De Carlos ya es como Cabeza
La gran obsesi¨®n del Real Madrid siempre fue no parecerse a nadie. El Madrid hizo suyo aquel eslogan de ser diferente. Una de sus normas era no cesar a los entrenadores en plena competici¨®n; otra, guardar una discreta actitud hacia los ¨¢rbitros. El Madrid, sin Bernab¨¦u, Saporta y Calder¨®n, comienza a parecerse cada d¨ªa m¨¢s a los otros clubes. De momento, Luis de Carlos ya se ha emparejado con Alfonso Cabeza en la batalla contra los arbitrajes. Lo ¨²nico que les separa es la lista de nombres que barajan. Por ejemplo, Cabeza se la tiene jurada a Miguel P¨¦rez, pero De Carlos no tiene nada contra ¨¦ste. En Bilbao, s¨ª.
Luis de Carlos y Alfonso Cabeza se las tuvieron tiesas durante toda la pasada temporada. Cabeza lleg¨® a hablar de los siete sabios de Grecia, o sea, de los siete madridistas de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, y culp¨® al madridismo de la mayor¨ªa de los males del pa¨ªs, excepci¨®n hecha de la colza. Cabeza, que en el fondo es buen chico, ha rectificado y ha hecho las paces con De Carlos. ?ste incluso ha estado esta temporada en el palco del Manzanares. Ahora est¨¢n a partir un pi?¨®n. Comienzan a correr las apuestas sobre cu¨¢nto tiempo durar¨¢ esta luna de miel.De Carlos y Cabeza se han unido en el dolor de los arbitrajes. El Madrid. que nunca recus¨® a Guruceta, por ejemplo, s¨ª est¨¢ dispuesto a hacerlo con su paisano Ur¨ªo Vel¨¢zquez. Cabeza le ofreci¨® a De Burgos N¨²?ez un pico y una pala. El coro de presidentes contra los ¨¢rbitros comienza a generalizarse. Jos¨¦ Luis N¨²?ez y sus directivos cuentan con amplios antecedentes en la materia, y el presidente del Sevilla, directivo de la Federaci¨®n Espa?ola, registr¨® lo de los ¨¢rbitros de c¨¢mara.
El presidente del Comit¨¦ Nacional de Arbitros, Jos¨¦ Plaza, est¨¢ siendo contestado con una reiteraci¨®n tal que cualquiera en su lugar ya habr¨ªa tomado las de Villadiego. Pero a Plaza le gusta el puesto y no lo abandona por nada del mundo. Tras la experiencia de hace a?os, cuando el famoso penalti de Guruceta en el Camp Nou, ya no es partidario de dimitir. Piensa que con aquella vez ya tuvo bastante.
El calor de la Liga ha vuelto a echar una losa sobre el Mundial-82, que es acontecimiento mucho m¨¢s estimado en el extranjero que en Espa?a. Raimundo Saporta suspir¨® la pasada semana cuando se encontr¨® con que Inglaterra a¨²n tiene posibilidades para obtener la clasificaci¨®n. Por primera vez en la historia de los campeonatos mundiales podr¨ªa darse el caso de que a una fase final acudieran todos los representantes del f¨²tbol del Reino Unido.
La gran emoci¨®n est¨¢ ahora en el grupo asi¨¢tico, en el que China Popular se ha colocado en cabeza de la clasificaci¨®n. Raimundo Saporta so?¨® con tener en Espa?a a norteamericanos, sovi¨¦ticos y chinos. Probablemente tendremos a los chicos de Mosc¨² y a los de Pek¨ªn en Espa?a. Habr¨¢ que preguntarle a Saporta c¨®mo se las va a apanar para hacerles coincidir en un mismo grupo a fin de darle morbosidad al tema. En Alemania, en 1972, los federales pudieron enfrentarse a sus hermanos del otro lado en Hamburgo. Lo malo es que perdieron gracias a aquel gol de Sparwasser. El estadio, a coro para remediar la desgracia, pidi¨® la presencia del nibelungo Netzer, pero cuando Schoen le dio la venia no la toc¨®.
Si vienen los chinos nos podemos encontrar en una segunda edici¨®n de aquel peligro amarillo de Inglaterra, en 1966, cuando Corea del Norte dej¨® en la cuneta a Italia. Pad Do Ik pas¨® a la historia de la Copa Jules Rimet por aquel gol que produjo la desesperaci¨®n de Italia entera.
Para Saporta ser¨ªa un ¨¦xito conseguir la venida de China Popular, porque ¨¦l fue el primero en establecer relaciones deportivas con Pek¨ªn. Sustituy¨® la diplomacia del pimp¨®n por el baloncesto. Puede presumir de ser el primer dirigente deportivo espa?ol al que invit¨® el Gobierno de Mao. Con ello no hizo m¨¢s que seguir la pauta marcada por el Real Madrid con la URSS unos a?os antes.
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