelsea.
Es parte del "estado de guerra" contra el Reino Unido, declar¨® el IRA, una semana despu¨¦s del fin de las huelgas de hambre y tan s¨®lo cinco d¨ªas m¨¢s tarde de las reformas penitenciarias que han sido introducidas por el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Jim Prior.Poco despu¨¦s del mediod¨ªa, un autob¨²s que llevaba a una banda de la Guardia Irlandesa pas¨® cerca de su cuartel cuando una bomba incendiaria explosion¨® en una camioneta aparcada en el camino. La explosi¨®n pudo o¨ªrse a tres kil¨®metros a la redonda. La Guardia Irlandesa de la reina, cuya banda regresaba de una funci¨®n en la Torre de Londres, es el ¨²nico cuerpo del Ej¨¦rcito brit¨¢nico que nunca sirve en el Ulster.
Este atentado de los provisionales en el coraz¨®n de Londres podr¨ªa venir a significar un recrudecimiento del terrorismo d¨ªas despu¨¦s del fin de las huelgas de hambre, en las que murieron diez presos republicanos norirlandeses. Jim Prior present¨® el martes unas reformas penitenciarias para la c¨¢rcel de Maze (Belfast).
Los presos norirlandeses podr¨¢n ahora llevar su propia ropa todo el tiempo sin tener que usar los uniformes penitenciarios. Esta era una de las principales demandas de los huelguistas, que desde 1976, cuando el Gobierno brit¨¢nico suprimi¨® el estatuto especial para los presos republicanos, han llevado a cabo la llamada protesta de la manta, neg¨¢ndose a ponerse la ropa reglamentaria. Jim Prior concedi¨® tambi¨¦n la recuperaci¨®n de un 50% de la remisi¨®n de penas, perdida durante estas protestas.
Los huelguistas ped¨ªan una remisi¨®n completa, y por ello han hablado del "esp¨ªritu vengativo" del Gobierno. Otras demandas, como la libre asociaci¨®n o la supresi¨®n de los trabajos penales, han sido rechazadas, aunque Prior se?al¨® que hab¨ªa lugar para reformas. Neg¨®, sin embargo, rotundamente la idea de una vuelta al estatuto pol¨ªtico. Ni el Gobierno ni los republicanos hablan, sin embargo, de derrota ni de victoria, aunque las reformas han sido mal acogidas por los sectores protestantes m¨¢s intransigentes.
De hecho, protestantes paramilitares asesinaron el jueves a un concejal republicano, Laurence Kennedy. Ahora podr¨ªa haber en el Ulster un recrudecimiento de la violencia sectaria. Los provos se han quedado ahora sin las cartas de las huelgas de hambre, "la ¨²ltima carta que les quedaba", seg¨²n hab¨ªa declarado hace tiempo la primera ministra, Margaret Thatcher. Les quedan la bala y la bomba. El viernes utilizaron esta ¨²ltima en Belfast; ayer, en Londres. El IRA Provisional busca recuperar una credibilidad entre los cat¨®licos norirlandeses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.