Los premios Nobel de Medicina
La concesi¨®n del Premio Nobel de Medicina y Fisiolog¨ªa a tres neurobi¨®logos vuelve a poner de manifiesto la actualidad de la neurobiolog¨ªa como rama de las ciencias b¨¢sicas, en la que tanto aportara nuestro espa?ol Santiago Ram¨®n y Cajal. Es bien cierto que las investigaciones de Sperry, Hubel y Wiesel no s¨®lo est¨¢n fundamentadas en los descubrimientos del hist¨®logo espa?ol, sino que tienen su m¨¢s directo antecedente en las descripciones que ¨¦l hiciera de la una organizaci¨®n de la corteza visual del cerebro y en sus acertadas teor¨ªas del significado de cuerpo calloso o gran comisura, que, a modo de puente a¨¦reo, comunica ambos hemisferios cerebrales.Conoc¨ª a David Hubel y Torsten Wiesel durante mi estancia en la Universidad de Harvard, durante los a?os 1963 a 1965, y tuve, por ello, la suerte de ser testigo en el comienzo de aquellas investigaciones, que hoy han culminado en un reconocimiento universal. Me interes¨® en aquel entonces el significado de los resultados que Hubel hab¨ªa obtenido con los efectos de la deprivaci¨®n sensorial visual en el gato, y discut¨ª con ¨¦l la posibilidad de poder demostrar con el mismo proceder anal¨ªtico que empleara Cajal la existencia de alteraciones en la organizaci¨®n del cerebro en animales experimentales, en los que simplemente hab¨ªan sido mantenidos en oscuridad total por per¨ªodos variables de tiempo. Despu¨¦s, e independientemente, pero siempre con conocimiento mutuo de nuestras investigaciones en curso, Hube? y Wiesel desde un punto de vista neurofisiol¨®gico, y yo, bajo mi aspecto anat¨®mico, demostramos a lo largo de toda una serie de publicaciones aparecidas entre 1966 y 1971 que el modelo de deprivaci¨®n sensorial escogido no s¨®lo afecta a la estructura del cerebro desorganizando sus conexiones, sino que tambi¨¦n, y lo que es m¨¢s importante, desde el punto de vista de la neurolog¨ªa cl¨ªnica, cuando esta deprivaci¨®n acaece en per¨ªodos cr¨ªticos del desarrollo cerebral, se torna irreversible.
Indudablemente, aportaciones tambi¨¦n decisivas de Hubel y Wiesel son las relativas a la catalogaci¨®n funcional de varios tipos de c¨¦lulas nerviosas, la organizaci¨®n activa de estas poblaciones neuronales y su exquisito ensamblaje en lo que ambos han descrito como columnas de dominancia ocular y columnas de orientaci¨®n visual. Todo ello nos ha permitido entender un poco m¨¢s c¨®mo el cerebro recibe y organiza su imagen del mundo real. Mis m¨¢s recientes estudios sobre la organizaci¨®n del cerebro en el mono, bajo su aspecto morfol¨®gico, han aportado datos de base en estas investigaciones. La l¨ªnea de trabajo emprendida era correcta.
Todo ello nos lleva de la mano a meditar si la pol¨ªtica cient¨ªfica que intenta llevar a cabo nuestro pa¨ªs es correcta, discutible o totalmente rechazable. En principio m¨¢s parece una pol¨ªtica de modas, lo cual en s¨ª ya es recusable. Qu¨¦ duda cabe que la escuela histol¨®gica que fundar¨¢ Cajal alcanz¨® renombre universal, pero que cierto es tambi¨¦n que se la ha dejado agonizar penosamente durante el transcurso de los ¨²ltimos a?os. Sin embargo, me consta formalmente que su germen no ha desaparecido, ya que siempre ha sido tradicional la val¨ªa -y valent¨ªa- de cuantos neurobi¨®logos espa?oles se han dedicado a esta rama del conocimiento. Es imperdonable que unos planes prioritarios de investigaci¨®n nacional, machaconamente empe?ados en reverdecer una imagen social, no incluyan lo que de verdad tiene una solera de la m¨¢s alta tradici¨®n en nuestro pa¨ªs: la investigaci¨®n b¨¢sica en neurobiolog¨ªa. Personalmente creo que con un poco de ayuda que evite el abandono por inanici¨®n de nuestros j¨®venes cient¨ªficos, los frutos pueden no hacerse esperar.
La investigaci¨®n sobre el cerebro sigue estando en la vanguardia del inter¨¦s cient¨ªfico mundial, como lo acaba de demostrar la Academia sueca, y en Espa?a poseemos muy buenos cimientos. Despu¨¦s de todo, ni son imprescindibles sofisticado equipamiento de laboratorio ni necesario aquel papanatismo que nunca condujo a nada de la recuperaci¨®n de cerebros, pues para un logro realmente positivo en este campo simplemente hay millones de neuronas en el cerebro que, parodiando una frase de Cajal, s¨®lo est¨¢n esperando que alguien con verdadero entusiasmo y apoyo las contemple, las admire y las comprenda.
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