Econom¨ªa de mercado

Tres condiciones esenciales, y otras muchas -subsiguientes, son necesarias para que pueda decirse que un sistema econ¨®mico respeta las reglas y debe incluirse en lo que en el mundo occidental se entien de por "econom¨ªa de mercado". Y estas tres condiciones son: libertad de apertura y cierre de empresas, libertad de contrataci¨®n y despido de personal, y libertad de precios. Dado que ninguna de estas tres condiciones se cumple plenamente en ninguna econom¨ªa occidental -por obvias razones de optimizaci¨®n de recursos, de protecci¨®n social y de control econ¨®mico de los Gobiernos-, lo m¨¢s que puede decirse es que en los pa¨ªses industrializados se producen econom¨ªas de mercado sui g¨¦neris. ( ... )El sistema econ¨®mico espa?ol ha funcionado en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas con bruscas oscilaciones entre, el proteccionismo y la liberalizaci¨®n, entre la autarqu¨ªa encubierta y la apertura hacia el exterior, y dentro de este complejo panorama, las empresas espa?olas han debido hacer frente a un grave problema de supervivencia y expansi¨®n. Atomizaci¨®n y proliferaci¨®n de empresas, proteccionismo y oligopolio, patriarcalismo y paternalismo han sido durante demasiado tiempo temas de pol¨¦mica en torno a la situaci ¨®n general de la industria espa?ola, y son a¨²n los puntos de m¨¢xima fricci¨®n en torno a la estructura empresarial y los problemas de fondo del entorno econ¨®mico supranacional en que ha de desenvolver sus actividades cara al futuro, e n un sistema m¨¢s pr¨®ximo a la econom¨ªa de mercado que, con algunas limitaciones, constituye la base de los sistemas occidentales.

Apertura al exterior, perfeccionamiento de las estructuras product¨ªvas, libertad de precios, abandono del proteccionismo, modificaci¨®n del concepto de pleno empleo, concentraci¨®n empresarial, mejora de la financiaci¨®n y de la tecnolog¨ªa, y menores interferencias administrativas son, en apretado resumen, algunas de las normas de actuaci¨®n m¨¢s descatables para potenciar una verdadera econom¨ªa de mercado. Tal vez este planteamiento puede parecer de un liberalismo excesivo en una ¨¦poca y en unas circunstancias en que una de las mayores exigencias pol¨ªticas es la m¨¢s amplia y m¨¢s alta participaci¨®n social en los logros del crecimiento.

La soluci¨®n a los problemas de una econom¨ªa de mercado "cl¨¢sico" no puede afrontarse, sin embargo, sin una decidida pol¨ªtica de transferencia laboral y un m¨ªnimo de libertad en la formaci¨®n de los, precios. Es preciso posibilitar y potenciar al m¨¢ximo muchas empresas espa?olas para situar nuestra industria a niveles internacionales. Pero para que el intento no represente una "ralentizaci¨®n" del proceso de industrializaci¨®n que necesita el pa¨ªs y para que no haya que frenar en exceso la elevaci¨®n del nivel de vida de todos los espa?oles es necesario adoptar un sistema m¨¢s libre de formaci¨®n de los precios y una f¨®rmula viable de renovaci¨®n de la mano de obra paralela a un fluido y suficiente seguro de desempleo. Ser¨¢ necesario, por tanto, compensar en el futuro la mayor libertad de estos plantea mientos con la supresi¨®n de la no siempre justificada pol¨ªtica de exenciones, subvenciones, precios pol¨ªticos, circuitos privilegiados de cr¨¦dito y muchas otras "muletas" incompatibles con la filosof¨ªa de la libertad de mercado.

14 de octubre